sábado, 9 de abril de 2011

Las infamias de la CFE

CONSUMIDOR
Sin que el consumidor se dé cuenta, a la chita callando, la Comisión Federal de Electricidad se ha dedicado en una “operación hormiga” a cambiar los cables de energía eléctrica y los medidores.
Lo del cambio de cables se justifica porque el alto precio del cobre ha impulsado el robo de cable por dos razones: su alto precio, y la facilidad con la que lo pueden robar, a grado tal que en un alarde de inventiva unos sujetos se disfrazaban de empleados de la CFE para sustraer el cable impunemente, hasta que por accidente fueron localizados, identificados y detenidos, aunque para estas fechas y gracias a las lagunas legales –ya enmendadas, por fortuna–, de seguro ya andan libres por ahí seguramente en las mismas.
Aquí, en todo caso, lo que debe explicar la CFE es a quién le vendió el cable sustituido y cuánto fue el importe de la venta, que a ojo de buen cubero debió de representar docenas, tal vez cientos de millones de pesos.
Lo de los medidores, no se explica más que a la luz de una nueva tarascada del gobierno de Felipe de Jesús Calderón Hinojosa a la economía familiar con el sistema de pre-pago que prepara, que le ahorrará a la empresa cientos de millones pero que empobrecerá aún más a los mexicanos que para Luis Felipe y sus secretarios viven en jauja, pues para el primero ahora hay menos pobres y los que hay viven bien, y para los segundos basta un salario de seis mil pesos para tener hasta a los hijos estudiando en los mejores colegios de paga.
De esta manera usted pagará su recibo de luz, pero si se le acaba el importe pagado podrá ir a la CFE, y como si fuera un celular podrá comprar lo que quiera de energía: cien, doscientos, quinientos pesos.
El asunto está que al más depurado estilo de la actual administración, mientras que los panistas de Durango le piden transparencia en el uso de los recursos públicos al Gobierno del Estado y a la Presidencia Municipal por el grave pecado de ser priístas, no dicen ni papa en cuanto a quién adjudicó los contratos, a qué empresa, sin necesidad alguna porque los medidores anteriores, que de seguro serán revendidos en otro país o reciclados, estaban en perfectas condiciones.