Enrique Galván Ochoa - Dinero
El próximo lunes se
conocerá el nombre del Premio Nobel de Economía. Su denominación oficial
es premio del Banco de Suecia en Ciencias Económicas. No fue creado por
Alfred Nobel, como los otros cinco, sino que fue instituido en su
honor; comenzó a entregarse en 1969. Tal vez el laureado más popular es
Paul Krugman, ha tenido la virtud de poner al alcance de un humano las
más complicadas teorías a través de su columna del New York Times
que reproducen muchos periódicos. Tres mexicanos deberían ser
considerados en la lista de los candidatos. Uno sería el gobernador del
Banco de México, Agustín Carstens. Ha logrado bajar la inflación a un
nivel sin precedente, no obstante que el peso se ha devaluado frente al
dólar en una tercera parte de su valor. Mayor mérito si consideramos que
el país es importador de alimentos y múltiples mercancías. Los precios,
según el banco, no se han contaminado. La clave es terrible en su
sencillez: hambrear a los consumidores. Otro candidato sería el
secretario de Hacienda, Luis Videgaray, por su habilidad para concertar
préstamos a un siglo de plazo. Le ha añadido a la deuda pública un
billón de pesos cada año de la administración de Peña Nieto y pinta para
dejarla en un nivel máximo histórico. El tercer candidato sería Pedro
Joaquín Coldwell, secretario de Energía. Sus habilidades de
prestidigitación financiera son asombrosas: el petróleo y la luz eran
nuestros hace menos de tres años, ahora tienen otros dueños. El Nobel
podría ser compartido entre los tres notables mexicanos.
Delegados en conflicto
La corrupción en la línea 12 del Metro mandó a la hoguera
a Marcelo Ebrard y sus aspiraciones presidenciales. No se ve pronto ni
rápido que restablezca su situación política. ¿Podría sucederle lo mismo
a Miguel Ángel Mancera? Se está viendo muy lento para tomar acciones
efectivas –que no son otras, más que las que la ley marca– para actuar
en el caso de la corrupción y el despilfarro de los delegados
perredistas que acaban de concluir su encargo. Los sustitutos –de tres
partidos, Morena, PAN y PRI– no están dispuestos a cargar con el
tiradero que les dejaron. No es que a Mancera se le vean muchas
posibilidades de llegar a la presidencia, pero las pocas que tiene
podrían no sobrevivir al conflicto de interés en que está sumido.
¿Mucha fibra?
En tiempos difíciles como los actuales los políticos
suelen inventar algunos entes con resultados impredecibles. Así, con el
presidente Zedillo fueron creadas las Udis, supuestamente iban a ayudar a
salvar a los clientes abrumados por la devaluación de aquellos días,
pero resultó un arma de los bancos en contra de los mismos clientes.
¿Cuántos no han sufrido que sus deudas crezcan y la pérdida de sus
bienes? Ahora anuncian la Fibra E. Su fin es levantar capital de
inversión para fortalecer a Pemex y la CFE. Si se compara el año 2014
con el presupuesto de 2016, dice el Centro de Investigación Económica y
Presupuestaria –el gasto de inversión de Pemex cayó 22.5 por ciento y el
de la CFE 7.7 por ciento–. Pero ¿qué es la Fibra-E? Consiste, dicen, en
generar un certificado bursátil fiduciario por cada actividad exclusiva
de energía e infraestructura que ya cuente con flujos estables y se
quiera bursatilizar. Por ejemplo, la refinación y transportación del
petróleo, el almacenamiento de petroquímicos, el procesamiento de gas
natural, entre otras actividades del sector energético. El dinero que se
adquiera de la venta de estos certificados, emitidos por un
administrador de actividades de Pemex y la CFE, será utilizado para
financiar infraestructura y proyectos de dichas empresas productivas del
Estado. Eso dice la teoría. Vamos a ver qué nos depara la realidad.
@Vox Populi
Asunto: Como evitar el tijeretazo
Sugiérale al señor Óscar E. Holguín, de La Paz, BCS, que
acuda a la Procuraduría para la Defensa del Contribuyente. Prodecon
acaba de lograr que por unanimidad de los 11 magistrados que integran la
Sala Superior del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa,
se declarara la nulidad de la regla miscelánea I.3.10.4, que ordena a
las Afore retener 20 por ciento del ISR sobre la totalidad de los
ahorros de los contribuyentes al término de su relación laboral,
reconociendo el derecho de los trabajadores a que los recursos obtenidos
se les dé el tratamiento fiscal de sueldos y salarios, y no de ingresos
esporádicos.
Juventino Bautista Orozco
R: Muchas gracias.
Tuits
¿No que con @EPN tendríamos mejores salarios? No hay inflación porque no hay consumo, así de simple.
Claudio González @ClaudioGzlez
Si Murakami no esperara recibir el Nobel, ya se lo hubieran dado,
porque todos sabemos que las cosas siempre llegan cuando menos las
esperas.
Hoy subieron los huevos... dos pesos más.