sábado, 1 de febrero de 2014

Desesperados por falta de agua potable en Iztacalco, habitantes abren registros


Escuelas públicas cancelan clases o solicitan a alumnos llevar cubetas para asear baños
Pozo habilitado por Sacmex no concluyó conexiones y ofrece líquido de mala calidad
Rocío González Alvarado | Periódico La Jornada | Sábado 1º de febrero de 2014, p. 29
Ante la desesperación por la falta de agua potable, habitantes de la colonia Cuchilla Ramos Millán, ubicada en la delegación Iztacalco, abrieron los registros del líquido para abastecerse con cubetas o a través de sus propias redes, habilitadas con mangueras y tubos, que se extienden por las calles hasta llegar a sus casas.

El problema de falta de agua se intensificó en días pasados, por lo que incluso las escuelas públicas de este perímetro han cancelado clases o exigen a los alumnos llevar sus propias cubetas para los baños.

En un recorrido realizado por este diario, los vecinos se quejaron de que el abasto a través de pipas es lento y selectivo. “Si no eres afín al grupo de las autoridades delegacionales no te toca”, aseveró Verónica, una de las afectadas, quien señaló que se han visto obligados a bloquear las calles, de manera constante, para recibir atención.

Miguel Ortega, también vecino del lugar, explicó que la escasez de agua en la colonia Gabriel Ramos Millán –que está dividida en cuatro secciones: Cuchilla, Ampliación y Bramadero 1 y Bramadero 2– es un problema añejo que comenzó cuando el pozo de Santa Úrsula Xitla, que abastece la zona, dejó de funcionar totalmente.

Líquido no apto para ingerirse

Desde entonces, agregó, hablaron con el Sistema de Aguas de la Ciudad de México (Sacmex), que habilitó un nuevo pozo y cambió la mitad de la red hidráulica de la colonia; sin embargo, lejos de resolverse el problema se agravó. En algunos puntos el agua es cristalina, pero en otra llega pestilente y grasosa, y en otros más nunca cae una gota, porque no se concluyeron algunas conexiones, refirió.
El problema que afecta a las cuatro secciones de la colonia Ramos Millán comenzó cuando el pozo de Santa Úrsula Xitla dejó de funcionar de manera total. Foto: Erika Salvador 
“El agua llega tan sucia que se le hace una nata aceitosa encima, y no podemos reciclarla más de dos días, porque comienza a apestar a caño”, dijo Norma Casillas, quien detalló que el líquido así sólo puede utilizarse para lavar la ropa y para el baño.

En otros sitios simplemente el agua no llega, como ocurre en las calles de Oriente 116 y 118, donde los vecinos se han visto obligados abrir los registros de agua. “Aquí nos cooperamos entre todos, compramos las mangueras y las bombas, para surtirnos, y el que no quiere, pues puede venir con sus botes a sacarla”, contó una habitante.

Arremolinados en uno de los registros, los colonos exigieron a las autoridades del Sacmex intervenir para solucionar el problema de manera definitiva, pues se ha comenzado a lucrar políticamente con el desabasto de agua. “No es justo que jueguen con la necesidad de la gente”, apuntaron.

Fuente: La Jornada