martes, 21 de enero de 2014

Reloj de muestra / Políticos lujosos / La marca Montiel / Mireles, utilizado

Astillero-Julio Hernández López
Al ser asaltado un domingo en que sin escolta fue a la capitalina plaza comercial Antara, en la vigilada colonia Polanco, el secretario federal del trabajo, Alfonso Navarrete Prida, puso en evidencia el desparpajado lujo en que viven los políticos y funcionarios de un país hundido en la miseria y la injusticia. Esa desafortunada tarde de descuido, al miembro del gabinete de Enrique Peña Nieto le fue robado de golpe un reloj Patek Philippe que, de ser el mismo modelo Nautilus 5726-001 con que apareció varias veces en actos públicos (http://bit.ly/1eaxbaP ), tendría un costo en tienda de casi medio millón de pesos (496,312, para ser exactos, según http://bit.ly/1hba9Bd ).
No es un precio exagerado ni inusual entre la corte de altos funcionarios y políticos que parecieran estar en diaria competencia para demostrarse unos a otros la capacidad de poner los presupuestos públicos al servicio de sus gustos particulares o, en el caso de quienes están en receso, la habilidad que tuvieron al pasar por sus cargos y alzarse con ganancias que luego les permiten sobrellevar sin penurias los desiertos burocráticos. Comida y bebida de primera calidad, en sitios de diseño, ante un pueblo hambriento. Vehículos confortables y blindados, con choferes y guardaespaldas, ante un pueblo amontonado en vagones y peseras e indefenso ante los delincuentes no políticos. Gastos múltiples en sitios de privilegio ante un pueblo cada vez más exprimido fiscalmente. Todo con cargo al erario, botín de guerra de los bandos partidistas victoriosos y de sus aliados migueros.

En el caso, el secretario Navarrete Prida ha sido experto en desestimar los aplastantes señalamientos populares de corrupción contra algún personaje poderoso si las evidencias jurídicas puestas a su disposición apuntan hacia inocencias casi angelicales. Había sido procurador de justicia del estado de México, nombrado por el entonces gobernador Arturo Montiel y, sostenido en esa silla por el familiarizado sucesor, Enrique Peña Nieto, fue el encargado de revisar si eran ciertas las versiones de gran corrupción que Roberto Madrazo Pintado dio a conocer en el contexto de una encarnizada pelea por la candidatura presidencial priísta de 2006.

Navarrete Prida hizo un profundo trabajo de investigación hasta encontrar que no eran ciertas las acusaciones hechas contra quien lo había nombrado originalmente procurador de justicia (y mandó el expediente a la reserva, por si alguien podía probar más delante algo al acusado), a pesar de que Madrazo Pintado había preguntado en una entrevista televisiva con Joaquín López Dóriga de dónde venían los recursos que habían permitido a un hijo de Montiel, de 24 años, hacer un depósito bancario “en efectivo” de 35 millones de pesos y a otro, menor de 30, la compra de 14 mil hectáreas en 21 millones de pesos. Encarrerado, el ex gobernador tabasqueño dijo al aire que él no le había presentado a Montiel a quien era entonces su esposa (la francesa Maude Versini, quien libra actualmente una desventajosa batalla judicial contra el ex mandatario mexiquense por la retención de los hijos de la pareja ya divorciada), la que, dijo, “se ha convertido hoy en una corredora inmobiliaria que tiene bienes” en El Santuario, en Careyes y en Acapulco (http://bit.ly/1eaUK3o ).

El reloj político utilizado por el entonces procurador Navarrete para encontrar la hora de la justicia tenía demasiada cuerda y, a la vez, demasiadas expectativas en espera de la generosidad de quienes acomodan las manecillas. Hombre con suerte (Montiel le asignó una notaría pública en el estado de México, la 143, de Huixquilucan, http://bit.ly/1f7hLn5 , y tiene expendios de billetes de la Lotería Nacional en Hermosillo, Sonora, como puede verse en http://bit.ly/1f1gRud ), había sido secretario particular de Jorge Carpizo MacGregor en la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, en la Procuraduría General de la República y en la Secretaría de Gobernación. Luego se insertaría en la política mexiquense, con el tío Arturo (procurador, de 2001 a 2006) y más delante con el sobrino Enrique (secretario de desarrollo metropolitano, de 2008 a 2009), a cuya causa futurista sirvió como diputado federal de 2009 a 2012. En ese trayecto acumuló seis casas, tres departamentos (uno de ellos, de mil 54 metros cuadrados de terreno y 578 de superficie, adquirido de contado dos meses antes de su designación como secretario del trabajo) y dos terrenos, según la declaración patrimonial que presentó el 26 de diciembre de 2012 (http://bit.ly/LydHDf ). También reportó seis vehículos (dos 2012, una Mercedes Benz y un BMW, y un Jaguar 1960) y diversas pinturas artísticas y relojes, uno de ellos tal vez el robado en la plaza Antara, el reloj de muestra.

Astillas

El personaje más conocido de los episodios de las autodefensas michoacanas, el médico José Manuel Mireles, ha reconocido que el gobierno federal le dicta instrucciones y le hace actuar de determinada manera. No es menor el dato, a pesar de que el involucrado ha invocado su situación de salud como atenuante o excluyente de responsabilidad política, al mencionar que luego de un oscuro accidente aéreo y de una inexplicada protección policiaca federal en su favor, no estaba en condiciones adecuadas de entendimiento a la hora en que, salido del hospital Médica Sur a bordo de un helicóptero de la Policía Federal, le fue llevado un texto por personeros gubernamentales no identificados para que lo leyera ante una cámara de grabación. Mireles, alertado por sus compañeros de los adelantos informativos que en Televisa aseguraban que estaba llamando al desarme de las autodefensas una noche antes de que Miguel Ángel Osorio Chong se presentara en Morelia a detallar su presunto plan maestro para Michoacán, hizo otras declaraciones ante un grupo de periodistas, y ayer precisó en el programa radiofónico de Carmen Aristegui algunos términos de esa significativa utilización de líderes de autodefensas por parte de Bucareli… Y, mientras Fausto Vallejo juega a nombrar su propio comisionado para Tierra Caliente, ¡hasta mañana!

Fuente: La Jornada