El Correo Ilustrado-La Jornada
La sociedad mexicana somos testigos de la ineficiencia y
negligencia que los tres niveles de gobierno (municipal, estatal y federal), han
mostrado ante la masacre llevada a cabo en Iguala, Guerrero, con la desaparición
de 43 jóvenes normalistas. Por eso es indignante y una mentira lo dicho por el
titular del poder ejecutivo Enrique Peña Nieto, afirmando en la inauguración del
XII Encuentro Panamericano Nuevos Roles y Expresiones de la Sociedad Civil que
En México los derechos humanos son la piedra angular de nuestro orden constitucional y deben serlo también de nuestra realidad cotidiana.
En nuestra Constitución Política hay 41 menciones relacionadas con los derechos humanos, y la realidad es que los tres niveles de gobierno pasan sobre estas normas establecidas en la Constitución. O que responda el titular del poder ejecutivo ¿por qué no se han restituido sus empleos a los trabajadores agremiados al SME, a los trabajadores mineros de Cananea, Taxco y Sombrerete; porque no han reinstalado a los trabajadores de Mexicana?
Y más aún, ¿por qué hoy como en 1968 la respuesta del gobierno federal y de
las autoridades en general, ante los reclamos para que se respeten nuestros
derechos humanos, realizados por jóvenes, por trabajadores, por campesinos,
etc., la respuesta es la violencia y la represión? El principal responsable de
esto es el Presidente de la República, quien está incumpliendo su obligación
constitucional de promover el respeto, la protección y promoción de los derechos
humanos, establecido esto en la fracción X del artículo 89 de nuestra Carta
Magna.
Oscar Leslee Figueroa, Héctor Mora Zebadúa, Paul Bernardo Díaz, Ricardo
Arenas Rodríguez, Jorge Luis Vargas Carrasco, Alberto Martínez y David Miranda
Pérez
Fuente: La Jornada
Fuente: La Jornada