martes, 28 de febrero de 2012

Pérdidas en Pemex y CFE, atentado contra estabilidad financiera del estado mexicano

Canallada haber liquidado por decreto presidencial a LyFC bajo el pretexto de la supuesta ineficiencia de dicha compañía, y hoy la mal llamada “Empresa de Clase Mundial” arroje pérdidas del orden de los de 17 mil 168 mdp: Hortensia Aragón
28 febrero 2012 | Staff Crónica de Oaxaca
Hortensia Aragón Castillo (Coordinadora Nacional Foro Nuevo Sol-PRD).- Las pérdidas económicas registradas por Pemex y CFE en el último año fiscal representan un serio atentado contra la estabilidad financiera del Estado mexicano que debe revertirse urgentemente, pues de continuar con dicha tendencia el próximo presidente de la República recibirá una administración pública prácticamente quebrantada y sin posibilidades de revertir el grado de deterioro al que lo ha orillado la ineficiencia de Felipe Calderón.
Es una canallada que a pesar de haber liquidado por decreto presidencial a Luz y Fuerza del Centro bajo el pretexto de la supuesta ineficiencia de dicha compañía, hoy la mal llamada “Empresa de Clase Mundial” arroje pérdidas económicas del orden de los de 17 mil 168 millones de pesos, cantidad que equivale prácticamente a los 20 mil millones de pesos que representó la disolución de la primera compañía fundada por el Estado mexicano tras la nacionalización eléctrica.

Lo mismo sucede con Pemex, empresa que debido a la voracidad gubernamental presente desde los tiempos en que el PRI detentaba el poder presidencial, sigue sometida a dolorosos regímenes fiscales que han mermado su capacidad productiva, lo que la ha llevado a ser sujeta de un cada vez mayor pago de impuestos (876 mil 15 millones 747 mil pesos en 2011, 34 por ciento más en 2010) y derechos por concepto de aprovechamientos, lo que como lo revelan sus más recientes estados financieros han agudizado paulatinamente su proceso de descapitalización.

Resulta ofensivo que en lugar de llevar a las grandes ligas mundiales a las dos paraestatales más importantes de nuestro país en el ramo energético, que cuentan con la infraestructura necesaria para ser detonantes de la economía interna mexicana, Calderón Hinojosa sólo se haya dedicado en los últimos cinco años a colocar a sus allegados -personas ineficientes y sin escrúpulos- al frente de empresas que, debido a las prácticas de corrupción que el presidente de la República sigue solapando, se encuentran prácticamente desmanteladas y a punto de convertirse en despojos etiquetados para su venta inmediata al mejor postor.

Lo mejor que le puede pasar a Pemex, a la CFE y en general a toda la administración pública es un cambio radical en el régimen político y económico actual.

Como ha señalado Andrés Manuel López Obrador, el gobierno progresista de las izquierdas no sólo propone el fortalecimiento de dichas paraestatales, sino la reconversión energética doméstica, que supone pasar de ser una nación importadora de hidrocarburos a un país productor de sus propios recursos. Para ello se propone la creación de cinco refinerías, lo que representaría un ahorro de al menos 26 mil millones de dólares anuales, que es la cifra que paga nuestro país por la importación de gasolinas y otros energéticos altamente contaminantes que los mexicanos consumimos actualmente.