Cerca de la mitad gana entre 1 y 3 salarios mínimos; 56.7% carece de prestaciones de ley
La mayoría considera el trabajo como
algo que da para vivir, no como medio de satisfacción, revela estudio
Entre pobres hay pocos egresados de educación superior
Emir Olivares Alonso
Sábado 9 de abril de 2011, p. 34
Sábado 9 de abril de 2011, p. 34
Los jóvenes mexicanos no ven el trabajo como un medio de satisfacción, sino como algo que
da para vivir. La gran mayoría perciben bajos ingresos y carecen de prestaciones.
En relación con el salario mínimo, de los más de 14 millones de jóvenes del país (de entre 12 y 29 años de edad) con alguna ocupación laboral, cerca de 50 por ciento percibe de uno a tres de estos sueldos, 14.5 gana menos de uno, 20.8 recibe de tres a cinco, a 11.7 le pagan uno superior a cinco y 7.3 por ciento no es retribuido por su trabajo.
Los anteriores son resultados de un estudio reciente (2010) elaborado por la Subsecretaría de Educación Superior de la Secretaría de Educación Pública (SEP), que fue presentado en un seminario sobre juventud y adolescencia realizado en la Universidad Nacional Autónoma de México.
El estudio muestra que la gran mayoría de los jóvenes de 12 a 29 años que trabajan tienen condiciones laborales
bastante precarias.
Asimismo, del total de jóvenes que tienen algún empleo, 56.7 por ciento carece de prestaciones de ley; 35.2 tiene acceso a instituciones de salud y goza de otras prestaciones; seis por ciento no tiene servicios en esas instituciones, pero sí posee alguna prestación, en tanto que 2.1 por ciento sólo cuenta con servicios de sanidad en centros públicos.
De los 34.9 millones de jóvenes de 12 a 29 años de edad que viven en México, 12.7 millones (36.4 por ciento) sólo estudia, 2.7 (7.7 por ciento) estudia y trabaja, 12.1 (34.7 por ciento) sólo trabaja y 7.5 millones no estudian ni trabajan.
Con base en información de la más reciente Encuesta de valores, el subsecretario de Educación Superior, Rodolfo Tuirán, indicó que 84.5 por ciento de los jóvenes piensa que
sin buenos contactos es difícil avanzar en la vida; 95.2 considera que es muy importante el ahorro; 92.1 asegura que lo más importante del trabajo es que da para vivir; 91.3 expresa que si tuviera dinero preferiría emprender un negocio propio a continuar como asalariado y 51.2 confiesa que tomar riesgos le causa emoción y no angustia.
Los jóvenes ubican las adicciones y la falta de oportunidades laborales y educativas como los principales problemas que enfrentan, aunque también incluyen los conflictos de integración social y familiar y la soledad, entre otros.
De esta manera, 70.9 por ciento señala los problemas con drogas y alcohol; 28.5 por ciento habla de falta de trabajo; 14.2 ubica pocas oportunidades de estudio; 13.7 menciona las relaciones familiares y de pareja, y 15.8 por ciento señala violencia, soledad y tristeza, entre otros.
Según la información presentada por la SEP, cada vez más se termina la educación básica, media superior y superior; sin embargo, señala, esto es aún insuficiente.
Ilustra: mientras en 1990 de cada 100 estudiantes que años antes habían ingresado a la primaria, 93 la terminaron, 64 concluyeron la secundaria, 34 el bachillerato y 14 la licenciatura. En 2010, por cada 100 jóvenes que se habían colocado en la primaria en años previos, 97 la terminaron, 81 se graduaron de secundaria, 49 finalizaron la educación media superior y 21 concluyeron la carrera.
La información revela que conforme avanzan en los niveles de estudio, cada vez es más difícil para los jóvenes de familias con bajos ingresos permanecer en la escuela. Así, casi 60 por ciento de los alumnos de educación básica se ubica en los cuatro primeros deciles de ingreso (los más bajos); en contraste, en educación superior sólo representan 19 por ciento de los que provienen de ese nivel económico.