
MÉXICO, D.F. (apro).- Un balde de agua helada cayó en el avión
presidencial cuando el comisionado Monte Alejandro Rubido confirmó al
primer mandatario, Enrique Peña Nieto, que Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán
había cumplido su advertencia: fugarse del penal de alta seguridad de
Almoloya si el gobierno federal negociaba con Estados Unidos su
extradición.
La primera versión de Rubido, en la noche del sábado 11, no ha variado. Es la misma que se ha ido construyendo en medios, en los discursos públicos y hasta en las hilarantes parodias de las redes sociales que se burlan de la narrativa oficial del suceso: en medio de un sistema de vigilancia que nadie había logrado antes burlar, ‘El Chapo’ Guzmán construyó en menos de año y medio un túnel de 1 kilómetro y medio que conectó directamente a una casa rústica en los alrededores del penal más vigilado por el Ejército y la Policía Federal.
Reportes confidenciales de esos minutos claves en el entorno
presidencial revelan que la procuradora general de la República, Arely
Gómez, le comentó a Peña Nieto que la versión del túnel podía ser “un
distractor”. El narcotraficante más peligroso y buscado en México y
Estados Unidos pudo haber salido por una de las puertas de Almoloya,
comentó la abogada.
En otras palabras, no fue por un túnel que violó todos los protocolos
de seguridad y de sensores en Almoloya, sino un túnel de alta
corrupción que le abrió la puerta al ‘Chapo’, justo cuando no había
ningún alto responsable de la política de seguridad nacional en
territorio mexicano.
En el entorno presidencial la fiesta de la gira terminó antes de
iniciar. Comenzaron los reproches internos. Aurelio Nuño, jefe de la
oficina de la Presidencia de la República, reprochó a Miguel Ángel
Osorio Chong que este episodio era una responsabilidad directa del
secretario de Gobernación, quien pidió concentrar en su dependencia las
áreas de seguridad pública e inteligencia. El titular de Hacienda, Luis
Videgaray, deslizó un comentario señalando que el secretario de
Gobernación debió quedarse en territorio mexicano, ante la ausencia del
presidente de la República.
Ciertas o no estas versiones de los roces en el primer círculo del
gabinete, lo que fue muy claro es que en el entorno peñista comenzó un
operativo de “control de daños” y no de estrategia de seguridad nacional
para enfrentar el desafío.
La primera decisión fue no suspender la visita de Estado de cinco
días a Francia porque sería una descortesía y eso agravaría la
situación. El presidente de la República debía estar “a salvo” de la
ineptitud (que no corrupción) de los funcionarios que permitieron la
fuga de ‘El Chapo’.
¿Puede haber control de daños ante la vergüenza internacional de un
sistema de justicia y penal corrompido que se volvió instantáneamente en
nota principal de los principales 19 medios internacionales? ¿Puede
haber un control de daños que aísle al primer mandatario cuando su
estilo personal de gobernar ha sido la centralización y personalización
de todas las decisiones, como la comitiva faraónica de su viaje? ¿Qué
control de daños puede borrar las palabras de Peña Nieto, que calificó
de “imperdonable” una nueva fuga de Guzmán Loera en entrevista con León
Krauze de Univisión?
Nadie en el primer círculo presidencial ha querido responder a estas
preguntas que están en el centro de la tragicomedia de la fuga de ‘El
Chapo’.
El llamado “control de daños” incluyó sobredimensionar la astucia y
la inteligencia del capo para minimizar a los máximos responsables de
esta fuga.
El túnel físico comenzó a borrar al verdadero túnel de la corrupción,
la ineficacia, la frivolidad, la alta traición y la ausencia absoluta
de previsión ante un golpe de esta naturaleza.
El primer párrafo del comunicado que Rubido ordenó subir la noche del
sábado 11 ya tenía los primeros indicios de este “control de daños” que
resultó peor que un guión de Juan Orol:
“A las 20:52 horas del día de hoy, en el Sistema Permanente de Video
Vigilancia del Penal Federal del Altiplano I, se observó (sic) que
Joaquín Guzmán Loera se aproximó al área de la regadera dentro de la
estancia 20 del pasillo 2, donde habitualmente, además de su aseo
personal, lavan sus enseres.
“Al prolongarse la no visibilidad del interno, se ingresó a la celda,
la cual se encontraba vacía, por lo que de inmediato se emitió la
alerta correspondiente por la probable evasión del mencionado recluso”.
Al parecer, ‘El Chapo’ era tan obsesivo con su limpieza que decidió
irse a la regadera en la noche y a nadie se le hizo extraño. En su
conferencia de prensa del lunes 13, Osorio Chong se enredó y abrió las
compuertas de más contradicciones en torno a este instante.
Según el titular de Gobernación, justo en esta área “íntima” existía un “punto ciego” que no estaba monitoreado por las cámaras de video vigilancia, en respeto a las convenciones de derechos humanos sobre garantías individuales.
Según el titular de Gobernación, justo en esta área “íntima” existía un “punto ciego” que no estaba monitoreado por las cámaras de video vigilancia, en respeto a las convenciones de derechos humanos sobre garantías individuales.
En la orilla de ese lugar, ‘El Chapo’ se quitó el brazalete que no
tenía geolocalizador (GPS) y se bajó por un túnel “de alta tecnología”
de 19 metros de profundidad y después recorrió más de kilómetro y medio
para finalmente escapar. Todo su recorrido estuvo alumbrado por una
instalación de focos que Guzmán Loera fue reventando a su paso para que
no lo alcanzaran. ‘El Chapo’ en una motoneta, quizá auxiliado por cinco
personas (¿quiénes eran, de dónde salieron?), recorrió el túnel como
repartidor de pizzas y, al mismo tiempo, reventó las bombillas.
En otras palabras, el capo-castor resultó un genio que aprovechó las
medidas de derechos humanos para burlarse de Almoloya, del Estado
mexicano y de todos.
El control de daños de Osorio Chong tuvo una inmediata respuesta.
Este martes 14, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos desmintió
que ellos hubieran sugerido o aconsejado adoptar ciertas medidas que
relajaran la seguridad en el penal de Almoloya.
La función de la CNDH “es observar y verificar que en dichos lugares
se respeten la dignidad y los derechos fundamentales de la persona, sin
que ello inhiba o determine las condiciones de seguridad”.
La Secretaría de Gobernación ha organizado tours al túnel, a la casa y
a los alrededores de Almoloya, con el riesgo de que se alteren
evidencias y la fuga de ‘El Chapo’ convierta al propio gobierno federal
en el hazmerreír mundial.
Todo con tal de que no nos asomemos al verdadero túnel que permitió su fuga
Todo con tal de que no nos asomemos al verdadero túnel que permitió su fuga