Héctor Moreira, consejero general de Pemex, vende el shale gas como un
milagro que hay que pagar por ver. Es el futuro de México, dice, incluso
por encima del proyecto de aguas profundas. Pero para cumplir el sueño,
la reforma energética debe aprobar capital privado que haga realidad lo
que califica como el Cantarell del siglo 21.