lunes, 21 de mayo de 2012

Desde 2007 se sospechó de los mandos militares

Jesús Aranda | Periódico La Jornada | Lunes 21 de mayo de 2012, p. 11
En diciembre de 2009, fuerzas especiales de la Armada de México ultimaron a Arturo Beltrán Leyva en Cuernavaca, Morelos. Fuentes navales confirmaron que la Secretaría de Marina contó con la activa participación de la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) y otras agencias estadunidenses para ubicar al llamado Jefe de jefes y que había tomado la decisión de capturarlo porque el Ejército Mexicano no había actuado, a pesar de que era conocido que Beltrán Leyva estaba asentado en el estado de Morelos.
Desde aquel entonces se sospechó que mandos militares encubrían a Beltrán Leyva, “pero nunca tuvimos conocimiento ni se mencionó el nombre del general de división en retiro Tomás Ángeles Dauahare”, confiaron los mandos entrevistados.

En cambio, los marinos sospechaban que Beltrán Leyva contaba con la protección de mandos castrenses en Morelos, lo que le permitía vivir en esa entidad sin ser molestado.

Dudas sobre vínculos con el cártel de los Beltrán Leyva

Las dudas se enfocaban en los mandos de la 24 zona militar, comandada en 2007 y 2008 por el general Ricardo Escorcia Vargas, quien junto con el general en activo Roberto Dawe González, el general Ángeles y el teniente coronel retirado Silvio Isidro de Jesús Hernández Soto se encuentran bajo arraigo por sospecha de tener vínculos con el cártel de Beltrán Leyva, luego de que dos testigos protegidos de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (Siedo), Roberto López Nájera, Jennifer, y Sergio Barragán Villarreal, Mateo, los vinculó con el cártel de los Beltrán Leyva.

Los entrevistados descartaron que la presencia del general Ángeles en un acto con Enrique Peña Nieto sobre seguridad en el estado de Colima, hace unos días, fuera motivo para que el divisionario sufriera alguna represalia.

Desde las elecciones de 2000 es conocido en el medio militar que generales y almirantes con aspiraciones a dirigir las secretarías de la Defensa Nacional y de Marina se reúnen con los candidatos presidenciales para presentarles sus proyectos de trabajo.

La detención de Dauahare, según Erubiel Tirado, coordinador del diplomado de Seguridad Nacional de la Universidad Iberoamericana, se inscribe en el contexto de las pugnas internas por el poder en el Ejército, que tienen que ver con la gran cantidad de recursos económicos destinados a seguridad pública que manejan los militares.


Fuente: La Jornada