sábado, 2 de junio de 2012

Washington desiste de caso Néstor Moreno

En noviembre de 2011, un magistrado federal de Guadalajara había resuelto que no había evidencia alguna de que Moreno fuera el dueño del yate.
2 junio 2012 | Reforma
Ciudad de México.- El Gobierno de Estados Unidos canceló en definitiva la acusación contra empresarios por supuestos sobornos al ex director de Operación de la CFE, Néstor Moreno Díaz, preso en el DF desde abril, incluidos los señalamientos sobre la entrega de un yate y un Ferrari.
El Departamento de Justicia desistió el 25 de mayo de la apelación que había presentado contra la orden de un juez federal de Los Angeles, que el 1 de diciembre desechó los cargos por pago de sobornos en el extranjero contra la empresa Lindsey Manufacturing, sus ejecutivos Steve Lee y Keith Lindsey y los mexicanos Enrique Faustino Aguilar Noriega y Ángela María Gómez Aguilar.

Aguilar y Gómez habían sido acusados de recibir fondos de Lindsey Manufacturing para sobornar a Moreno a cambio de contratos para esa empresa. Los sobornos habrían incluido el yate Dream Seeker, un Ferrari y pagos a su tarjeta American Express. Esta última era la única que había sido declarada culpable por un jurado y condenada a 10 meses de prisión y tres años de libertad bajo supervisión por el delito de conspiración para lavar dinero.

Sin embargo, el 29 de mayo la defensa de Gómez solicitó al juez Howard Matz, de la Corte de Distrito para el Centro de California, dejar sin efectos la condena, pues desde diciembre existía una acuerdo por el cual se anularía dicho fallo si el Departamento de Justicia desistía de seguir adelante con su apelación.

Gómez regresó a México a mediados de 2011, luego de que el juez aceptó dejar como sanción el tiempo que estuvo presa desde agosto de 2010, pero no se había librado del antecedente de haber sido condenada.

Pero en su orden de diciembre, inusualmente larga para el estilo de los jueces estadounidenses, Matz lanzó un brutal ataque contra la fiscalía y el FBI, a los que acusó de múltiples irregularidades y "conductas indebidas" en su afán de vincular los pagos de Lindsey a Enrique Aguilar, quien era su representante en México, con sobornos a Néstor Moreno, un ingeniero que laboró más de 24 años en la CFE.

No está claro qué impacto tendrán estos hechos sobre el juicio contra Moreno, pero la parte crucial de la acusación en su contra depende de comprobar que el ex funcionario efectivamente fue sobornado con el yate y el Ferrari, pues entre ambos bienes representan más de 26 millones de pesos del presunto enriquecimiento ilícito de 33 millones de pesos que se le imputa.

En noviembre de 2011, un magistrado federal de Guadalajara había resuelto que no había evidencia alguna de que Moreno fuera el dueño del yate, ni de ningún otro elemento para acusarlo de enriquecimiento.