lunes, 7 de abril de 2014

Limón, el agrio sabor del libre comercio

El aumento de 300 por ciento en el precio del limón no se explica solamente por la presencia de una plaga, sino por la sobreexplotación de los cultivos, los aumentos en los costos de producción y, sobre todo, por las políticas neoliberales que abandonaron a los campesinos.
7 abril 2014 | Carolina Bedoya Monsalve | Desinformémonos.org

México, Distrito Federal. Intermediarios abusivos, incremento de los costos de producción y explotación intensiva de los árboles llevaron a un aumento del precio del limón de hasta 300 por ciento. Sin embargo, la principal responsable es una política económica que abandonó a los productores, coinciden el Centro de Análisis Multidisciplinario; Alfredo Acedo, de la Unión Nacional de Organizaciones Regionales Campesinas Autónomas (UNORCA), y vendedores del mercado de La Merced, especializados en el cítrico.

Para explicar el aumento del precio del limón, las dependencias oficiales recurren a las plagas, la lluvia y la sequía. Para el Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM) de la Universidad Nacional Autónoma de México, en voz del investigador David Lozano, el incremento va más allá de lo sucedido en una región, como es el caso de Michoacán, el mayor productor del cítrico en el país. Lo que sucede, explican, es que la producción nacional disminuye paulatinamente por el aumento del costo de producción, desde las semillas hasta la distribución.

México padece problemas de plagas desde finales de los años cuarenta, así como cambio climático. De acuerdo con el CAM, esto sirve como “coartada” al gobierno para justificar un alza en los precios que tiene que ver más con la política económica general. Alfredo Acedo, asesor de la Unión Nacional de Organizaciones Regionales Campesinas Autónomas (UNORCA) concuerda en que la ideología de libre mercado “es la responsable de que los productos se incrementen de esta manera”.

El incremento en el precio de los alimentos no se reduce al limón, explica un vendedor del mercado de la Merced, en la capital del país, quien cuestiona que la gente se escandalice por lo sucedido con el cítrico. “Lo mismo sucedió con el tomate. El chile de árbol, que normalmente lo vendo a 20 pesos, estuvo hasta en 80, y nadie se quejó”, indica.

Producción, abandonada

La privatización de las empresas del Estado se dio en medio de una gran corrupción, acusa Acedo. Empresas como La Compañía Nacional de Subsistencias Populares (CONASUPO), que tuvo la tarea principal de regular los precios de la canasta básica, la Productora Nacional de Semilla (PRONASE) y la compañía Fertilizantes Mexicanos (FERTIMEX) “fabricaban casi todos los insumos que hacen posible la producción de alimentos en el país. El gobierno se deshizo de ellas, se las entregó a sus amigos y una gran riqueza pública pasó a manos de la empresa privada”.

El investigador Lozano, del CAM, explica que el gobierno no proporciona los recursos necesarios para el agro mexicano, fenómeno que se profundizó con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte. “En los años noventa se habló del cambio climático provocado por la generación de biocarbono por los países industrializados, lo que al gobierno le sirvió como una buena justificación para su falta del ejercicio de presupuesto para la producción agrícola del país”, indica.

El aumento al precio de la tortilla, registrado entre los años 2007 y 2008, se debió a una política estadunidense de subsidiar la producción de maíz en su territorio, explica el asesor de la UNORCA: “Lo hizo porque empezó a dedicarle parte de su producción a la elaboración de biocombustibles, y esto trajo una escasez en las exportaciones estadunidenses, de las que nosotros dependemos por el orden de 10 millones de toneladas al año. Después de este episodio de especulación se estabilizó la situación, pero los precios no volvieron a ser iguales”.

Rosario Hernández, Víctor Zaragoza y Adolfo, vendedores de limón en el mercado de La Merced, coinciden en que el precio del cítrico ya se estabilizó, pero no está todavía en un límite aceptable. Entre los factores que mencionan para el aumento señalan la escasa producción; el transporte desde otra región; la intervención de los intermediarios y las plagas. Para otro vendedor, “el problema es del gobierno, que no puede controlar las movidas, sube la gasolina, las casetas y todo esto hace que, aunque en estas fechas suba de por sí, este año haya sido más”.

Limón, diesel y otros factores

Alfredo Acedo señala que siempre hay un detonante de los aumentos, que puede ser coyuntural. En el caso del limón, los que más se benefician son los intermediarios: “Michoacán es el primer productor de limón en el país y algo tiene que ver la delincuencia organizada por el cobro de extorsiones, pero en este caso creo que ha sido un problema de especulación. Los intermediarios encuentran una situación propicia y obtienen ganancias enormes en poco tiempo”.

Un vendedor de La Merced acusa también a los intermediarios: “Ellos ganan más que los mismos cultivadores y que nosotros”. Considera que el gobierno se lleva su parte, “porque nunca hace nada por acabar con el problema”. Además añade, que siendo Michoacán el mayor productor, el problema con los narcos intensifica el problema.

“No son sólo algunos surtidores de la Central de Abastos, no es cosa de algunos comerciantes que le compran directamente al productor. Hay toda una cadena establecida y es muy evidente. El abasto de las ciudades lo controlan una o dos grandes empresas”, refiere el asesor de la UNORCA.

El limón tiene cerca de ocho variedades. Las de Michoacán y Colima tienen un tamaña más grande, con menos semilla y mucha mayor cantidad de agua. El de Veracruz es un poco más pequeño y muy verde, pero tiene poca agua y una cascara más gruesa. El de Hidalgo es más grande, pero es de baja calidad.

Para Lozano, la mayor parte del limón de buena calidad se exporta y el de más baja se queda para el consumo nacional. “El precio de exportación está entre cuarenta y cincuenta pesos, el precio de Europa, pero el producto es acaparado por intermediarios de alimentos a nivel internacional”, detalla.

El vendedor Víctor Zaragoza señala que ahora sale más caro cortar el limón que transportarlo y pagar el precio de las gasolinas. El investigador del CAM explica que cuando se incrementó el precio de diesel, los productores no se dieron cuenta de los problemas que eso generaría: “Sale más caro llenar el tanque de una camioneta para llevar al mercado media tonelada de producto, que cortar el propio limón. Si a mí me pagan el kilo de producto a entre 10 y 14 pesos, y el litro de diesel está entre 11 y 12 pesos, quedan tres pesos por kilo, que no alcanzan para cubrir lo invertido en la cosecha”.

A un productor se le pagan entre 10 y 15 pesos por kilo del cítrico; el intermediario lo vende a las centrales de abasto a entre 20 y 25 pesos, y ésta lo vende entre 30 y 40 pesos. “Ése es el problema de la intermediación”, señala Lozano a nombre del CAM.

Rosario Hernández, Víctor Zaragoza y Adolfo han dedicado hasta cincuenta años de su vida a la comercialización de las verduras y frutas. Advierten que la tierra, como el cuerpo, se cansa de tanto producir, y consideran que en la próxima cosecha –septiembre- el precio aumentará de nueva cuenta pues no se permite al árbol descansar. “Los árboles necesitan dos meses para florecer, pero los cortan antes de tiempo por que la demanda de consumo y exportación es mayor”, explica Zaragoza.

Coincide el investigador del CAM, quien advierte que se está cortando mucho limón que no está listo para el consumo, lo que alterará el precio en septiembre. “Lo único que queda es sembrar tu propio arbolito”, indica.

En los meses próximos, advierten desde el CAM, el gobierno tendrá que regular los precios con la exportación para cumplir con el mercado interno. Ante las malas expectativas de crecimiento económico, considera el investigador, seguirá la venta al exterior, pues ello significa el 0.08 por ciento del crecimiento del Producto Interno Bruto. “Eso no lo van a querer sacrificar”, valora Lozano.

Otra opción, señalan desde el Centro, es el congelamiento de los precios del diesel, que se usa para bombear agua y transportar producto, entre otras fases de la producción.

La UNORCA considera que la salida a este problema está en impulsar la producción de alimentos a escala comunitaria, incluso familiar. “Si los limones están muy caros, en el patio podemos tener dos o tres plantas; si como comunidad tenemos acceso a un espacio mayor, podemos tener una producción conjunta que, de manera organizada, nos permita depender menos del mercado”, insiste Acedo.

El asesor del UNORCA expone que México tiene problemas de dependencia alimentaria, pues la mitad de lo que consume depende del suministro de otros países hasta en un 60 por ciento. “Podemos tener una política en la que el Estado se comprometa con los productores para que estos sean capaces de nuevo de alimentar al país. Así lo hicieron durante medio siglo”, finaliza.