viernes, 9 de diciembre de 2011

El caso CFE y su posible relación con Morelos

9 diciembre 2011 | Jesús Castillo García | La Unión de Morelos
En los últimos días un nuevo escándalo se cierne en el territorio nacional por un megafraude en la Comisión Federal de Electricidad (CFE). Como ya es del dominio público, una investigación de la Secretaría de la Función Pública sacó a la luz pública un desfalco por mil 320 millones de pesos birlados a la CFE a través de 232 juicios irregulares en Sinaloa.
En julio de 2010, Alfredo Elías Ayub, entonces director de la CFE, fue alertado y pidió revisar porqué mientras en 2004 hubo cuatro demandas, 197 en 2005, 308 en 2006, para el siguiente año se disparó a dos mil 978 querellas.
También pidió cita con Salvador Vega para comentarle que sospechaba de anomalías. En septiembre, los auditores comenzaron a recolectar información e incluso a clonar algunas computadoras.

En principio no había nada extraordinario, salvo la multiplicación por mil de las demandas contra CFE y que la dependencia perdía sospechosamente cientos de millones de pesos, sin que la oficina de Néstor Moreno Díaz, entonces director de Operación de la CFE, hoy prófugo de la justicia por presuntos actos de corrupción investigados en México y Estados Unidos, se diera por enterado, pues debía gestionar ante la Dirección de Finanzas todos los pagos.

La oficina del abogado Abel Huitrón tampoco se percató de cómo sus abogados en Sinaloa perdían juicios que estaban costando cientos de millones de pesos a la empresa.

Lo primero que hicieron los auditores de la SFP, fue extraer de los dos mil 978 casos, aquellos de mayor cuantía y tomaron 232 para su muestra.

Descubrieron la maniobra: jueces, abogados y peritos aparecían en la mayoría de los asuntos litigados. En 72 procedimientos judiciales, por ejemplo, participó el juez Soto Conde, en los cuales coincidió con el abogado de la CFE, Rodríguez Retes, y el perito López, en los que la CFE debió pagar a afectados 245 millones 910 mil 518.72 pesos.

El siguiente paso de los auditores fue revisar el procedimiento. Por ejemplo: expediente 255/2008, resuelto en 10 días; 571/2008, en 13 días; 595/2008, en 14 días; 254/ 2008, en 17 días. Es decir, desde el momento en que el denunciante presentó su denuncia ante el juez Soto y la resolución del juzgador, no transcurrían ni dos semanas. Según los investigadores de la Función Pública, un caso así tarda de seis a nueve meses. Concluyeron que en 190 casos de la muestra, los derechos de los demandantes habían prescrito por antigüedad, pues datan de la década de los 60 y para pelearlo tuvieron 10 años.

Detectaron embargos a cuentas de la CFE sin defensa legal, pues las mismas son inembargables. De plano, los abogados de la Comisión Federal de Electricidad no comparecían para defender a la empresa o, incluso, daban como domicilios para recibir notificaciones los sitios donde se ubican los cajeros automáticos de la compañía para el pago de luz, por lo cual no se enteraban de los citatorios.

En 97% de los 232 expedientes, los abogados de la Comisión Federal de Electricidad no impugnaron la decisión del juez, concluyeron los auditores.

Pero además los avalúos estaban “inflados”: un avalúo presentado a juicio era por 91 millones 400 mil 48.18 pesos a pagar al afectado, el INDAABIN dijo que el pago debía ser de 17 millones 938 mil 757 pesos, según el avalúo G-43752-HMO. Otro caso ganó 50 millones 750 mil 38 pesos cuando en realidad debía ser de 55 mil 475 pesos. En uno más la CFE pagó 10 millones 382 mil pesos y el INDAABIN calculó 3 mil 824 pesos.

Al respecto, cabe hacer mención que el 13 de octubre de 2009, Amelia Ávila Vázquez, jefa del Departamento Jurídico de la división Centro-Sur de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), fue asesinada de un balazo en la cabeza por un sujeto que la esperaba a la salida de su casa en el fraccionamiento Los Cedros, en Cuernavaca.

El homicidio ocurrió cerca de las 07:45 horas, cuando la mujer, de 38 años, llevaba a su hija a la escuela a bordo de su vehículo Nissan tipo Tsuru color blanco, con placas PWX-727 y logotipos de la Comisión Federal de Electricidad de Morelos. Para salir cada mañana del fraccionamiento Los Cedros —al norte de Cuernavaca—, donde vivía, debía pasar por un arco de piedra que identifica la entrada de la unidad habitacional. Supuestamente el agresor, descrito por los testigos como un hombre alto, vestido con ropa deportiva y cubierto del rostro con una máscara de una calavera, se ocultó en una de las columnas del arco mientras esperaba a su víctima.

Según los testigos, la mujer salía del fraccionamiento cuando el sujeto la amagó con una pistola y le ordenó que ocupara el asiento del copiloto; pues su hija iba en la parte posterior del auto. El homicida supuestamente le ordenó: “Recórrase que me voy a llevar su auto”, pero la mujer se resistió y entonces el hombre —no identificado— le disparó en la cabeza a una distancia de 20 centímetros. El homicidio fue presenciado por la menor y el auto quedó estacionado en una curva sobre la calle Limón, frente al Fraccionamiento Cedros de la colonia Lomas de Tzompantle.

El artero asesinato, como muchos otros, permanece impune. ¿Amelia no quiso participar en actos ilícitos o sabía mucho de éste u otros fraudes? Al parecer nunca lo sabremos.

Y en Morelos, hasta hace unos meses, también había litigios en torno a los derechos de vía para las torres de alta tensión en varios ejidos, uno de ellos el ejido de Chapultepec.