jueves, 4 de abril de 2013

El horario de verano puede alterar el sueño

Ariane Díaz | Periódico La Jornada | Jueves 4 de abril de 2013, p. 42
El próximo 7 de abril comenzará el horario de verano. Una persona saludable puede adaptarse en 12 horas a él; sin embargo, el cambio puede detonar una alteración de sueño latente en ciertas personas, advirtió Guadalupe Terán Pérez, coordinadora de Investigación de la Clínica de Trastornos del Sueño de la unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana.
“Se sabe que el organismo tarda un promedio de 12 horas en adaptarse por cada hora que se recorre el horario; es decir, en ese periodo tendríamos que acostumbrarnos y no tener ningún impacto, aunque algunas personas más sensibles podrían tardar dos o tres días, pero nada más”, dijo en entrevista.

Agregó que la adaptación puede resultar más difícil para personas mayores o para las que sufren ansiedad. A raíz de estos cambios, algunos individuos “empiezan a sufrir insomnio o dificultad para conciliar o mantener el sueño”, por lo que recomendó estar pendiente de la calidad de cómo se duerme y acudir con un especialista, en caso de malestar.

La experta en medicina del sueño dijo que para prepararse para el nuevo horario se pueden tomar medidas un par de días antes, como adelantar 15 minutos diariamente la hora de ir a la cama; evitar ingerir café, refrescos de cola, cigarros y chocolate, así como procurar no “reponer” la hora perdida al día siguiente, pues eso “desincroniza” el reloj biológico y dificulta la adaptación.

También recomendó no enfocarse en la idea de que “nos están robando una hora. Es mejor realizar las actividades normales, de acuerdo con la rutina, y si sentimos sueño aguantarnos hasta la hora de dormir para no desincronizar nuestro reloj biológico”.

En la mayoría de los mamíferos, el sueño y la vigilia se rigen por varios sincronizadores; entre ellos, los cambios de luz y oscuridad. El cerebro recibe la estimulación de la luz a través de la retina y sincroniza que cuando hay iluminación tenemos que estar despiertos y cuando está oscuro hay que dormir.

“De hecho, hemos alterado este ciclo por toda la estimulación artificial, y eso no es benéfico; lo ideal es despertar cuando hay luz e ir a dormir cuando hay oscuridad”, puntualizó.

Recomendó que, con independencia del cambio de horario, se lleven a cabo medidas de higiene del sueño, como no hacer ejercicio en la noche, no cenar ni ingerir líquidos dos horas antes de ir a la cama y evitar estímulos como los videojuegos, así como cierta programación televisiva, como la relacionada con la violencia.

Fuente: La Jornada