Gordillo revela arreglos / Profesora pide su licuado / No pelan a su Pre Cedente
Julio Hernández López
Deseosa de cerrar a tiempo nuevos convenios de transacción electoral para la temporada 2012, la emprendedora Elba Esther Gordillo ha hecho saber algunos de los términos en que llegó a arreglos con el entonces candidato Felipe Calderón para apoyarlo: cargos públicos concesionados al cacicazgo magisterial, específicamente la Lotería Nacional (históricamente considerada como caja chica de los presidentes de la República), el ISSSTE (desde donde tradicionalmente se han hecho negocios para beneficio de líderes sindicales, además de evidente instrumento poderoso de control de gremios) y la secretaría ejecutiva del Sistema Nacional de Seguridad Pública, para el candidato presidencial de opereta que presentó el Partido Nueva Alianza (Panal).
La abierta y orgullosa confesión de la profesora Gordillo (quien defendió el derecho natural de los políticos a hacer ese tipo de arreglos, aunque una hipocresía generalizada pretenda negarlos o satanizarlos) coloca a su socio de 2006 en una situación complicada, pues sustenta la extendida versión de que las famosas brigadas de acción electoral del gordillismo intervinieron para adulterar los resultados de la contienda por la Presidencia. La propia Elba Esther ratifica así lo que grabaciones telefónicas apuntaron en su momento, que la poderosa chiapaneca intervino personalmente ante gobernadores priístas para torcer el sentido del flujo electoral de aquel julio de 2006, proponiendo que no fueran por rojo (PRI) ni por amarillo (PRD) sino por azul.
En otras circunstancias (es decir, no en la feria explosiva de cinismo que diariamente protagoniza la gran mayoría de los políticos mexicanos, de todos los niveles), el beneficiado de esas maniobras electorales, de esosarreglos, debería explicar a la nación las razones por las cuales pagó con tan marcadas monedas (el ISSSTE y la Lotería Nacional, virtuales arcones abiertos para la corrupción) a quienes electoralmente le ayudaron a inflar un desenlace tan largamente impugnado. El precario Calderón ha entregado una parte de los bienes de la nación a una camarilla especializada en la realización de negocios al amparo de la política y las instituciones, pero ha de saberse cuáles fueron las prendas que a cambio recibió, pues pareciera que el tamaño de los presupuestos entregados al cacicazgo mayor como pago por servicios recibidos fuera correspondiente a las tareas sucias, a los compromisos oscuros, a las manipulaciones realizadas (ni se hable de la traición a los principios panistas que ha cometido quien entregó tanto poder y dinero manipulable a corrientes y personajes totalmente adversos a lo que doctrinalmente defiende el partido de blanco y azul).
Sin embargo, en este México donde se puede hacer cualquier cosa a sabiendas de que no pasará nada, la profesora Gordillo exhibe abiertamente la debilidad anterior y actual del sedicente titular del Poder Ejecutivo federal e incluso arremete con aires justicieros contra el mismo escudero que en su momento colocó al frente del ISSSTE, el veracruzano Miguel Ángel Yunes, que cayó de su gracia desde los comicios realizados para sustituir a Fidel Herrera. La titiritera exige castigo para la marioneta que había impuesto y luego no le sirvió: con ese golpe escenográfico se limpia preventivamente de eventualidades judiciales en su contra y barniza de presunta lucha por la honestidad lo que solamente son venganzas grupales y tretas de reacomodo para el futuro inmediato.
En realidad, más allá de los fuegos de artificio, lo que busca la chiapaneca que ayer habló con reporteros durante dos horas es presionar para que los aspirantes a ser sus próximos aliados electorales definan los términos de sus ofertas y entren en puja. El gran manto protector de la mapachería magistral está listo para apoyar a quien más ofrezca o mejor se acomode a los intereses de la profesora en jefa (servidos en el Licuado de la Maestra) ya fueran el panista Lujambio, el perredista Marcelo Ebrard o el principal concursante, Enrique Peña Nieto, que ha entregado a Elba Esther y su hija Mónica Arriola una parte importante y lucidora de la estrategia de movilización pública y acción electoral para que Eruviel Ávila resulte numéricamente triunfador en el estado de México.
El aliado electoral de 2006, que hoy ya no cuenta con el favor de la abeja (Elbeja) reina del Panal, parecía empeñado por su parte en demostrar que no le hacen caso ni los funcionarios que él personalmente ha designado. En una extraña jornada de ironías que en todo caso deberían ir contra él mismo, que es el presunto jefe de esos secretarios que no lo pelan, el Pre Cedente (es decir, el personaje que previamente cedió cargos a sus cómplices electorales) se arrancó ayer contra los titulares de Relaciones Exteriores y Gobernación, utilizando expresiones que denotan hartazgo ante ineficiencias recurrentes (en fin, dijo con aire resignado en algunas ocasiones), esperanzado en que atiendan cuando menos los discursos presidenciales (es decir, según su versión, los pronunciados por él), sugerente de que en las oficinas públicas hay funcionarios que no trabajan, o no lo suficiente, y crudamente demostrativo de que su mecha corta le lleva a pelearse con todo y todos, ahora hasta contra sus propios dependientes a los que bastaría con una orden para relevarlos.
Pero unos los puso Gordillo, otros no le hacen caso y los demás andan en precampañas abiertas. Javier Lozano, por ejemplo, anunció ayer, luego de una reunión con delegados federales de su área, que si no es él quien abandere al PAN en 2012 apoyará al súbitamente prodigioso Cordero que más tarde devolvió la flor al prometer similar conducta de respaldo al titular del Trabajo si él, el de Hacienda, no resulta finalmente el gran candidato.
Y, mientras el tribunal federal electoral exhibe el comportamiento faccioso del mexiquense al haberse negado éste a castigar actos adelantados de Eruviel Ávila que el primero sí exige sancionar, ¡hasta mañana, con el juez del famoso documental ahora declarado por seis años más como Presunto Inocente!