viernes, 5 de abril de 2013

Más importaciones de gas natural

5 abril 2013 | Alberto Barranco | El Universal
En los próximos días la Comisión Federal de Electricidad lanzará una licitación pública internacional para adquirir nuevas remesas de gas natural congelado y licuarlo en las plantas regasificadoras de Altamira y Manzanillo, con proporción de 200 millones de pies cúbicos diarios.
La intención es abrir la competencia para ubicar un precio equilibrado entre los 3.8 dólares el millón de BTU’s que marca el índice Henry Hub de Estados Unidos y los 18 a que se cotiza en Asia. 

Como usted sabe, en la emergencia ante las “alertas críticas” de abasto del combustible para la industria, en cuyo escenario se han provocado pérdidas calculadas en 21 mil millones de dólares, Petróleos Mexicanos realizó una importación en proporción de 100 millones de pies cúbicos diarios, que resultó ruinosa para el país. 

El precio en que se cotizará el producto es de 21 dólares el millón de BTU’s, es decir casi seis tantos de la referencia internacional utilizada por México. 

El problema es que la compra se realizó en forma directa vía un broker o intermediario, cuya comisión alteró el costo hasta ubicarlo como el mayor del planeta. 

La CFE, en contrario a lo que se había dicho, mantiene vivo un contrato para abasto durante 20 años con la empresa española Repsol, que le permite importar gas natural proveniente de Perú a razón de la referencia Henry Hub… menos nueve por ciento. 

Este año el abasto es de 300 millones de pies cúbicos diarios. 

El combustible llega a la regasificadora de Manzanillo, creada justo a la vera del contrato que hasta hoy la firma ibérica, tras sus tropiezos en Argentina y Bolivia y la mala situación económica de su país, no ha objetado oficialmente. 

Se calcula que en el puro transporte del producto proveniente de Perú la firma eroga tres dólares por millón de BTU’s 

Lo cierto es que el estado crítico en el abasto del combustible se debe a la pésima planeación de los últimos dos gobiernos panistas, al no calcular que la oferta sería muy superior a la demanda en los siguientes años. 

Los secretarios de Energía de entonces, léase Fernando Canales Clariond, Fernando Elizondo Barragán, Felipe Calderón, Georgina Kessel, Jordy Herrera… se confiaron en que el campo de Burgos, ubicado en el norte del país, sería inagotable. 

El problema es que no se construyeron las vías para facilitar su extracción. Y el problema, desde otro ángulo, en que para Pemex la producción del combustible vía sus yacimientos petroleros resulta incosteable ante el costo actual que marca la referencia internacional. 

De hecho, cuando el ex director general de la CFE, Alfredo Elías Ayub, planteó la construcción de las regasificadoras en Manzanillo y Altamira, esta última para licuar el gas que importa al país la empresa Exxon, le llovieron las críticas. 

El caso es que hoy la infraestructura de ductos se está orientando hacia la posibilidad de importación, con exigencia de abrir nuevas plantas regasificadoras. 

Así el proyecto “Ramones” patrocinado por Petróleos Mexicanos, con una longitud total de tres mil 41 kilómetros. 

Así la red que está tendiendo la propia CFE en el noreste del país, cuya punta es justo la ciudad de Tucson, Arizona, colindante con Nogales. 

El problema es que del dicho al hecho pasarán al menos dos años. 

Mientras tanto, el país tendrá que mantener la importación del producto en un escenario de precios contrastantes. 

Por lo pronto gran parte de la energía eléctrica que produce la Comisión Federal de Electricidad se está alimentando con combustóleo, cuyo precio está ligado al del petróleo… 

 México, pues, está pagando caro los yerros de funcionarios improvisados.