Escrito por: Ruben Rivera
Fecha: 13 de mayo de 2011
Nuevamente durante el pasado 1 de mayo el SME fue víctima de otra provocación, en esta ocasión una reportera y un camarógrafo de TV Azteca señalan a miembros del SME como las personas que los agredieron mientras cubrían la información de la marcha.
Ya durante el mitin del 11 de abril frente a las antiguas oficinas de Luz y Fuerza se había orquestado una provocación, en la que incluso participaron algunos reporteros de conocida tendencia insidiosa en contra del SME.
En el caso del 1 de mayo se trató de un incidente prácticamente insignificante, pero basto para que nuevamente todos los medios lanzaran condenas en contra del sindicato como si la conmemoración del día del trabajo sólo hubiese consistido en eso. No cabe duda que el gobierno ha desatado una nueva ofensiva que busca ser definitiva en aras de derrotar finalmente al Sindicato.
Dos fenómenos se han combinado en este sentido: el primero es la provocación misma y el segundo es la nueva suspensión de las negociaciones en la secretaria de gobernación con el pretexto de que el gobierno no negocia con violentos. No se puede ser más cínico cuando la política de “seguridad pública” de Calderón ha arrojado alrededor de 40 mil muertos, de ellos menores de edad, según las últimas cifras de los organismos defensores de derechos humanos.
Dos fenómenos se han combinado en este sentido: el primero es la provocación misma y el segundo es la nueva suspensión de las negociaciones en la secretaria de gobernación con el pretexto de que el gobierno no negocia con violentos. No se puede ser más cínico cuando la política de “seguridad pública” de Calderón ha arrojado alrededor de 40 mil muertos, de ellos menores de edad, según las últimas cifras de los organismos defensores de derechos humanos.
Las provocaciones caen sobre terreno fértil: una capa de trabajadores del sindicato resiente ya los más de 19 meses de lucha y fácilmente puede reaccionar de forma impulsiva ante algún montaje del gobierno. No cabe duda que los recientes incidentes fueron provocaciones gubernamentales, pero también es cierto que algunos trabajadores de base reaccionaron tal y como pretendían los provocadores facilitándole las cosas al gobierno.
En estas circunstancias es fundamental discutir en el seno del movimiento las posibles alternativas para continuar la lucha, que en estos momentos consiste en la recontratación, ya sea en CFE o en una nueva empresa de los 16 mil trabajadores que aún no se han doblegado.
La dirección del Sindicato ha propuesto la formación de una empresa estatal nueva que sustituya a Luz y Fuerza. También propone la huelga de pagos con el argumento de que una vez que se cree la nueva empresa existe la posibilidad de que las deudas sean asumidas por el gobierno y se dé un borrón y cuenta nueva.
Por supuesto que de concretarse estas propuestas serían muy positivas, no obstante para que su realización fuera efectiva sería necesario que hubiese una correlación de fuerzas favorable al sindicato dentro de la cámara de diputados, ese no es el caso, en cada ocasión que los diputados o senadores han tenido que tomar partido lo han hecho en contra del sindicato, especialmente el PRI y el PAN. La decisión de desaparecer Luz y Fuerza no fue un capricho de Felipe Calderón, aún con todo lo ilegal y arbitrario fue una demanda de la burguesía en su conjunto y por lo tanto sólo la modificación de las condiciones a nivel global podrían inclinar la balanza a favor del sindicato. Mientras el reaccionario gobierno panista funja en los pinos, la situación tiene pocas posibilidades de resolverse, no hay que hacerse ilusiones un gobierno del PRI tampoco resolvería nada, los trabajadores no pueden dar credibilidad a los malabares verbales de algunos priístas, ellos están contra los sindicatos y su propuesta de reforma a la ley federal de trabajo lo demuestra.
Algunos podrían argumentar que “no importa el partido que este, con la organización y movilización de los trabajadores es suficiente”. Esto es verdad pero muy relativo y está en función de lograr un movimiento a nivel nacional que ponga en jaque a la burguesía, si esto sucediera el gobierno preferiría ceder algo en vez de perderlo todo. Por el momento luego de más de un año de movilizaciones, el nivel de las mismas ha menguado y el aislamiento relativo del sindicato frente al conjunto del movimiento ha crecido, es cierto hay simpatías, pero no se han creado mecanismos para generar un movimiento unificado que haga ceder al gobierno.
No obstante, la única alternativa la para el SME es la unidad con otros sectores en aras de crear ese gran movimiento nacional y en el futuro tendríamos dos frentes que de ninguna manera pueden ser desatendidos; por un lado está la lucha contra las modificaciones a la Ley Federal del Trabajo, que al parecer se intentará concretar al inicio del siguiente periodo ordinario de sesiones; el otro es el mismo Movimiento de Renovación Nacional de AMLO.
El movimiento de lucha contra la Ley Federal del Trabajo se dará en un entornó aun difícil en la medida de que si bien la parte más profunda de la crisis ha pasado, esto no ha repercutido ni en mejoramiento de salarios, ni en disminución del desempleo, más bien, el remonte de la crisis se ha hecho sobre las espaldas de los trabajadores.
Sin embargo, los sectores organizados darán una batalla que tiene que ser histórica sin aspirar ha hacer retroceder el ataque, incluso algunos sectores de la propia CTM y en Congreso del Trabajo se sumarán y el SME puede y debe intervenir buscando ser un elemento de vanguardia. En un momento determinado es posible que el gobierno ceda en uno u otro punto pero sin duda tratará de, aún sin incluir los aspectos más polémicos, dar pasos adelante maniobrando para hacerlos ver como concesiones. En este contexto resultará difícil incluir el regreso de los trabajadores electricistas como uno de los puntos en el que el gobierno ceda.
Repetimos mientras el PAN o el PRI despachen en Los Pinos la eliminación del Sindicato Mexicano de Electricistas es una prioridad. Luego entonces, el luchar por evitar un gobierno de derecha se convierte en una necesidad estratégica del SME de frente al proceso electoral del 2012.
En este contexto es muy importante que las asambleas del sindicato discutan la manera de involucrarse, respetando por supuesto la independencia organizativa del mismo, con el único movimiento que está dispuesto a dar la batalla en defensa de sus demandas de regreso al trabajo.
Los más de 16 mil trabajadores junto a las decenas de miles de jubilados significaría sin duda una fuerza que en un momento dado podría inclinar la balanza. El SME debe valorar seriamente la coyuntura que se avecina y prepararse para una nueva fase en una lucha que de por sí ya es histórica pero que por ello mismo no debe parar sino hasta la victoria.