domingo, 15 de junio de 2014

Levantan huelga de hambre catedráticos de Colima

14 junio 2014 | Pedro Zamora Briseño | Proceso
COLIMA, Col. (apro).- A petición de dirigentes sindicales del país y representantes de organizaciones sociales, anoche levantaron la huelga de hambre los cuatro catedráticos universitarios, en medio de la consigna de sus simpatizantes “¡Los queremos vivos!”. Ante cientos de personas que se congregaron en el Jardín Libertad, el líder del movimiento, Leonardo César Gutiérrez Chávez, anunció: “Agradecemos las voces que nos requieren vivos, con las facultades mentales claras, con buena salud; estamos conscientes de lo que es el deterioro físico, el cuerpo no está para aguantar más, tiene sus límites. A nombre de los compañeros huelguistas les digo que hemos decidido levantar la huelga; la levantamos en pie y en seguimos en la lucha”.
Pese a que se mantuvieron 45 días en ayuno frente al Palacio de Gobierno, el gobernador, Mario Anguiano Moreno, y el rector de la Universidad de Colima, José Eduardo Hernández Nava, no atendieron las demandas de los manifestantes.

Entre otras cosas, los huelguistas exigían legalidad y transparencia en el manejo de los recursos del Fondo Social de Apoyo al Pensionado (Fosap) de la casa de estudios, el cese a la violación de 35 cláusulas del Contrato Colectivo de Trabajo y la restitución de Gutiérrez Chávez como dirigente del Sindicato Único de Trabajadores de la Universidad de Colima, quien fue removido en marzo pasado por presuntas presiones de la Rectoría.

En los primeros días, eran ocho los académicos en huelga de hambre: Leonardo César Gutiérrez Chávez, Pedro Vidrio Pulido, J. Jesús Ponce Ochoa, Herminio López Ramírez, José Jesús Lara Chávez, Javier Herrera Báez, José Miguel Rodríguez Reyes y Carlos Lezama Cervantes, pero con el paso de tiempo los cuatro últimos se vieron obligados a suspender el ayuno tras sufrir complicaciones en su salud.

En representación del Comité Ciudadano de Apoyo a los Maestros Universitarios en Huelga de Hambre, la profesora Paula Delia González Nolasco consideró que “no es ético ni moral que los huelguistas sigan más allá de sus posibilidades físicas y sicológicas a costa de infligir daños en su salud; el propósito de esta lucha no es tener héroes, no es contar con mártires, sino colaborar para que la universidad sea la punta de lanza de la intelectualidad, moralidad y ética de un pueblo, además de salvaguardar sus derechos como sindicalistas y para esto hoy pueden visualizarse otros caminos”.

Refirió que el esfuerzo de los huelguistas ha tenido frutos significativos, entre ellos haber mostrado “la podredumbre y la falta de transparencia en el manejo de los recursos públicos asignados a la universidad” y “desveló los intereses de los dueños de los medios de comunicación, que en el estado de Colima tienen vocación para servir al poder en turno y no de informar a la población”.

También, dijo Paula Delia González, el movimiento “evidenció el autoritarismo y la incapacidad de diálogo del gobierno, así como su complicidad con las autoridades universitarias, contrario a lo que la autonomía que tanto pregonan”.

Esta lucha, además “convocó a un grupo significativo de la población de Colima, quienes en el ejercicio de su ciudadanía ante la justeza y honestidad de la huelga, pudieron y pudimos asumirnos como personas con derechos y con capacidad para defenderlos”, “inyectó energía y vida en un movimiento estudiantil que ya no tiene vuelta atrás y rompió el aislamiento de la lucha sindical, tras obtener el apoyo de organizaciones nacionales e internacionales”.

Así mismo, “el gran triunfo de esta lucha es que ahora tenemos la seguridad de que tanto la máxima casa de estudios como la población colimense ya no serán las mismas: ya que esta experiencia quedará también en el inconsciente colectivo para la transformación de nuestra universidad y de nuestra sociedad”, puntualizó González Nolasco.

Antes del mitin en el que se anunció el levantamiento de la huelga de hambre, se realizó la “Marcha por la dignidad”, con un recorrido de más de diez kilómetros que empezó en la Glorieta del Rey Colimán y enfiló hacia la autopista Colima-Guadalajara, que fue bloqueada por más de una hora por los manifestantes, mientras se dirigían hacia el puente de La Estancia y después hacia el Jardín Libertad, en el centro de esta capital.

Con el respaldo de un contingente del Sindicato Mexicano de Electricistas, así como de representantes de sindicatos de diversas universidades del país, en la marcha participaron trabajadores y estudiantes de la Universidad de Colima, así como miembros de organizaciones como Conciencia Ciudadana, del Partido de la Revolución Democrática y del Movimiento Regeneración Nacional (Morena).

En su intervención, Leonardo Gutiérrez denunció que son más de 700 millones del fondo de pensiones que “han sido desviados y no se ha demostrado con documentación dónde están; ellos dicen que pagaron sueldos de jubilados, que lo demuestren, que den la lista y también que se apeguen al reglamento, porque se sigue violando la normatividad del Fosap, el contrato colectivo y el contrato del fideicomiso”.

A la fecha, abundó, “continúa el contubernio entre el gobernador y el rector para hacer enjuagues con los recursos públicos”, por lo que “consideramos que hay más fraude, más dinero desviado para campañas políticas y para hacer millonarios a muchos exrectores”.

Gutiérrez Chávez mencionó que a pesar de que la Secretaría de Educación Pública autorizó en 2013 al rector José Eduardo Hernández Nava un sueldo mensual de 58 mil pesos, el propio funcionario universitario se autoasignó 145 mil pesos, que con el aumento de este año asciende a más de 150 mil pesos y si se le agregan las prestaciones y la prima de antigüedad, el sueldo actual del directivo universitario es de alrededor de 270 mil pesos al mes.

Y no descartó la posibilidad de que, ante la opacidad con la que la Rectoría maneja los recursos de pensiones, el rector ya se haya jubilado y esté recontratado ganando el doble.

Recordó que la auditoría 2012 de la ASF reveló anomalías en el manejo de al menos 250 millones de pesos en la Universidad de Colima, e los que 129 millones que se descuentan a los trabajadores del impuesto sobre la renta no fueron reportados al fisco, en tanto que no se comprobó el manejo de más de 122 millones de pesos que supuestamente habrían sido entregados en prestaciones a los trabajadores.

En entrevista posterior, Leonardo Gutiérrez señaló que tras el levantamiento de la huelga de hambre continuará la lucha por otras vías, mediante la conformación de un frente social que no sólo atenderá cuestiones universitarias, sino también otras demandas de la población.

Fuente: Proceso