domingo, 7 de septiembre de 2014

Y en Jalisco, Pemex emprende amagos expropiatorios

DEGOLLADO, JAL.- Petróleos Mexicanos, antes paraestatal y recién designada empresa productiva del Estado, amenaza a los dueños de los predios aledaños a las tierras que adquirió en el kilómetro 1.5 de la carretera que va de este municipio a La Piedad, Michoacán, a fin de que le vendan sus terrenos por su valor catastral. Pemex pretende construir allí la franja de amortiguamiento que necesita para poner en marcha la estación de rebombeo intermedia para el poliducto Salamanca-Guadalajara.
7 septiembre 2014 | Jorge Covarrubias | Proceso
Por ejemplo, José Luis Bautista Valadez, propietario de la fábrica de cantera Las Cuatro Fuentes, que está justo en el límite de la construcción de la estación de Degollado, ha recibido advertencias de que podrían expropiarle su terreno si se resiste a venderlo.

El empresario llegó al lugar hace casi 16 años, mucho antes de que Pemex comprara el terreno para la estación, y ahora está preo­cupado porque la obra, lejos de beneficiar a los habitantes con más empleos, puede privarlos de los que tienen.

El canterero dice que la suya es la compañía más grande del ramo en Degollado y la que genera más empleos. En sus cuatro hectáreas trabajan 70 empleados: 50 de planta y 20 eventuales, todos oriundos del municipio. Comenta que 70% de su producción la exporta a Estados Unidos y el resto la distribuye en Guanajuato y Michoacán, así como en la Ciudad de México.

En marzo pasado, dos meses después de que se empezara a construir la estación, un abogado de Pemex le dijo a Bautista Valadez que la empresa necesitaba su terreno para destinarlo al “área de acolchonamiento”. Le advirtió que se le pagaría sólo el valor catastral, es decir, unos 100 pesos por metro cuadrado, aunque se trata de un predio con instalaciones productivas.

Bautista no recuerda el nombre del abogado, pero resume así lo que dijo: “Que me pagaba a precio de catastro, que mi empresa no le interesaba, que mi empresa para él era basura, eso me dio a entender”.

El de José Luis Bautista Valadez se perfila como uno de los primeros casos que deberán resolverse bajo las nuevas leyes en materia energética que, según los legisladores, protegerán los derechos de los propietarios que ahora pudieran resultar afectados con los desarrollos de la industria del petróleo.

La Ley de Hidrocarburos establece que los dueños serán recompensados durante la ocupación de sus terrenos por Pemex, pero si no hay un acuerdo entre ambas partes el Estado puede ordenar que de todas formas se utilicen. La medida provocó el repudio de unas 45 organizaciones campesinas, que se manifestaron en Guadalajara el pasado 23 de julio.

El porcentaje que deberán pagar los contratistas a los propietarios de predios o titulares de derechos para la extracción comercial de hidrocarburos no podrá ser menor de 0.5% ni mayor de 2% en todos los proyectos de hidrocarburos que no sean de gas shale; pero cuando se trate de explotar éste a través de fractura hidráulica o fracking,­ el pago será de 0.5% a 3%.

Entrevistado en su taller, Bautista Valadez comenta a Proceso: “Yo esperaba que las leyes nuevas nos protegieran, o al menos nos avisaran qué hay que hacer y los riesgos que corremos aquí, pero no hay nada. Somos una empresa instalada y no sabemos qué vamos a hacer”.

No ha vuelto a ver al abogado que lo presionó, y aunque ha consultado a algunos de los ejecutivos de Pemex que entran y salen de la estación de rebombeo, ninguno le da respuestas. Lo más que han hecho es recomendarle que vaya a Querétaro, donde supuestamente se encuentra el responsable de la obra.

Bautista Valadez indica que, cuando llegó la empresa petrolera, creyó que a él le iba a ofrecer reinstalar su fábrica en un predio cercano y darle la indemnización correspondiente por ocupar su terreno, cuyo valor comercial no revela. Calcula que mover la cantera con material y herramientas le costará 2 millones de pesos, que no tiene. Y recalca que no se niega a vender pero quiere un precio justo.

Plan unilateral

El 24 de enero directivos de Pemex y el presidente municipal de Degollado, el profesor José López Silva, colocaron la primera piedra de la estación de rebombeo. Prometieron entonces que generaría 400 empleos directos y aproximadamente 3 mil indirectos, según los boletines de prensa que posteriormente subieron a los portales en internet del ayuntamiento y de la compañía.

Si eso fuera verdad, tendría trabajo asegurado una sexta parte de la población del municipio, que cuenta con poco más de 20 mil habitantes, de acuerdo con el censo de 2010 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía. Lo cierto es que todos los días llegan a la estación grupos de solicitantes de empleo, pero no lo consiguen.

En el terreno que adquirió Pemex se ve solamente a una docena de trabajadores con overol naranja; unos hacen labores de supervisión, mientras que otros aplanan el terreno y excavan con maquinaria.

En su sitio en internet la petrolera anuncia que con la nueva estación y el ducto correspondiente pretenden aumentar la capacidad de transporte de gasolina de 70 mil a 115 mil barriles diarios, y que su construcción “permitirá garantizar el suministro de combustible en el centro del país con un costo mínimo y maximizar el uso de los activos para satisfacer la creciente demanda de gasolina de las terminales de almacenamiento de El Castillo y Zapopan, en Jalisco, así como la de Zamora, en Michoacán, y sus áreas de influencia”.

El comunicado de prensa del ayuntamiento de Degollado destaca que con la estación se instalarán también “una base militar permanente, sistema contra incendios, trampas de recibo y envío de diablos, sistema de tratamiento de residuos peligrosos, sistemas de regularización y alivio, entre otras instalaciones, las cuales garantizarán la seguridad de la población degolladense” (sic).

Los respectivos boletines difieren en un dato: mientras Pemex señala que la compañía Estación de Rebombeo Degollado S.A.P.I. de C.V., se hará cargo de la construcción, el municipio dice que para ello se contrató a la Constructora Tapia.

Bautista comenta que a sus trabajadores les preocupa quedarse desempleados y hace días rechazaron el apoyo económico de una institución crediticia y un programa federal para remodelar o construir sus viviendas, pues no están seguros de poder pagarlos.

Aun en el caso de que sus instalaciones no fueran afectadas, el canterero considera que la colindancia con la estación de rebombeo pone en riesgo a sus empleados, que utilizan herramientas eléctricas como motores y sierras de cortar piedra. Un chispazo puede provocar una gran explosión, advierte.

De hecho, dice, hace poco hubo una fuga de gas en la estación y Protección Civil no los dejó pasar cuando llegaron a trabajar en la mañana, ya que, afirma, “si había un chispazo íbamos a volar”.

El riesgo aumenta porque el poliducto Salamanca-Guadalajara es uno de los más saqueados con tomas clandestinas. Tan sólo en marzo del año pasado Pemex detectó seis puntos de “ordeña” en los tramos del poblado de La Primavera, municipio de Degollado; San Isidro Mazatepec, de Tala; tres en La Paz, de Zapotlanejo, y uno en Huaxtla, de El Arenal.

Además, en lo que va de 2014 ha atendido al menos cinco descargas, la última en la primera semana de agosto, en la localidad de Abasolo, Guanajuato.

“No me gustaría estar en un lugar donde corro peligro. Ellos van a usar gas, hasta donde yo tengo entendido; van a meter diesel y gasolina en unos tanques, y a darle fuerza para que llegue a otras entidades gas líquido, como lo llaman”, dice Bautista Valadez.

Colores políticos nada más

El dueño de Las Cuatro Fuentes comenta que al menos mil habitantes de Degollado se dedican a labrar cantera, pero antes eran el doble. Refiere que muchos de estos artesanos talentosos dejaron el oficio para irse a Estados Unidos de meseros o lo que se pudiera. Y los jóvenes siguen ese ejemplo cuando terminan la preparatoria.

Piensa que el oficio está en extinción, al menos en este municipio, ya que la siguiente generación tiene sólo dos centenares de labradores de cantera: “No tenemos expectativas de que esto siga adelante; que haya un mueblero es relativamente fácil, pero un labrador, no hay esperanza”.

Relata que en 2012 él trabajó con el candidato del PAN a la alcaldía del municipio, Martín Negrete, un proyecto para crear una escuela de cantereros. Incluso Bautista Valadez se apuntó como candidato a suplente del alcalde. “No quería estar enfrente de las luces –aclara–, yo quería ver la manera (de obtener recursos para la escuela)… la idea era estar cerca de las dependencias para bajar recursos y hacer algo aquí”.

Pero el ganador de esa elección fue el profesor Silva, del PRI, y la rivalidad política le ha impedido pedirle que intervenga para que Pemex le pague lo justo por su terreno, además de que el presidente municipal ha respaldado la planta de rebombeo y participó en la colocación de la primera piedra.

“Aquí desgraciadamente no respetamos ciudadanía. Aquí respetamos colores nada más”, lamenta el empresario.