Da el IMSS pasos para reconvertir las unidades de medicina familiar
En agosto se empezó a aplicar la “receta resurtible” para personas con enfermedades crónicas
Los espacios “liberados” permitirán atender a otros pacientes y reducir la demanda en hospitales
Las clínicas familiares del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) están “en el límite”, saturadas, con problemas de abasto y sin capacidad resolutiva por falta de orden y porque el personal médico carece de estímulos para realizar su trabajo con calidad y calidez, reconoció Javier Dávila Torres, director de Prestaciones Médicas del organismo.
Pacientes hospitalizadas en una clínica del IMSS. Foto: José Antonio López |
Esta es parte de la problemática que enfrentan las mil 200 unidades de medicina familiar (UMF) del Seguro Social, las cuales durante años han estado “en el olvido” porque se ha privilegiado el crecimiento de los grandes hospitales de alta especialidad.
Eso está bien, señaló el funcionario, el asunto es que en esa dinámica el servicio de primer contacto con los pacientes, donde se debería solucionar 80 por ciento de sus padecimientos, no funciona.
En entrevista, Dávila Torres comentó que este abandono explica, en parte, la saturación de los servicios de urgencias en los hospitales generales y el incremento de enfermedades graves como el cáncer. La falta de prevención, el diagnóstico y tratamiento tardíos son causa de complicaciones cuya atención es de alto costo y de muertes prematuras.
Con la puesta en marcha de Prevenimss se ha obtenido la evidencia. Dávila Torres puso al cáncer de mama como ejemplo. La enfermedad provoca más de 5 mil fallecimientos al año y es la principal causa de muerte en mujeres por tumores malignos. Es un problema de salud nacional y creciente.
El mayor reto para el sistema nacional de salud es lograr que las afectadas obtengan el diagnóstico de la neoplasia en sus etapas iniciales, cuando las probablidades de sobrevivir e incluso curarse son superiores a 80 por ciento.
El director de Prestaciones Médicas del IMSS comentó que al inicio de Prevenimss, en 2006, se realizaron alrededor de 50 mil estudios de mastografía; ahora se llevan a cabo más de un millón al año. El impacto en salud es contundente: la mortalidad por este padecimiento se redujo. De una tasa de 18 decesos por 100 mil habitantes que se reportaban en 2000, para 2011 es de 15 por 100 mil. Sólo por la detección temprana, enfatizó.
De ahí la decisión de fortalecer el primer nivel de atención para recuperar la medicina familiar y el médico de cabecera, indicó Dávila. Comentó que el pasado mes de abril la institución convocó por primera vez a una reunión de trabajo a los directores de las UMF, “algo que no se había hecho nunca”, indicó.
Los funcionarios se quejaron de que no se les toma en cuenta, ni se han atendido sus peticiones para equilibrar la oferta y la demanda de servicios, porque hay algunas clínicas sobresaturadas y otras “vacías”. También hablaron del desabasto de medicamentos e insumos, así como la falta de incentivos y capacitación para médicos y enfermeras.
El proyecto del IMSS para reconvertir a las UMF empezó a aplicarse en agosto con la “receta resurtible”. En ese mes se emitieron 400 mil recetas de pacientes con enfermedades crónicas, bajo control, que en adelante acudirán con el médico familiar sólo cada tres meses. Antes iban en forma mensual, pero sólo para renovar sus recetas y dar continuidad a sus tratamientos. No tenía ningún caso que los derechohabientes vayan a formarse sólo para que les den sus medicinas, indicó Dávila.
Los espacios “liberados” en los consultorios permitirán atender a pacientes con alguna urgencia, en lugar de que se vayan a saturar los hospitales. La consistencia de la estrategia permitirá liberar 7 millones de espacios en la consulta familiar en un año, lo cual equivale al servicio que proporcionan 700 consultorios, explicó el funcionario.
El plan institucional planea recuperar la figura de “médico de cabecera” porque hay muchas enfermedades que se explican cuando se revisa el entorno familiar de las personas. Esto incluye brindar una medicina personalizada que no esté limitada a consultas de 15 minutos como ha sido hasta ahora.
Determinar tiempos es necesario porque el IMSS tiene el reto de optimizar el uso de sus recursos, dijo Dávila, pero a la vez se busca que el médico “vuelva a mirar a los ojos a sus pacientes, los identifique por su nombre y realmente los conozca”.
Fuente: La Jornada
Fuente: La Jornada