
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Con el rostro delgado y la mirada cansada
apareció Rubén Núñez, el secretario general de la sección 22 de la
Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación (CNTE), en las
inmediaciones de la Secretaría de Gobernación (Segob), donde arrancó
esta tarde la nueva ronda de diálogo entre el gobierno federal y el
magisterio disidente.
Encarcelado durante tres meses en Sonora y Oaxaca, Núñez obtuvo su libertad bajo caución la semana pasada.
Las autoridades le imputan el delito de lavado de dinero; la CNTE por su parte asevera que su detención –junto con otros líderes de la sección 22– consistió en una estrategia gubernamental para desactivar la insurrección magisterial contra la reforma educativa, iniciada el pasado 15 de mayo.
Debido a las medidas cautelares que le afectan, Núñez no emitió
alguna declaración y entró en silencio en el recinto federal ubicado en
la calle Bucareli.
De inmediato, el líder sindical y su cuerpo visiblemente afectado por
el periodo en cautiverio se convirtieron en el centro de atención de
los numerosos reporteros presentes en Gobernación.
Tras pasar las rejas, Núñez esbozó una ligera sonrisa y levantó el
puño frente a las decenas de cámaras y celulares de la prensa.
Los integrantes de la Comisión Nacional Única de Negociación (CNUN)
ingresaron en el recinto federal a las 18:30 horas para ser recibidos
por Luis Enrique Miranda Nava, subsecretario de la Segob, quien arribó
minutos más tarde en una camioneta blindada.
Ayer la Segob dejó en claro que durante la reunión con la CNTE no se
abordaría el tema de la reforma educativa, mientras el magisterio
disidente, que confirmó el paro de labores indefinido en distintas
entidades el pasado domingo, advirtió que de las negociaciones
dependería su regreso a las aulas.
Mientras se acercaba a la Segob, Enrique Enríquez, secretario general
de la sección 9 en esta capital, declaró que la CNTE “no puede
especular” sobre las negociaciones.
Un poco antes, a las 17:15, salió del Zócalo capitalino una pequeña
marcha de profesores para “coberturar la reapertura de las
negociaciones”, según un vocero.
Conformada por cientos de maestros, principalmente de Chiapas, la
Ciudad de México, Guerrero, Michoacán y Oaxaca, la marcha recorrió las
calles del Centro Histórico gritando consignas de repudio a la reforma
educativa.