miércoles, 16 de diciembre de 2015

Cae inversión en energía / ¿Y la catarata de dólares? / Mini ingreso vs diputados

FotoCarlos Fernández-Vega / México SA
Una de las grandes apuestas del actual inquilino de Los Pinos ha sido la inversión privada en el desestatizado sector energético del país. En las tres fases de la reforma sectorial (presentación, aprobación y puesta en marcha) el pregón permanente fue que a los mexicanos les faltarían manos para contabilizar la hipermillonaria llegada de dólares, especialmente la que se destinaría a desenterrar el tesorito del fondo del mar.
Como es costumbre, tal pregón nada tuvo que ver con la realidad, pues independientemente de que el citado tesorito se mantiene donde está y el capital privado se muestra reacio a entrarle (con un barril de crudo a 28.34 dólares), el Banco Mundial recién informa que la inversión privada extranjera en el sector energético de México se desplomó alrededor de 40 por ciento en el primer semestre de 2015 (en comparación con igual lapso de 2014), al pasar de 3 mil cien, a mil 900 millones de dólares.
De esos mil 900 millones de dólares, 80 por ciento se destinó a un solo proyecto: el gasoducto Los Ramones (fase II norte), el cual quedó en manos de la trasnacional Sempra Energy.
En sus distintas etapas, los resultados de la Ronda Uno –por medio de la cual se subasta la riqueza petrolera nacional entre los inversionistas privados– han dejado mucho que desear y la prometida catarata de dólares apenas si llega a un riachuelo. En la de ayer mejoró el perfil, pero nada qué presumir.
En el periodo citado, los llamados países emergentes (léase subdesarrollados) captaron una inversión foránea en sus respectivos sectores energéticos por un total de 11 mil 900 millones de dólares, de los que Sudáfrica captó 4 mil millones, o si se prefiere 34 por ciento del total. Le siguieron Colombia y Chile (naciones en las que la inyección de capitales foráneos se incrementó, especialmente en Colombia), y México se posicionó en el escalón número cuatro, con 16 por ciento del total (casi la mitad de lo registrado en el primer semestre de 2014) destinado a ese grupo de naciones.
El Banco Mundial detalla que el total de las inversiones privadas en infraestructura en los sectores de energía, transporte y agua de 139 economías emergentes cayó más de la mitad: de 53 mil millones de dólares en los primeros seis meses de 2014 a 25 mil millones en igual periodo de 2015, principalmente a causa de la caída en la cantidad de proyectos en Brasil, China e India. La inversión en los demás países se mantuvo estable. Los proyectos de energía renovable representaron por sí solos una proporción notable de 59 por ciento del total de proyectos: 74 de 124 proyectos en la primera mitad de este año. De éstos, sólo tres corresponden a México.
En espera de la prometida catarata de dólares y de que desentierren el tesorito, el Centro de Investigación en Economía y Negocios (Cien) del Instituto Tecnológico de Monterrey, campus estado de México, comenta que a pesar de que en noviembre la inflación anualizada fue de 2.2 por ciento, ello no tuvo un impacto significativo en los sentimientos de los empresarios. En ese sentido, la confianza empresarial de nuestro país durante dicho mes sufrió un deterioro con respecto al nivel que había alcanzado en el mismo periodo del año pasado. El sector de la construcción fue el más menoscabado con una disminución de 5.1 puntos debido a que todos los elementos que conforman su índice de confianza se ubicaron en terreno negativo. El comercio (4 de sus 5 componentes exhibieron desempeños negativos) y las manufacturas también experimentaron variaciones negativas (-3.1 y -1.7 puntos, respectivamente) resaltando que en ambos sectores el componente que sufrió la caída más significativa fue el que mide las opiniones en torno al momento adecuado para invertir.
Aun cuando en los meses recientes los indicadores de confianza de los tres sectores empresariales mencionados han limitado sus caídas, esto todavía no ha sido suficiente para recuperar el nivel que habían registrado durante el mismo periodo del año pasado, por lo que de no observar una mejora en los niveles de confianza resultará complicado lograr en el corto plazo una recuperación sostenida de la inversión privada.
La encuesta de opinión empresarial sobre la confianza del consumidor engloba elementos de la economía interna; sin embargo, la inversión privada también se ve afectada por la exposición de factores externos, como es el caso del tipo de cambio, en particular para las empresas que realizan operaciones en el extranjero, y las tasas de interés. Los empresarios eligen el monto adecuado de inversión que les garantice maximizar sus ganancias obteniendo el financiamiento a través de recursos propios o externos (en el mercado de capitales para el caso de las empresas grandes o mediante instituciones de crédito).
El probable incremento en las tasas de interés que hará la Reserva Federal de Estados Unidos obligará al Banco de México a reaccionar de manera similar para que los instrumentos de inversión nacionales no pierdan su atractivo ante sus contrapartes estadunidenses y evitar con ello una salida importante de inversión en portafolio; no obstante, dicho accionar implicaría aumentar los costos de financiamiento tanto para los consumidores como para los inversionistas públicos y privados, por lo cual resultará complicado observar una mejora en las expectativas de inversión al menos a corto plazo.
Ante un escenario donde predomina la volatilidad, apunta el Cien, las probabilidades de tomar una decisión errónea en materia de inversión se incrementan, de tal manera que los empresarios optan por aplazar o incluso suspender sus inversiones hasta vislumbrar un panorama más certero. Así, la estrategia del sector público no debe enfocarse en la reducción del gasto en infraestructura; al contario, se debe promover el desarrollo del mismo junto con la provisión de bienes públicos con lo cual no sólo se incrementará la demanda de insumos y servicios de la iniciativa privada, también se generarán inversiones adicionales al garantizarle a las empresas mejores condiciones para su operación.

Las rebanadas del pastel
De lo bien que va este maravilloso país da cuenta lo siguiente: aumento al salario mínimo, 2.94 pesos; bono extra decembrino para cada uno de los diputados federales, 150 mil pesos. Con dicho aumento, un trabajador de salario mínimo tardaría alrededor de medio siglo en reunir lo que los levanta dedos de San Lázaro en 15 días, con el agravante de que el primero sí lo desquita.