Las causas, crisis de deuda en Europa, medidas de austeridad y desempleo, afirma
América Latina y el Caribe crecerán 3.3% en 2012; México tendrá un avance moderado de 2.7%, prevé la Unctad
Sugiere un estímulo fiscal coordinado para crear más empleos
Ginebra, 17 de enero. La Organización de Naciones Unidas (ONU) advirtió que el mundo está “al borde” de otra recesión económica, principalmente debido a la deuda soberana europea, las medidas de austeridad y el aumento preocupante del desempleo, por lo que el crecimiento del producto interno bruto (PIB) mundial para el presente año será de 2.6 por ciento y 3.2 para 2013. El informe Situación económica mundial y perspectivas para 2012 subrayó que “la economía mundial se tambalea al borde de otra crisis importante”.
Especialistas de la Conferencia de Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (Unctad) señalaron que, a pesar de que el mundo está al borde de otra recesión, se estima que el PIB de América Latina y el Caribe crecerá en 2012 a 3.3 por ciento y a 4.2 en 2013. Según la Unctad, México y América Central tendrán un crecimiento “moderado” del producto interno bruto (PIB) de 2.7 por ciento en 2012 y 3.6 por ciento en 2013, y la región caribeña crecerá 3.6 por ciento en 2012 y 4.3 por ciento el próximo año.
Hay un riesgo creciente de que los problemas de la deuda soberana europea y las medidas de austeridad se extiendan al resto del mundo este año y ocasionen así una recesión global comparable a la de 2008, destacó el estudio de la ONU. Los dos próximos años los países en desarrollo y las economías en transición “seguirán estimulando la economía mundial, pero su crecimiento será claramente inferior al alcanzado en 2010 y 2011.
“Las economías desarrolladas están al borde de una espiral descendente representada por cuatro debilidades que se refuerzan mutuamente: la angustia de la deuda soberana, sectores bancarios frágiles, débil demanda agregada (asociada con alto desempleo y medidas de austeridad fiscal) y parálisis de medidas causada por un estancamiento político y dificultades institucionales”, afirma.
Además, si los gobiernos de la Unión Europea y de Estados Unidos no se las arreglan para crear puestos de trabajo, tener bajo control la crisis de la deuda soberana y fortalecer el sector financiero, “se estima que el crecimiento del PIB sería únicamente de 0.5 por ciento”.
En 2010 el crecimiento mundial fue de 4 por ciento, y según los últimos cálculos del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU cayó a 2.8 en 2011. En 2012 el crecimiento de los países en desarrollo alcanzaría 5.4 por ciento (contra 7.1 en 2010), y el de los industrializados quedará en 1.3 por ciento, como en 2011 (1.5 por ciento para Estados Unidos y 0.7 por ciento para la Unión Europea).
A una tasa de crecimiento tan baja, “el ingreso medio mundial per cápita se reduciría”, alertó el informe. Los problemas que aquejan a la economía mundial son múltiples y están interconectados, señaló el texto.
Indicó que algunos de los mayores desafíos serán luchar contra la crisis del desempleo, que constituye el “tendón de Aquiles” de los países desarrollados, pero por otro lado se deberá enfrentar el declive de las perspectivas de crecimiento del mundo en desarrollo. Precisó que una recesión en Europa o Estados Unidos no es suficiente para provocar una recesión global, pero “el colapso de ambas economías seguramente sí la podría ocasionar”.
Por ello que el informe insiste en que a corto plazo es necesario más estímulo fiscal coordinado internacionalmente para crear más empleos. Aseguró que los países desarrollados deben ser prudentes y no implementar medidas prematuras de austeridad, dados los bajos niveles de recuperación.
Para los economistas de la Unctad las medidas de austeridad aplicadas por algunos gobiernos europeos para contener la crisis creada por la deuda “no son lo suficientemente efectivas”.
Por otra parte, el informe consideró que “los países en desarrollo, que se había recuperado fuertemente de la recesión mundial de 2009, podrían verse afectados a través de canales comerciales y financieros”.
Países de Asia oriental podrían ver caer sus exportaciones, mientras las economías emergentes y los países de África, América Latina y Asia occidental se verían perjudicadas por los precios de productos básicos.
La ONU considera “muy posible” que la crisis de la deuda se extienda a las grandes economías europeas, lo que resultaría en una contracción del crédito mundial y una eventual caída de la bolsa.
Además, en Estados Unidos, una escalada de la disputa política entre demócratas y republicanos sobre el presupuesto podría dar lugar a medidas de austeridad que reducirían la confianza del consumidor, afectarían al mercado de la vivienda y darían lugar a nuevos riesgos para los bancos.
En el escenario pesimista, el contagio de la deuda soberana podría asfixiar el crédito en el mundo y provocar “un crash en los mercados financieros”, como ocurrió con el colapso de Lehman Brothers Holding, advirtió el informe divulgado en la sede de la ONU en Ginebra.
Atender el comercio sur-sur
Los precios de las exportaciones en América Latina “todavía son buenos”, indicó el experto de la Unctad Alfredo Calcagno, uno de los autores del informe Situación y perspectivas de la economía mundial para 2012.
Destacó que las exportaciones de materias primas y productos básicos de América Latina tienen precios adecuados, “lo que da una base para que la región siga creciendo”. Sin embargo, hay riesgos mayores de que esto no continúe si llega a ocurrir “un shock financiero en los países desarrollados, especialmente de Europa”, apuntó.
Consideró que ante esa situación Latinoamérica deberá depender menos de los mercados externos, por lo que deberá pensar más en mercados internos, en los regionales y en el comercio sur-sur, particularmente con Asia, valoró el experto. “Esto podría compensar la falta de dinamismo de los mercados tradicionales como son Europa y Estados Unidos”, sostuvo Calcagno.
Otra cuestión que debería evitarse, recomendó Calcagno, es la salida de capitales, ya que es paradójica la tendencia en la región de “sacar el dinero de países donde las cosas están mejor, como los de América Latina, hacia aquellos que son el origen de la crisis como los europeos o Estados Unidos”.