El Estado mantendrá la propiedad de hidrocarburos y empresa; el PRI, listo para la competencia democrática
Fue correcta la decisión de encarar a la delincuencia, pero el Ejército debe regresar gradualmente a los cuarteles
Rosa Elvira Vargas | Periódico La Jornada | Jueves 10 de noviembre de 2011, p. 3
Enrique Peña Nieto asegura:
Es una óptica que no corresponde a los tiempos actuales.
la oposición confunde la democracia con sus fobias y rencores al PRI; y resulta que para ésta, lo democrático es ser antipriísta, acabarnos, aniquilarnos.
Es una óptica que no corresponde a los tiempos actuales.
También insiste:
No soy el candidato de Televisa. Y sobre todo, fustiga al partido en el poder:
Cambió su política de acuerdos para la transformación del país, donde el PRI lo acompañó en los primeros años, por otra de alianzas para ganar elecciones y, medio disfrazada, aún la mantiene.
Frente a la
posibilidad realde un triunfo del PRI en 2012, remacha en la
incongruenciade mezclar
el agua y el aceitecuando se refiere a la unión entre PAN y PRD.
Hoy ¿qué es la derecha?, pues aquella que se parece mucho a la izquierda, y viceversa. Eso es lo que han logrado con sus alianzas.
De sus propuestas, en ésta que él llama etapa de aspirantazgo, destaca:
Gradualmente, el Ejército debe regresar a los cuarteles. Y porfía: Pemex debe recibir inversión privada y el Estado mantener la propiedad de los hidrocarburos y de la empresa.
Peña Nieto tiene 45 años de edad. Es abogado y hasta septiembre pasado gobernó el estado de México. Nunca ha desempeñado un cargo federal, si bien se le atribuye gran influencia tanto en la Cámara de Diputados como en el PRI. En San Lázaro lo llaman el diputado 501 y no pocos le adjudican la llegada a la presidencia del partido del hoy fustigado Humberto Moreira.
Tres sambenitos le refieren permanentemente sus opositores políticos debido a su temprana ubicación como el más adelantado aspirante presidencial. Afirman que el grupo Atlacomulco, Televisa y el ex presidente Carlos Salinas de Gortari lo eligieron para ser quien regrese al PRI a Los Pinos.
Y todos los rechaza en esta entrevista con La Jornada.
–¿Usted pertenece al grupo Atlacomulco?
–Ese tan señalado y satanizado grupo, si lo ubicamos como una cofradía, un ente político que pareciera perverso y malo, no existe, nunca ha existido. Es más mito que verdad. En efecto, soy originario de Atlacomulco, de donde han surgido seis gobernadores, en distintas épocas. Y nadie habla de los políticos del PRI del estado de México, sino del grupo Atlacomulco; entonces no hay otro… y pues, yo soy un político mexiquense.
–¿Estableció convenios económicos con Televisa para impulsar su candidatura?
–Nunca se han documentado tales acuerdos como algo debajo de la mesa, en lo oscurito. Se trata de especulaciones, señalamientos, y es común que me ataquen por eso. Nunca he estado más expuesto a los medios electrónicos que, por ejemplo, el presidente Felipe Calderón o que Marcelo Ebrard. Y lo hemos medido.
Esto también es un mito. Sí recurrimos a acuerdos con todos los medios de comunicación para tener informada a la población del estado de México sobre las acciones y los avances del gobierno estatal. Cuando en 2007 llegó la prohibición para aparecer en espots y campañas en medios electrónicos, volví a aparecer con voz o imagen. Y por supuesto, no soy el candidato de Televisa. Me gustaría, sí, ser acompañado y apoyado por todos los medios en aquello que quiero proyectar para México.
–¿Cuál es su vínculo con el ex presidente Carlos Salinas de Gortari?
–Con él, como con todos los ex presidentes, tengo una relación de respeto y cordialidad. Con Salinas de Gortari ni siquiera hay colaboración. ¿Padrinazgo de qué? Nos tocó actuar en política en tiempos totalmente desfasados. No recibo de él apoyo ni asesoría que pueda suponer algún otro tipo de relación. Tampoco de ningún otro ex presidente.
–En otros temas, ¿cómo presentará el PRI una propuesta de cambio si siguen los mismos políticos de siempre?
–El partido ha cambiado de manera natural y hoy lo veo despertando nuevas expectativas y confianza en la población. Dejó de ser el más descalificado y desacreditado porque los demás, a final de cuentas, también han tenido oportunidad de gobernar y la gente tiene mayores contrastes, puede comparar.
'En eso el PRI tiene una ventaja: perdió, reconoció su derrota y se ha preparado para regresar a la competencia democrática. Existe actitud y disposición ante la posibilidad de ganar la elección. Pero condición para ello es la concordia, la unidad, el acuerdo y hacer a un lado las actitudes egocéntricas.
–¿Con quiénes se ve en la boleta de la elección presidencial?
–No subestimo a ninguno de los actores de los otros partidos ni me interesa hacerles señalamientos. Quienes se califican de derecha y de izquierda a veces han depuesto sus banderas o sus causas de lucha y actuado con incongruencia al establecer alianzas electorales a las que no veo más sentido que una abierta animadversión al PRI. Y esto atenta contra la democracia; debieran, en todo caso, ocuparse por enarbolar su esencia ideológica.
A las campañas sucias recurren quienes, en su imposibilidad de construir un mejor proyecto, optan por la estrategia de acabar con el adversario. No he querido ni caeré en provocación alguna.
El círculo virtuoso
–¿Cómo enfrentaría la violencia que vive el país?
–La decisión de encarar a la delincuencia organizada fue correcta. Sin embargo, faltó un mejor diagnóstico y se desató lo que el propio gobierno calificó de guerra. Vinieron luego algunos ajustes para hacerla más eficaz, pero los resultados han estado muy lejos de las expectativas.
“Esto derivó en mayor violencia y, como dice Sun Tzu: ‘no vayas a la guerra si no estás seguro de que vas a ganarla’. A los grupos se les dieron espacios para rearmarse y volverse mucho más violentos. No estábamos suficientemente preparados y a toro pasado creo que fue una decisión muy intempestiva.
“El Estado tiene la obligación de combatir el crimen. Ya existe el activo del aprendizaje logrado y, en líneas generales, he sugerido un esquema de atención integral a las causas de la violencia mediante el círculo virtuoso de crecimiento económico para la seguridad pública y viceversa.
“También, mejorar el sistema educativo y las instituciones de salud para atender las adicciones y trazar objetivos prioritarios mediante una estrategia nacional para disminuir la violencia, reducir el número de homicidios, las extorsiones y los secuestros, pues cuando se dedica atención especial a ciertos temas se es mucho más eficaz.
“El tema presupuestal es prioritario. Y verlo no sólo en el ámbito federal; lo dice quien fue gobernador. Más inversión pública debe darse en todos los órdenes de gobierno. Teníamos quejas porque pareciera que este tema sí es prioridad del gobierno federal, pero sólo para lograr lo de ellos, y no se da la misma atención a las entidades.
Creo que gradualmente el Ejército debe regresar a los cuarteles y combatir el crimen organizado mediante instituciones estatales y con elementos civiles formados, preparados y con la suficiente capacitación.
–¿Qué responde a las críticas, aun dentro del PRI, sobre su propuesta de permitir inversión privada en Pemex?
–La empresa debe seguir siendo palanca del desarrollo nacional y para ello permitir capital privado. Esto, sin que el Estado pierda la propiedad directa de los hidrocarburos ni la rectoría económica de Pemex.
“Ahí está el referente de Brasil. Allá, el Estado mantiene la propiedad del recurso y con la apertura detonó la producción, ésta creció notablemente y se impulsó la economía del país.
¿Por qué nosotros no podemos hacer esto? ¿Sólo por ataduras ideológicas y visiones partidistas? Se puede lograr con la alianza entre el Estado y el sector privado. ¡Seamos pragmáticos!