Frecuencia Laboral - Página Solidaria
Ma. Del Rosario Trejo García / Profesora-Investigadora de UPIICSA-IPN
Graciela Muñoz Pérez / Sria. Gral. Delegación Sindical de Personal Académico de UPIICSA-IPN
Se ha dicho que la autonomía es una condición
o naturaleza de las universidades o centros de enseñanza superior e
investigación, relacionado con una forma de autogobierno que implica
dotarse de una estructuración y organización necesaria para la
realización de fines educativos, generación del conocimiento y difusión
de la cultura, bajo los principios de libertad de cátedra, de
organización académica y libre discusión de ideas, al margen de los
poderes de la unión y de los partido políticos, que administrativamente
se configura en los llamados órganos descentralizados.
Dicha propuesta no se concretó, muy
posiblemente porque se originó en el seno de la autoridades, lo que
causó desconfianza en la comunidad politécnica al considerar que
posiblemente sería una maniobra para desmantelar al IPN. Incluso el
sector estudiantil organizó una consulta para conocer el sentir sobre
tema entre la comunidad politécnica, en la que participaron alrededor de
35,000 personas, siendo el resultado el rechazo casi generalizado al
proyecto de autonomía de Correa Jasso o a cualquier modelo de autonomía,
mismos que fue entregados al Presidente Vicente Fox, con lo que este
intento quedó truncado.
Asimismo, no hay que dejar de considerar que
este proceso tal vez careció de información más amplia sin faltar que se
pronunciaran y tuvieran efectividad las expresiones de grupos
antiautonomía. Ahora con la realización del Congreso Nacional
Politécnico seguramente habrá de retomarse la discusión sobre la
autonomía.
A raíz del paro y movimiento
estudiantil de 2014, que como es conocido, fue el producto de la
reacción de inconformidad de la comunidad politécnica, particularmente
de los estudiantes, por la aprobación sorpresa de un nuevo Reglamento
Interno, que buscaba llevar a cabo una reforma educativa en la que se
asomaba la evaluación al personal docente y establecer las bases legales
para darle solidez al modelo educativo neoliberal basado en
competencias, puesto en marcha ya años atrás, entre otras cuestiones.
Dicho paro que mantuvo sin actividades al
Politécnico durante casi tres meses, de setiembre a diciembre de 2014,
se resolvió con la firma de ocho acuerdos, entre la Asamblea General
Politécnica y las autoridades del Gobierno Federal, siendo uno de ellos
la realización de un Congreso Nacional Politécnico Refundacional y
resolutivo (actualmente se encuentra en la fase de la integración de la
Comisión Organizadora del Congreso Nacional Politécnico) en el que se
busca analizar, discutir y acordar transformaciones para el IPN en sus
diferentes tareas educativas, pero también en su condición como
institución de educación superior.
Seguramente
uno de los temas que aparecerán en la agenda del Congreso, será el tipo
de organización del conocimiento que deberá ser el IPN para el futuro, y
con ello no estará ausente seguramente el tema de la Autonomía
Politécnica.
Vale mencionar, que el tema durante y después
del paro de actividades académicas en el IPN de 2014 ha sido muy
polémico y controversial, sobre el que se han manifestado expresiones,
fundamentalmente en dos vertientes: los que expresan estar a favor de la
autonomía y los que están en contra.
En esta perspectiva, se necesario que se
genere una discusión abierta, respetuosa, tolerante y con sustento, de
nivel, a la altura de una institución de educación superior, IPN, como
la segunda más importante del país, que no confunda a la comunidad
politécnica y que por el contrario permita formar criterio en los
politécnicos para adoptar la más conveniente forma de organización del
Instituto en el futuro inmediato, pues desafortunadamente lo que se ha
mostrado en diversos foros sobre tratamiento del tema y boletines
informativos, es que aquellas expresiones que se han pronunciado a favor
de la autonomía, son fuertemente criticadas y descalificadas por grupos
que señalan que se traiciona el origen del IPN como una institución de
estado y porque se considera que las estructuras de decisión vertical
han sido funcionales al devenir del IPN, por mencionar algunas de las
razones a las que se alude
En caso de que el camino que se decida en el
Congreso Nacional Politécnico sea la Autonomía para el IPN, no
necesariamente debe ser un simil de la autonomía de otras universidades,
aunque no se puede negar el aprovechar el conocimiento de sus
experiencias, habría que pensar en la construcción particular de una Autonomía Politécnica Democrática , considerando la relación que el IPN ha tenido con el poder ejecutivo.
Por otra parte, si se considera que el IPN
deberá seguir siendo un órgano de la administración pública
centralizada, deberá también considerarse mecanismos de gestión y
decisión de mejor funcionalidad que le permita cumplir en mejores
condiciones con su misión educativa, pero siempre estará con el riesgo
de estar sujeta a los vaivenes de la política educativa de los regímenes
en turno que, no necesariamente han sido para elevar el desempeño
educativo y menos en tiempos de los últimos gobiernos neoliberales.
No se puede dejar de considerar aspectos centrales de la autonomía como los siguientes:
• La elección de autoridades en el IPN de
forma democrática, sin la injerencia del poder ejecutivo, que fue una de
las demandas relevantes en el movimiento estudiantil de 2014.
• El tipo de organización que será el
Instituto, de pasar de ser una un organismo desconcentrado dependiente
de la SEP, del poder ejecutivo, a uno descentralizado y por ende, su
reconfiguración para autogobernarse en la vida y organización académica.
• En la parte económica y administrativa,
contar con mayor libertad, dado que actualmente la Secretaría de
Hacienda y Crédito Público ejerce control férreo, sobre todo en los
recursos autogenerados en el IPN, que no pueden utilizare libremente
para cubrir diversas carencias. Aunque también hay que decir, que una
institución con autonomía sin presupuesto significativo tiene
complicaciones en su desempeño.
• Reestructuración del Consejo General
Consultivo en el IPN en uno que pueda ser resolutivo, y por qué no,
también paritario, ya que actualmente se sobreponen las imposiciones de
las autoridades en decisiones de diversa índole por su presencia
mayoritaria.
• La posible modificación en la condición
orgánica del IPN en una organización autónoma y por ende
descentralizada, involucraría el cambio en la condición laboral del
personal académico y administrativo en el IPN, al pasar de ser
trabajadores del Apartado “B” al Apartado “A”, con las ventajas y
riesgos que ello implica, como el derecho a huelga y las modificaciones a
la legislación laboral reciente en el apartado “A”. Sin dejar también
de considerar otro orden sindical al tener la posibilidad de salir de
las filas del SNTE y del sindicalismo corporativo, como una oportunidad
pero también hay que tener presente las posiblidades de la fuerza de los
académicos y personal no docente para la integración de un sindicato
responsable, democrático y transparente.
Estos temas seguramente estarán en las mesas
de discusión en el Congreso Nacional Politécnico a realizarse
posiblemente a finales del 2016.