jueves, 10 de noviembre de 2011

Desaceleración, pero no recesión en México, advierte Carstens

Un primer efecto es la menor generación de empleos durante 2011 y 2012, alerta
Roberto González Amador | Periódico La Jornada | Jueves 10 de noviembre de 2011, p. 23
La economía mexicana entró en una fase de desaceleración que se hará sentir en el crecimiento del año actual y el siguiente, anticipó Agustín Carstens Carstens, gobernador del Banco de México (BdeM).


No veo una recesión, pero sí una desaceleración, declaró. Un primer efecto del menor ritmo de actividad será la menor generación de empleo. En 2011, las plazas que se abran en el sector formal, entre 560 y 620 mil, estarán por abajo de la demanda generada por la incorporación de jóvenes al mercado de trabajo. En 2012 la oferta de plazas formales será todavía menor, pronosticó.

El deterioro en la situación de la economía mundial, y en particular de la actividad industrial de Estados Unidos, llevó al banco central a reducir la expectativa de crecimiento para 2011 y 2012, año en que se realizará la elección presidencial.

Este año el producto interno bruto (PIB) tendrá un avance de entre 3.5 y 4 por ciento, menor a la previsión hecha por el banco central hace tres meses, que lo situaba entre 3.8 y 4.8 por ciento, informó Carstens, en la presentación del Informe sobre la inflación julio-septiembre 2011, elaborado por la institución.

Para 2012, agregó, la economía mexicana tendrá un avance de entre 3 y 4 por ciento, pronóstico inferior en medio punto porcentual al considerado en el informe de hace tres meses, que lo situaba en un intervalo de 3.5 a 4.5 por ciento.

La economía mexicana sigue creciendo, aunque lo hace a menor ritmo y muestra una desaceleración hacia adelante, aseguró Carstens. No vemos una recesión, pero sí una desaceleración en la actividad económica, sostuvo.

Carstens acotó que los riesgos a la baja sobre el escenario para el crecimiento de la economía mexicana se han incrementado, sobre todo por causas relacionadas con el entorno externo. Mencionó particularmente una menor demanda a la anticipada de exportaciones mexicanas, debido a los problemas por los que pasan países avanzados, y en especial Estados Unidos. En ese país los pronósticos de crecimiento son de 1.8 por ciento este año, y de 2.1 en 2012, ambos revisados a la baja, respecto de las previsiones de comienzos y mediados de año.

A consecuencia del menor crecimiento económico, también habrá una disminución en la oferta de trabajo formal. Carstens anticipó que este año serán creados entre 560 mil y 620 mil empleos formales. En el informe de hace tres meses, la previsión fue de 575 mil a 675 mil plazas nuevas para este año. En 2012, añadió el gobernador Carstens, se generarán entre 500 mil y 600 mil empleos, cifra también menor a la anticipada hace tres meses, que era de entre 570 mil y 670 mil.

Cada año la población económicamente activa aumenta en 860 mil plazas, de acuerdo con cálculos del Consejo Nacional de Población.
 
Relajación monetaria
Según analistas, una reducción de la tasa de interés de referencia del banco central, al hacer disminuir el costo del financiamiento de empresas y personas, puede generar mayor ritmo de producción y consumo.

Carstens planteó ayer, por primera vez, la posibilidad de un relajamiento de la política monetaria del banco central, que hasta ahora se ha mantenido neutral, sin variar su tasa de interés de referencia, de 4.5 por ciento anual.

Por un lado, mencionó que el banco central podría ajustar su política monetaria si el ajuste en el tipo de cambio del peso frente al dólar empieza a contaminar otros precios, lo que, expuso, no ha ocurrido por ahora.

Otra posibilidad de modificar la postura de política monetaria tiene que ver con las condiciones de la actividad económica.

La junta de gobierno (del banco central) considera que la postura actual de política monetaria es conducente a alcanzar el objetivo permanente de inflación de 3 por ciento. Sin embargo, se mantendrá atenta a las perspectivas para el crecimiento económico mundial y sus posibles implicaciones para la economía mexicana, lo cual, en un contexto de gran lasitud monetaria en los principales países avanzados, a la postre podría hacer conveniente un relajamiento de la política monetaria, menciona el informe del banco central.

Carstens descartó que el banco central pudiera relajar la política monetaria (es decir, reducir su tasa de interés) en busca de generar un estímulo al crecimiento de la economía en el año de elección presidencial.

Tenemos un mandato claro, que es procurar la estabilidad de precios en la economía y la ley no hace ninguna distinción sobre cumplir en época o no de elecciones, respondió Carstens cuando fue interrogado sobre la posibilidad de que una modificación en la política monetaria pudiera buscar un estímulo de la actividad productiva en medio del proceso electoral.

La estabilidad de precios es un objetivo permanente y entonces tenemos que abstraernos de consideraciones políticas en la consecución de nuestro objetivo, añadió. Ése es el compromiso que tiene la junta de gobierno.

Mencionó que el banco central ha aumentado la transparencia con la que toma sus decisiones para que se tenga claro cuáles son las consideraciones que toma en cuenta y no haya duda de que sus decisiones están sustentadas en un análisis profundo de la situación actual. Vamos a cuidar la congruencia de nuestras decisiones con los argumentos que se están presentando.

Sin duda, afirmó, el proceso electoral no está dentro de las consideraciones que el Banco de México toma en cuenta para decidir su política monetaria.