domingo, 11 de mayo de 2014

Jefas de familia, discriminadas, pese a que realizan triple jornada laboral

Se ignoran sus aportes socioeconómicos: académicas
Fernando Camacho Servín | Periódico La Jornada | Domingo 11 de mayo de 2014, p. 32
Las aportaciones económicas y sociales de las mujeres siguen sin ser reconocidas al mismo nivel que las de los hombres, pese a que suelen realizar una doble o hasta triple jornada –tomando en cuenta las labores domésticas y las relacionadas con su maternidad–, lo que sigue propiciando inequidad y discriminación que afecta tanto a ellas como a los varones, señalaron académicas universitarias en el contexto del Día de la Madre.
Claudia Iztel Figueroa, secretaria de planeación del Programa Universitario de Estudios de Género, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), lamentó que en el país las mujeres sigan siendo designadas socialmente para desempeñar trabajos como el cuidado o la enseñanza a los niños, porque se les considera menos prácticas que los hombres para actividades mejor pagadas.

Estos mismos estereotipos de género, añadió, reservan casi exclusivamente a la población femenina la realización de tareas domésticas, como demuestran las estadísticas oficiales, según las cuales 96 por ciento de las mujeres afirman resolverlas –con independencia de cualquier otro trabajo remunerado que puedan tener–, mientras que sólo 60.9 por ciento de los hombres dicen participar en ellas.

El hecho de que estas relaciones de inequidad estén normalizadas por la sociedad y por las instituciones, advirtió Figueroa, no sólo provoca que se reproduzcan, en perjuicio de las mujeres –cuya fuerza de trabajo no es suficientemente valorada–, sino también causan pérdida de derechos para sus compañeros del sexo masculino.

Ahora se está impulsando mucho que los hombres puedan tener permisos de paternidad para que también puedan estar a cargo de sus hijos, pero son intentos muy incipientes, y en la sociedad no hay mucha sensibilidad al respecto. Se cree, erróneamente, que la desigualdad de género beneficia a los hombres, pero la verdad es que hay muchas condiciones que tampoco los favorecen, aseveró.

Dolores Muñozcano, académica de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, coincidió en señalar que sigue habiendo mucha desigualdad y discriminación hacia las mujeres en el ámbito laboral y también fuera de él, pues son quienes asumen la carga de resolver el trabajo doméstico.

Es una situación absolutamente desventajosa, pero muchas mujeres la aceptan porque tienen necesidad de hacerlo. El problema es que los hombres lo ven de forma natural y va a costar mucho trabajo cambiar este tipo de concepciones; no obstante, algunos jóvenes ya comparten ingresos y responsabilidades, dijo.

Fuente: La Jornada