La Jornada - El Correo Ilustrado
La marcha pacífica del día 20 de
noviembre para protestar por el caso Ayotzinapa y el desastre que son
las instituciones mexicanas, fue saboteada por el Estado.
En la televisión vimos personas con sudaderas blancas y capuchas que
agredían de manera suave a los granaderos; cuando se disolvió la
manifestación,los vimos atravesar el Zócalo para unirse a las fuerzas de
seguridad, por lo que hay que revisar los videos.
Al Estado no le convenía que hablaran en público los padres de
los desaparecidos, porque iban a denunciar la ineptitud de las
autoridades y a ellos no los pueden acusar de anarcos o vándalos.
El Estado mexicano sigue queriendo tapar el sol con un dedo. El PRI
lo está haciendo pésimo, vendiendo el país y siguiendo con sus viejas
prácticas lesivas a los ciudadanos para beneficiar a la clase política y
a los grandes empresarios que se enriquecen a costa de los asalariados
