Karol Garcia - El Economista
El cambio de modelo de compra venta de energía eléctrica para
consumidores y generadores mayoristas frenó los procesos de temporadas
abiertas para que el gobierno construyera redes de transmisión, con
garantías de privados interesados en apartar capacidad en Oaxaca y
Tamaulipas, con lo que se esperaban inversiones de al menos 800 millones
de dólares para el transporte de 4,200 megawatts (MW), afirmaron
empresarios de la industria eólica.
Además, la reducción de tarifas industriales de hasta 25% que el
gobierno ha decretado gracias al aumento de generación termoeléctrica
con gas y la caída en el precio de este combustible están
desincentivando las inversiones en grandes proyectos renovables, que no
encuentran cómo anclar su oferta entre compradores a largo plazo. Tan
sólo en energía eólica se calculaban 14,000 millones de dólares en este
sexenio, afirmó Héctor Treviño, director de la Asociación Mexicana de
Energía Eólica (Amdee).
Las temporadas abiertas fueron convocadas por la Comisión Reguladora
de Energía (CRE) desde el 2011 y preveían redes para el transporte de
2,600 megawatts en Oaxaca y 1,600 en Tamaulipas -además de por lo menos
1,000 MW en Puebla y Baja California, que fueron suspendidos-, explicó
Adrián Katzew, director general de Zuma Energía y CEO de Vestas en
México.
Pero esta figura, mediante la cual las firmas deben dar 100% de
garantías para que el gobierno les otorgue crédito, no es compatible con
el marco legal aprobado en la reforma energética, ya que resultará más
sencillo y rentable construir sin estar asociado a temporadas, pero
creará cuellos de botella una vez concluidos los proyectos, pues no
tendrán por dónde transmitir la energía.
Mercado, en 10 años
En un seminario convocado por el Instituto Global para la
Sostenibilidad, Adrián Katzew detalló que en el mundo se ha probado la
problemática de los mercados de energía, que tardan más de 10 años en
implementarse y en regiones europeas -como el Bloque Nacionalista
Gallego- o estadounidenses -mercado spot de California- han tenido que
ampliar la regulación, ya que la electricidad es por definición un bien
público, indivisible e inexcluyente; y es muy complicado controlar
externalidades, como colusiones entre ofertantes para manipular los
precios o pérdidas generadas por entidades que pagan menos en un flujo
que siempre es constante.
En México, el mercado que iniciará el 1 de enero del 2016, con el
cual planean que al menos 4,000 consumidores dejen de comprarle a la
Comisión Federal de Electricidad, está lleno de incertidumbre, afirmaron
los expertos.