viernes, 25 de abril de 2014

La empresa española Elecnor, de tradición conservadora y con problemas laborales

25 abril 2014 | La Redacción | La Jornada de Oriente
Atlixco. Señalada como una de las responsables de acusar penalmente a la comisariada ejidal de San Felipe Xonacayucan, Enedina Rosas, situación que aún la mantiene en el Cereso de Atlixco, la empresa española Elecnor, concesionaria para construir el gasoducto Morelos, posee una historia ligada a atentados, forzamiento de trabajadores para salir de su país y hasta contubernios políticos en partes del mundo donde impera la pobreza.
De acuerdo con un expediente de la trasnacional, en manos de este reportero, desde 1999 comenzó a construir termoeléctricas en México con ganancias millonarias en dólares, y el último gran contrato es un tranvía en Argelia.

La reciente batalla de Elecnor ocurrió apenas el 12 de marzo pasado. El portal de EspañaHeraldo.es logra describirlo así: “La Federación de Industria de CC OO. y la plantilla de Elecnor denuncian la actitud de la dirección de la empresa ante la falta de voluntad en la negociación de la externalización del área de mantenimiento, por lo que mantienen la convocatoria de cinco días de huelga”.

Sigue: “A partir de este jueves la plantilla está llamada a secundar la jornada completa y la huelga convocada para los días 13, 14, 17, 18 y 19 de marzo, informan fuentes de CCOO en una nota de prensa”.

La huelga, dice el texto, está motivada por el anuncio de Elecnor de desplazar temporalmente (sin tiempo definido) a la plantilla a Angola y, en el supuesto de negativa por parte de los trabajadores, se rescindiría el contrato como baja voluntaria, sin derecho a prestación por desempleo ni indemnización, según CCOO. “El motivo de la deslocalización se debe, afirma el sindicato, a la pérdida del contrato con Endesa y la adjudicación a Cobra”.

Denuncia la nota: “El sindicato subraya que los desplazamientos a Angola o a cualquier otro centro tienen que ser de carácter voluntario y con las condiciones del desplazamiento acordadas, por lo que exigen abrir una vía de negociación de las posibles rescisiones de contratos de forma pactada. Los centros de trabajo afectados son Zaragoza (38 trabajadores), Alcañiz (12 trabajadores) y Teruel (18)”.

El periódico El País relató en 1999 que esta empresa española de gestión de infraestructuras (Elecnor) construirá 14 subestaciones eléctricas en México con un presupuesto de 44 millones de dólares (más de 7.000 millones de pesetas).

El 11 de junio del año pasado la prensa ibérica anota: “Rover Alcisa, Assignia y Elecnor, integradas en un consorcio, se han adjudicado el contrato para la construcción de la primera línea del tranvía en la ciudad argelina de Ouargla por un importe de 230 millones de euros, según un comunicado del grupo”.

La línea tiene una longitud de 12. 6 kilómetros y conecta el casco antiguo de la ciudad de Ouargla, situada 700 kilómetros al sur de Argel, con una ciudad universitaria a las afueras de la localidad.

El 22 de marzo de 2011, un portal especializado en energía renovable en España publicó la columna titulada: ‘Elecnor: de la energía nuclear a las renovables’, escrita por José del Moral, y describe: “Elecnor es una empresa de origen vasco muy poco conocida. Y eso que cotiza en Bolsa, factura casi 2 mil millones de euros al año, tiene más de 7 mil empleados y está presente en 60 países del mundo. Tampoco se sabe que en su día fue uno de los líderes en energía nuclear y que hoy lo es en renovables. Entre sus proyectos destaca el del Bimep, que promueve el gobierno vasco en Armintza para producir energía con las olas del mar”.

Dice que “Electrificaciones del Norte, el nombre original de la compañía, nació en Bilbao en 1958 para prestar servicio a las grandes compañías eléctricas españoles y, especialmente, a Iberduero. Estas empresas necesitaban crecer rápidamente y para ello necesitaban externalizar la instalación de las líneas, e incluso de ciertas instalaciones, como las centrales hidroeléctricas que entonces se construían masivamente en España.”

Dicho de otra forma: “Elecnor era una especie de ingeniería especializada en redes eléctricas. Edificó numerosas subestaciones, tendió líneas y participó en la realización de centrales térmicas y nucleares, como Almaraz y la tristemente conocida Lemóniz. Precisamente uno de sus empleados, José Antonio Torre, sería detenido y condenado por haber pasado a ETA los datos necesarios para colocar una bomba dentro del reactor de Lemóniz. Murieron tres personas y probablemente fue el mayor éxito de toda la historia de la banda terrorista: consiguió que se paralizara la central”.

Argumenta el columnista: “Sea como consecuencia del atentado o por simple coincidencia, por esa misma época Elecnor transferiría su sede social de Bilbao a Madrid, donde aún está asentada; no obstante, tiene algunas filiales en Bizkaia y tengo la sensación de que, al igual que Vocento, paga sus impuestos en Euskadi por las ventajas de la fiscalidad vasca. Lamentablemente, esto no hay forma de comprobarlo, pues sus memorias anuales nada dicen al respecto, aunque se puede comprobar que los consejos de administración se celebran en Bilbao”.

Escribió del Moral: “¿Y quién está detrás de Elecnor? La empresa está controlada por una sociedad denominada Cantiles XXI, en la que están presentes las 10 familias que pusieron en marcha la empresa en 1958. Su principal impulsor fue Juan Ignacio Landecho Zuazola y su actual presidente es otro vasco, Fernando Azaola Arteche. Entre los accionistas destacan también otros nombres insignes de Neguri como Guillermo Barandiarán Alday, Javier Oraá Moyua, Carmen Careaga Salazar (esposa del fallecido Fernando Ybarra López–Doriga), Joaquín Gómez de Olea Mendaro, Jaime Real de Asúa Arteche o los descendientes de Eduardo K.L. Earle”.

Asumen la columna: “Además, por su origen getxotarra, todos ellos tienen una característica común: su relación con el ala política más conservadora y consiguiente juancarlismo y su fervor religioso, una cualidad que también destaca entre los promotores de Sener e Idom. Sin ir más lejos, la esquela de Juan Ignacio Landecho, cuyo padre fue asesinado por “los rojos” en la guerra civil, especificaba que había fallecido en Las Arenas “bajo el manto de la Virgen del Pilar”. Muchos de ellos y sus esposas militan en organizaciones y sociedades benéficas como Acción Familiar, Nuevo Futuro o Viviendas de Vizcaya”.

De hecho, “Elecnor es uno de los principales clientes de varias empresas nacionales, lo que debería generar no pocas dudas a los accionistas minoritarios. No en vano los foros de Bolsa siempre han echado humo sobre los propietarios de la compañía. Y hay muchos más enredos. Así, Guillermo Barandiarán y Joaquín Gómez de Olea son consejeros e importantes accionistas de Tubos Reunidos, una compañía controlada por el BBVA, la familia Zorrilla de Lequerica y los hermanos Santiago y Emilio Ybarra, que a su vez fue presidente del BBVA”.


Fuente: La Jornada de Oriente