María Elena Guerrero Escamilla denunció corrupción en la CFE
24 septiembre 2011 | Humberto Musacchio | Siempre!
Doña María Elena Guerrero Escamilla, dama honorable de 58 años de edad y más de veinte de servicios a la Comisión Federal de Electricidad, en junio de 2007 observó que desde ciertas cuentas de la Comisión Federal de Electricidad en el banco HSBC se realizaban transferencias electrónicas atribuidas supuestamente a pago de nómina, pese a que tales cuentas no tenían autorización para ese tipo de operaciones.
Como lo debe hacer todo empleado responsable, doña María Elena comunicó sus descubrimientos a los jefes y en premio por su comportamiento fue denunciada por la empresa y puesta en prisión desde entonces, en tanto que los responsables no han sido molestados por la justicia y desde la noche misma de la denuncia tuvieron el cuidado de desaparecer el disco duro de la computadora con la que se realizaban lo movimientos de dinero.
Por supuesto, el ministerio público, con absoluta carencia de escrúpulos, armó un expediente acusatorio que dio por bueno un juez igualmente irresponsable, y con indolente celeridad sentenció a la acusada a cuatro años y seis meses de prisión, en tanto que exoneraba de toda responsabilidad al banco HSBC.
En segunda instancia, el magistrado Julio César Flores Rodríguez, del segundo Tribunal Unitario en Materia Civil y Administrativa, consideró que el banco sí tenía responsabilidad, pues a lo largo de cuatro años fue incapaz de detectar más de doscientas operaciones fraudulentas. El banco desde luego se amparó y continúa el litigio con la pachorra habitual de nuestros tribunales.
Pero doña María Elena Guerrero Escamilla no tiene el poder de un banco y no ha podido ser beneficiada por un amparo que la ponga fuera de la cárcel. Las dos veces que le han dictado sentencia ésta ha sido por cuatro años y seis meses de prisión, los que ya cumplió sobradamente, y sin embargo sigue prisionera de un sistema judicial que hubiera dado tema para muchas novelas de Kafka.
Guerrero Escamilla sigue en prisión porque los jueces no se ponen de acuerdo sobre si el suyo es un caso del fuero común o del federal, y sólo por eso ella tiene que continuar sufriendo los rigores de la prisión. El caso ahora está en manos de la magistrada Elvia Díaz de León que ojalá resuelva bien y pronto.
Mientras tanto, Néstor Moreno, el archicorrupto ex director de Operaciones de la CFE, acusado en Estados Unidos de recibir sobornos tales como un Ferrari y un yate anclado en Acapulco, ése estuvo menos de doce horas en prisión y le dieron tiempo y oportunidad de fugarse. Ventajas del poder y el dinero.