lunes, 3 de diciembre de 2012

Comparando los gabinetes de Peña Nieto y AMLO / Ese pacto no es con Dios / Las otras balas de goma

Dinero-Enrique Galván Ochoa
Si México tuviera un régimen parlamentario y no presidencialista, tal vez Enrique Peña Nieto se vería obligado a incorporar a su gabinete a algunos de los elementos que propuso Andrés Manuel López Obrador para integrar su propio equipo. Pero eso se antoja como un imposible, el candidato de la izquierda ni siquiera reconoce su triunfo. Ayer lo confirmó en la manifestación de el Ángel de la Independencia.
Sólo un elemento aparece en ambos gabinetes: Manuel Mondragón y Kalb. ¿Cómo calificarían ustedes, primero, a los equipos como un todo, y luego a las individualidades que los integran? En algunos casos no es difícil tomar una decisión. 
Personajes como Juan Ramón de la Fuente (Educación), Bernardo Bátiz (PGR), Miguel Torruco (Turismo), Raquel Sosa Elizaga (Desarrollo Social), y Genaro Góngora (Consejería Jurídica) gozan de amplia aceptación ciudadana. Del equipo de Peña Nieto han sido bien recibidos, particularmente por el sector financiero, José Antonio Meade (Relaciones); Luis Videgaray (Hacienda) e Idelfonso Guajardo (Economía). En Gobernación cabría un empate entre Miguel Ángel Osorio Chong y Marcelo Ebrard, después de su lamentable actuación en la represión de las manifestaciones. Se despide mal Ebrard de la gente del Distrito Federal. No tiene el gabinete peñanietista, sí el lopezobradorista, las carteras de Cultura, y Ciencia y Tecnología, pero sería una tarea infructuosa encontrar a personajes del prestigio y trayectoria de Elenita Poniatowska y René Drucker. Ahí están los dos gabinetes. Hagan ustedes sus evaluaciones.

Ese Pacto no es con Dios

Ayer la élite política y empresarial firmó el Pacto por México. Fue negociado en lo oscurito –sin consultarlo a la ciudadanía– por los dirigentes de PRI, PAN y Jesús Zambrano, del ala chucha del PRD. Tiene el señuelo de que contiene las reformas que el país necesita. Sin embargo, incluye costos ocultos, como la privatización de los hidrocarburos y un alza de impuestos. En la práctica, el Pacto es un cheque en blanco para ser gastado durante la luna de miel del nuevo gobierno.

Las otras balas de goma

Si, como se comenta en las redes sociales, fue gente del alto mando del PRI la que fraguó los acontecimientos de violencia del sábado, seguramente hay un orate en sus filas. Es grave el daño que ha recibido la imagen del flamante gobierno ante la comunidad internacional, particularmente en la esfera de los negocios. La inversión foránea que se canaliza a instrumentos financieros, como los Cetes, tiene una nueva marca al llegar a 57 mil millones de dólares. Son capitales golondrinos que alzan el vuelo con extrema facilidad. Agitación política, manifestaciones callejeras, violencia con saldo de heridos graves en un gobierno que empieza, son como balas de goma para la confianza. Harían bien Videgaray y Meade en instrumentar una operación cicatriz con los directores de los principales fondos de inversión que tienen su dinero en México.