viernes, 13 de marzo de 2015

Cae producción petrolera / La ecuación del "ministro" / Pemex: corte y confección

Carlos Fernández-Vega / México SA
A escasos 41 días de su puesta en marcha, el recorte presupuestal anunciado el pasado 30 de enero por el ministro del año ya registra sus primeros resultados: la producción petrolera se redujo 5 por ciento y la meta de alcanzar 3 millones de barriles por día se pospone hasta 2020. Queda claro, pues, que el tijeretazo se practicó para proteger la estabilidad de las finanzas públicas y la economía de las familias mexicanas (Videgaray dixit).

Como efecto directo del recorte presupuestal, su principal víctima, Petróleos Mexicanos, ya no producirá alrededor de 112 mil barriles por día, con lo que dejará de obtener (ayer el precio de la mezcla fue de 46.44 dólares) cerca de 80 mil millones de pesos en términos anuales.
El remedio utilizado por Luis Videgaray resultó más oneroso que la presunta enfermedad de Pemex, una empresa productiva del Estado que cada día produce menos. Recuérdese que, como consecuencia de la caída de los precios petroleros, el recorte presupuestal anunciado por el ministro del año sumó 124 mil 300 millones de pesos, y de éstos la mitad los tuvo que asumir la otrora paraestatal.
Así, Pemex no sólo se quedó sin recursos para mantener su nivel de producción, sino que tuvo que recortarlo ante la carencia de recursos, lo que a su vez provoca menor venta de crudo y captación de divisas, lo que reduce su ingreso aún más. En síntesis, a la ex paraestatal le recortan 62 mil millones y, por lo mismo, pierde 80 mil millones adicionales.
Entonces, la ecuación del ministro es un portento: por el desplome del barril mexicano de exportación le recortan el presupuesto a Pemex; la empresa productiva del Estado aplica el tijeretazo, el cual lo deja sin dinero para invertir y por lo mismo cae la producción, que es la más baja de los últimos seis años, lo que provoca una pérdida mayor, por lo cual de nueva cuenta le recortarán el presupuesto. Touché.
La divulgación de la buena nueva corrió a cargo del director general de Pemex Exploración y Producción, Gustavo Hernández, quien detalló que para este año se ajustó la meta de producción a la baja de 2 millones 400 mil barriles diarios a 2 millones 288 mil barriles al día y que la meta de llegar a 3 millones de barriles (por día) hacia final de la presente administración se difiere hasta 2020 (La Jornada, Israel Rodríguez).
En sus Criterios Generales de Política Económica 2015 el gobierno federal esperaba que en el presente año las plataformas de producción y exportación de crudo sean de 2 millones 400 mil y un millón 90 mil barriles diarios, respectivamente. De acuerdo con Pemex, estos supuestos son congruentes con el número de pozos que se encontrarán en operación durante 2015, así como con la productividad de cada uno de ellos.
Reconocía que la producción diaria de 2 millones 400 mil barriles representa un nivel de producción bajo en comparación con años anteriores, así como con respecto a la producción esperada futura, dada la reforma energética. Es decir, desde un punto de vista macroeconómico y fiscal, durante 2015 la plataforma de producción de crudo será transitoriamente baja. Por un lado, los yacimientos que estarán en capacidad de producir crudo durante el año presentan una declinación inercial y, por otro, la producción adicional que se espera generar en 2015 no será todavía suficiente para incrementar la producción por encima de 2 millones 400 mil barriles. Lo anterior debido a que si bien se implementará un agresivo programa de licitación de nuevos contratos petroleros, la exploración de nuevos yacimientos y el desarrollo de nueva infraestructura para extraer hidrocarburos requieren un periodo de implementación y maduración.
Por ello, estimaba que de 2015 a 2018 la producción de Pemex se incrementaría en 500 mil barriles diarios, y que al concluir el sexenio peñanietista alcanzaría 2 millones 850 mil barriles, nivel menor a los 3 millones que se esperaba obtener con la reforma energética para ese mismo año. Sin embargo, “el incremento estimado en la producción va en línea con las reservas de hidrocarburos que posee el país, así como con la experiencia observada en otros países que han liberalizado su mercado o que han invertido en el desarrollo de nuevas tecnologías de extracción de hidrocarburos, tal como fue el caso de Estados Unidos con el gas y aceite de lutitas (shale)”.
Pues bien, al ritmo que van, con las tijeras aceitadas, la ecuación videgarayana y la práctica de recortar para perder, Petróleos Mexicanos cada día producirá menos, cederá mayor terreno al capital privado, quedará como invitado de piedra y nada raro sería ver cómo muerde el polvo.
En otro de los frentes, los locutores oficiales se desgañitan, porque, dicen, el peso se recupera. Ayer, el tipo de cambio cerró en 15.73 por cada billete verde en ventanilla (siete centavotes menos que la víspera), gracias a la inyección de reservas internacionales para alimentar a las hordas especulativas. ¿Cuánto más sacrificarán para llenar el barril sin fondo?
Quién sabe, pero tres momentos de la historia reciente nos ayudan a entender de qué se trata: el asesinato de Luis Donaldo Colosio le costó al país 10 mil 785 millones de dólares en reservas internacionales, monto que engulleron las hordas especulativas a lo largo de poco menos de un mes (del 24 de marzo, el día siguiente del magnicidio, al 21 de abril de 1994), a razón promedio de 372 millones de dólares diarios.
El error de diciembre (21 de diciembre de 1994) le costó a los mexicanos 4 mil 543 millones de dólares en reservas internacionales, y si se considera el mes completo, el primero del gobierno zedillista, 6 mil 336 millones de billetes verdes, un promedio diario de poco más de 204 millones.
El 10 de octubre de 2008 las hordas especulativas devoraron un total de 6 mil 400 millones de billetes verdes en poco más de una hora, todos ellos de las reservas internacionales. En los dos días previos engulleron 2 mil 500 millones adicionales, para redondear 8 mil 900 millones en sólo tres días, o lo que es lo mismo, más de 10 por ciento de dichas reservas, sin mayores resultados.
Y en ninguno de los tres sacrificios lograron fortalecer al peso, es decir, lo que el gobierno pretendía lograr al utilizar reservas internacionales. Pero siguen.
Las rebanadas del pastel
Con el olfato y la sensibilidad política que lo caracteriza, el inquilino de Los Pinos no encontró mejor momento para reiterar que México avanza por la ruta correcta.