El costo del paquete de alimentos en las zonas urbanas es de mil 35 pesos en promedio, cuando en octubre de 2006 costaba 798.95 pesos.
El porcentaje de personas que no pueden comprar una canasta alimentaria con el ingreso que perciben en su trabajo creció 20 por ciento en el país durante los últimos cinco años, revelaron cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
Empleos mal remunerados, con nulas prestaciones de ley, de baja calidad, muchos de ellos con plazas eventuales o con una temporalidad baja, han sido una de las razones por la que hoy los trabajadores son incapaces de adquirir una canasta con bienes de consumo básico.
De acuerdo con el Coneval, entre el tercer trimestre de 2005 y el mismo periodo de 2011, el porcentaje de trabajadores que no pudieron comprar una canasta alimentaria con su ingreso creció 20 por ciento en el país.
Este efecto se acentuó en mayor medida en las zonas urbanas respecto a las rurales.
La última crisis internacional en 2008-2009 provocó que muchas empresas despidieran personal y aunque en recientes meses se lograron recuperar esas plazas, muchas de ellas fueron menor remuneradas.
El organismo informó que el costo de una canasta básica en México en las zonas urbanas en promedio es de mil 35 pesos, cuando en octubre de 2006 se necesitaban 798.95 pesos para adquirirla.
Para la zona rural ahora es de 728.86 pesos, mientras que hace cinco años tan sólo era de 569.83 pesos.
De los 46.8 millones de trabajadores formales e informales en el país, 26.6 millones (56.8 por ciento de la población ocupada en México) ganan entre uno y hasta tres salarios mínimos, es decir, entre mil 800 y 5 mil 400 pesos mensuales. Alrededor de 4 millones no reciben ningún tipo de ingreso monetario.
Aunque la situación se agravó en el país, algunas entidades federativas tuvieron un mayor deterioro en las condiciones laborales, lo que hoy hace que más trabajadores estén con la imposibilidad de satisfacer sus necesidades básicas de alimentación.
Es el caso de Baja California, Tamaulipas y Nuevo León, entidades donde se presentaron los mayores incrementos en el número de trabajadores que ya no pueden comprar con su ingreso una canasta alimentaria.
En los últimos cinco años, el índice de la tendencia laboral de la pobreza creció 76 por ciento en Baja California, mientras que en Tamaulipas y Nuevo León el aumento fue de 60 por ciento en cada una.
A la fecha, en Baja California, más de la mitad de los trabajadores formales e informales de esa entidad ganan desde uno y hasta tres salarios como máximo. En Tamaulipas, la proporción de trabajadores con mini salarios es de 72 por ciento de su población ocupada.
En Nuevo León, 43 por ciento de sus trabajadores apenas ganan entre uno y hasta tres salarios mínimos y registra a más de 61 mil personas que no obtienen ingresos por emplearse.