
En un mundo enfermo de indiferencia, paranoia y miedo, los actores más vulnerables para descargar ese temor y frustración son los excluidos: los indígenas, las personas con discapacidad, los adultos mayores, los miembros de la comunidad LGBTI, y desde luego, los migrantes, agregó.
“El mundo actual padece mucho miedo a todo; miedo a la contaminación, a la violencia, a la inseguridad, a la falta de empleo, y miedo a quienes son diferentes, entre ellos los migrantes”.
Si se considera que en todas las sociedades los más afectados son siempre los más débiles, quienes no pueden luchar por sus derechos; y que en cualquier población frustrada, desesperanzada, sin beneficios, ni futuro se buscará a quién culpar, no sorprende que los discursos de odio vuelvan víctimas tanto de los políticos como de la ciudadanía a los migrantes.
Por ello conviene que este 18 de diciembre sirva para reflexionar y hablar de la otra narrativa del migrante; el migrante como una oportunidad, alternativa, fuente de riqueza cultural y social para las naciones. “El migrante que puede ser, y siempre lo ha sido, parte del propio futuro de todas las naciones”.
En este sentido los migrantes pueden representar una de las alternativas a los problemas demográficos de algunas naciones, que por su débil crecimiento demográfico están entrando a procesos de bajo o nulo desarrollo económico.
Empero, el migrante no debe ser usado como una solución a un problema determinado. Tiene que ser visto como un actor que aporta su juventud, su capital humano, su creatividad y sus buenas formas a la nación que lo recibe. “Pero también habrá que recordar que a cambio de eso muchos países pierden a sus mejores talentos, y por tanto entramos en un esquema muy complicado de resolver”.
Mas para integrar a los migrantes a las naciones receptoras Urbano Reyes sugiere empezar por hacer una pedagogía social que reoriente la forma de pensar en el migrante, que consista en recordarle a los nativos de los países de acogida que ellos también en algún momento fueron descendientes de gente que migró.
“El Día Internacional del Migrante es un momento propicio para recordar a la humanidad que todos en algún momento de nuestra evolución fuimos descendientes de algún migrante. Si esto comenzamos a recordárselo a los estudiantes de primaria, secundaria, preparatoria y universidad estaríamos formando jóvenes en los que podríamos reducir las actitudes racistas y excluyentes. Y si los orientamos bien, hasta un día podrían luchar porque no se excluya a los migrantes”.
Fuente: Desinformémonos.org
Fuente: Desinformémonos.org