27 marzo 2012 | Álvaro Delgado | Proceso

“La solicitud de acumulación toma sentido ante las preguntas de a quién interesa y beneficia este tipo de espionaje y filtraciones. Es el Partido Revolucionario Institucional, en territorios de su candidato Enrique Peña Nieto, quien cotidianamente ha llevado a cabo este tipo de prácticas”, afirmó el equipo de la candidata.
En un comunicado emitido a las 13:00 horas, a nombre de la “Casa de campaña” de Vázquez Mota, cita al vocero del Partido Acción Nacional (PAN), Javier Lozano, en su acusación contra el PRI, y manifiesta su “plena coincidencia” con él al calificar al secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, como “un hombre leal al presidente y a México”.
Y sin mencionar que fue Vázquez Mota quien imputa a García Luna el espionaje y a la vocera Alejandra Sota la filtración, según la grabación, el equipo de campaña de la candidata reitera su repudio a las intervenciones telefónicas y la difusión de su contenido, porque se trata de un delito que se debe investigar y perseguir hasta castigar a sus autores.
Por ello, informa, ayer se presentó ante la PGR una denuncia de hechos contra quien resulte responsable y “solicitamos a la autoridad ministerial la acumulación de esta denuncia con la presentada por el senador Manlio Fabio Beltrones el 13 de junio de 2008, en donde acusó del espionaje cometido en contra suya, de sus familiares y sus colaboradores”.
Recuerda: “Las investigaciones dieron cuenta de otras grabaciones de conversaciones de otros personajes como el presidente (del PAN) Gustavo Madero, el actual secretario de Energía, Jordy Herrera, los legisladores perredistas Alejandro Encinas y Carlos Navarrete, además de Angélica Rivera y su señora madre”.
Agrega:
“La solicitud de acumulación toma sentido ante las preguntas de a quién interesa y beneficia este tipo de espionaje y filtraciones. Es el Partido Revolucionario Institucional, en territorios de su candidato, Enrique Peña Nieto, quien cotidianamente ha llevado a cabo este tipo de prácticas.”
Y finaliza: “Debe quedar claro que una elección no se gana a través de la realización de conductas ilegales y quien recurra a ellas no puede merecer la confianza de los electores por más que haya acostumbrado a la opinión pública a pactar con delincuentes”.