viernes, 19 de diciembre de 2014

El SME cumple 100 años y la lucha sigue

Los sindicalistas han resistido a los embates para que desaparezca el SME
Emma Aguado / SomosMass99 / Acámbaro, Gto. / 16 de diciembre de 2014
Cinco años han pasado desde aquel 11 de octubre, cuando cientos de familias vieron desaparecer de un plumazo su seguridad laboral en Luz y Fuerza para entregarse a la espinosa incertidumbre que llevó a miles a aceptar la liquidación que proponía el gobierno de Felipe Calderón. El golpe, según los propios electricistas, no buscaba en primer término eliminar a la paraestatal sino acabar con la fuerza de un sindicato que nació en pleno proceso revolucionario y que ha sido el único en todo el país que ha mantenido la convicción de luchar contra eso que muchos llaman el gran capital.
Entonces el gobierno calderonista no imaginaba siquiera que un poco más de 16 500 hombres y mujeres electricistas, más la suma de sus cientos de jubilados, iban a negarse a la extinción de su sindicato, porque más consientes hoy que hace algunos años, supieron que esa herencia que habían recibido en 1914 no era gratuita, había costado sangre, lágrimas y vidas.

Y convencidos de que esta historia la deben conocer sobre todo los niños y los jóvenes, el 14 de diciembre pasado justo al cumplirse cien años de nacimiento del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) el pueblo de Tepuxtepec perteneciente a Contepec, Michoacán realizó un pequeño pero significativo acto conmemorativo con eventos deportivos, culturales y una asamblea en el edificio del sindicato.

Tepuxtepec es una de las divisiones más pequeñas de las once que existen en donde operaba Luz y Fuerza y de igual forma en donde sigue resistiendo el SME. El origen del pueblo se remonta al año 1926 cuando decenas de trabajadores llegaron al sitio con la intención de laborar en la presa que llevaría su mismo nombre. Poco tiempo después la entonces empresa de origen canadiense The Mexican Ligth and Power llegó a operar en el lugar comenzando a proveerlo de infraestructura hidráulica y eléctrica en conjunto con el gobierno de Plutarco Elías Calles. Ese mismo año los extranjeros secundados por los callistas reprimieron una huelga de trabajadores que exigía jornadas de ocho horas dejando como saldo algunos muertos a quienes hoy el pueblo michoacano rinde tributo en un pequeño monumento a las afueras del pueblo. Fue justo en ese lugar donde el pasado domingo los electricistas acompañados de familiares, organizaciones sociales y amigos llevaron una ofrenda floral luego de un acto cívico en la explanada del edificio del sindicato tras una breve marcha a orillas de la carretera que circunda parte de la presa. Y dado que el lugar creció gracias al trabajo fundamentalmente de los electricistas, la influencia del sindicato ha sido contundente, tanto así, que hoy en día la mayoría de las familias siguen convencidas de su importancia social y han apoyado su resistencia.

La marcha 

El pueblo de Tepuxtepec, que alberga una división del SME, marchó para conmemorar los 100 años del sindicato.
Eran como 500 personas las que integraban el contingente, entre estudiantes de las primarias Issac Arriaga y Tomás Alva Edison; había jóvenes estudiantes y maestros pertenecientes al Movimiento de Izquierda Revolucionaria con sede en Morelia, organizaciones de maestros, dos ferrocarrileros, pero sobre todo familias, mujeres convencidas de que desde hace cinco años el pueblo ya no es el mismo, hombres que aseguraron que fue una injustica la extinción de Luz y Fuerza, “se acabó el trabajo”, “la gente ya se fue a otros lugares a buscar la vida, el pueblo se quedó solo”, “ya nadie viene como antes a visitar el lugar” decían, mientras retomaban el camino de la marcha y no paraban de sostener un pedazo de papel con el símbolo del sindicato; en tanto los niños gritaban “esmé, esmé, esmé” y los electricistas echaban vivas con sus puños en alto, “hay Sme para cien años más por lo menos”, se escuchaba.

El orador 

En el acto conmemorativo se recordó también la lucha de los padres de los normalistas de Ayotzinapa.
Luego tocó el turno a Neslon Leyva Eslava de retomar la palabra que había iniciado en el acto cívico en el edificio del sindicato, allá habló de la importancia histórica de su organización y su lucha contra la voracidad económica de los grandes capitales haciendo hincapié en las nuevas generaciones; acá, en el Monumento a los Mártires recordó la lucha pasada de los trabajadores oprimidos por los extranjeros, pero también la actual de ellos, los electricistas, de los estudiantes, recordó el dolor que siguen siendo los normalistas de Guerrero, “viva Ayotzinapa, México, viva el SME”, pedía gritar a los presentes, y luego vinieron las fotos del recuerdo con los puños en alto sosteniendo sus dos estandartes, roídos de tan antiguos, que por lo menos tienen esos cien años que ya cumplió el sindicato.

Nelson Leyva es representante en la zona del Sindicato Mexicano de Electricistas, lleva el nombre de un gran libertador de la humanidad e igual que Mandela, cree en la justicia y en la resistencia. Ha logrado sostenerse en los últimos cinco años gracias a su convicción pero no ha sido el único, como él se cuentan 16 599 que comparten los objetivos de lucha, sin olvidar que con ellos han caminado también el ejemplo, la sabiduría y las cuotas de los jubilados. Luego de la marcha y mientras la mayoría probaba sus tacos de carnitas michoacanas con refresco cortesía del sindicato, platicamos con Nelson al respecto de la situación actual que enfrenta su gremio. 

La identidad y la formación política a lo largo de 100 años

“Para nosotros tiene ese significado especial porque desde hace cinco años cuando 16 500 decidimos no aceptar la liquidación para luchar por preservar nuestra organización, sin infraestructura, sin plantas de generación en una intensa lucha política y social, hoy podemos decir que estamos cerca de cumplir ese objetivo”, comenta Eslava al recordar el arduo trabajo de cabildeo con la Secretaría de Gobernación que desde 2013 inició gracias a que lograron instalar una mesa de diálogo que ha rendido algunos frutos. Sin embargo uno de los triunfos más significativos para el sindicato a lo largo de tanto tiempo ha sido el haber logrado preservar identidad, “nosotros siempre hemos manifestado que quienes crearon los estatutos de nuestra organización tenían una visión totalmente de futuro, como si en todo momento se hubiesen imaginado lo que hoy está pasando”, y como si fuera la clave de su organización sindical comenta del papel que los jubilados tienen en sus procesos, “somos de las pocas organizaciones que en sus filas tienen a los jubilados como miembros activos, con participación, con derecho a voto, con todas esas facultades, hoy gracias a la organización de ellos que siguen aportando su cuota sindical es como hemos podido sobrevivir”.

Nelson Leyva, representante en la zona del SME, destaca que en cinco años de resistencia cada uno de los más de 16 mil 500 electricistas que no aceptaron liquidación son una historia de vida
De carácter afable y voz tranquila, Nelson recuerda que en cinco años de resistencia cada uno de los más de 16 mil 500 electricistas que no aceptaron liquidación son una historia de vida, “antes estábamos acostumbrados a una vida despreocupada, aunque no holgada, teníamos un salario, un empleo seguro. Pero a partir de 2011 la gente se ha dedicado al empleo informal, a los jornales en el campo, hemos sobrevivido de la solidaridad de la familia, porque también fuimos vetados para que nos obligaran a aceptar la liquidación, y nadie nos quería dar empleo”.

Retomando la parte del trabajo de identidad que ha desarrollado el SME comenta que en su organización se fomenta la formación política a diferencia de otros sindicatos que no lo hacen argumentando que ello fomenta discusiones internas, yendo incluso más allá, hoy aspiran a que los niños también adquieran conciencia social, “Ahora incorporamos a los niños para que sean conscientes de lo que estamos peleando, que es su futuro, ya no tanto el nuestro”. Además recuerda que su lucha ha sido solidaria con otras, por eso también han recibido apoyo cuando lo han necesitado, “continuamente nos involucramos con la sociedad, no es casualidad que la gente se solidarice porque hemos aportado a los movimientos sociales, hemos estado con el sindicato de Mexicana de Aviación, con el Poli, con Ayotzinapa recientemente, no perdemos esa conciencia de estar unidos a los demás”.

La etapa que viene: la ofensiva

En abril del 2013 se alcanzó una Mesa de Diálogo entre el SME y el gobierno federal encabezado por la Secretaría de Gobernación con tres puntos básicos: la liberación de presos políticos, el esquema de las pensiones vitalicias para los que cumplieran los requisitos establecidos y la reinserción laboral al sector eléctrico para los que no alcanzaran pensión. Al momento sólo resta cumplir el último punto ya que de acuerdo a datos proporcionados por el propio Eslava hay 966 en pensiones vitalicias, y 650 más que entrarían en adherencia al convenio, restando alrededor de 14000 trabajadores que estarían buscando la posibilidad de reinsertarse al trabajo.

Lo que exigen es la reinserción laboral al sector eléctrico para los que no alcanzan pensión.
Pero con la reforma energética y la aprobación de las leyes secundarias estaríamos ante un panorama totalmente distinto para los trabajadores, Nelson explica que su regreso al mundo laboral ante la extinción de Luz y Fuerza y la desaparición de la Comisión Federal de Electricidad como empresa del estado, lo que les queda es trabajar como cooperativa con la participación de capital privado, “a partir de que logramos que se reconocieran los pasivos laborales, el compromiso que ellos (el gobierno federal) tienen con nosotros, es ofrecer infraestructura a cambio de esos pasivos que pudiéramos volver accionar para el sector eléctrico. Desafortunadamente tendría que ser con capital privado para poder reactivar muchas de nuestras plantas. El sindicato ya entregó una propuesta calendarizada para el proceso de reinserción, nos han ofrecido las 34 plantas de generación, nuestras fábricas y talleres, un esquema para trabajar en cooperativa para la distribución, transmisión y comercialización de electricidad, la propuesta no pasa de 3 meses”.
Un triunfo parcial

El regreso al trabajo significaría un triunfo parcial porque el SME sigue firme en la postura de la no privatización del sector eléctrico, asegura Nelson quien además explica cuál será el próximo paso, “ahora que estamos en posibilidad de crear una sociedad mercantil en donde tenemos condiciones de aportar infraestructura con el capital privado creando el activo circulante, para nosotros es un triunfo parcial, por lo que hemos dicho que a partir de que se nos reintegre a nuestro trabajo iniciaríamos otra etapa de lucha. Hemos estado en resistencia, pero a partir de lo que se logre podamos iniciar una etapa a la ofensiva, estamos en la posición de renacionalizar la industria eléctrica. Ellos dicen: estamos en un proceso de reprivatización, bueno ahora nosotros vamos por la renacionalización”.

En la actualidad Tepuxtepec cuenta con un promedio 500 familias, incluyendo las de 150 jubilados, que han sido afectadas directamente por la extinción de Luz y Fuerza, sin contar aquellos que indirectamente se beneficiaban de la bonanza de una empresa que al desaparecer se llevó la alegría de mucha gente, incluso la salud y la vida de algunos abuelos que con tristeza vieron desaparecer de golpe y porrazo el esfuerzo de muchos años: el producto de luchas obreras. A pesar de todo sigue sosteniendo lazos fuertes de solidaridad lo que les ha permitido mantener la paz a contracorriente de lo que sucede en el resto de Michoacán asolado por la violencia.