sábado, 12 de abril de 2014

Destrucción en Morelos

Los de abajo-Gloria Muñoz Ramírez
Lejos de llevar el progreso a las comunidades indígenas, los proyectos carreteros atropellan la vida comunitaria, arrasan con cultivos y en no pocos casos con vestigios arqueológicos, que no son pasado para las culturas originarias, sino parte de su historia y su presente. Es el caso de la autopista La Pera-Cuautla, en Morelos, cuyo trazo atravesará la zona arqueológica de Tepoztlán, con permiso de los especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), de acuerdo con el reporte del jurista Raymundo Espinoza Hernández, quien advierte que gracias a la intervención del INAH, las pirámides tepoztecas serán borradas del paisaje carretero.
La ampliación de la autopista está en manos de la constructora Tradeco, incluye la ampliación de 21 kilómetros de carretera con 60 metros de ancho y requiere de la expropiación de 125 hectáreas de territorio de Tepoztlán, con el consiguiente arrasamiento de tierras altamente cultivables y de flora y fauna endémicas de una reserva ecológica otorgada en 1937 por el presidente Lázaro Cárdenas.

Espinoza Hernández, asesor de la Asociación Nacional de Afectados Ambientales (ANAA) y colaborador del Capítulo México del Tribunal Permanente de los Pueblos (TPP), asevera que Giselle Canto Aguilar, investigadora del área de Arqueología en Morelos, y directora del Programa de Salvamento Arqueológico SCT-carretera La Pera–Cuautla, es famosa en Tepoztlán por sus dictámenes favorables al otorgamiento de permisos de construcción de todo tipo o al emprendimiento de obras en zonas de alto riesgo arqueológico, o de plano sobre monumentos invaluables.

Con la venia de Canto Aguilar, aseguran los oponentes a la ampliación, se afectará el complejo de Tlaxomolco, que es tan grande o más que la pirámide del Tepozteco. El reporte de la arqueóloga sobre esta zona, explica Raymundo Espinoza, indica que no existe inconveniente en que se lleve a cabo el proyecto de ampliación pues, ante el mal estado de conservación, su equipo privilegia la investigación, y asegura que al no existir arquitectura monumental que pueda ser destruida por el proyecto de modernización y ampliación de la carretera en el área del supuesto derecho de vía, el trazo no requiere de modificaciones.

En entrevistas anteriores, la comunera Osvelia Quiroz denunció que el proyecto carretero afectará la vida completa del pueblo, y además de la afectación de Tlaxomolco, también serán derribados los cerros Yohualtépetl y Zematzin.

Fuente: La Jornada