miércoles, 7 de agosto de 2013

"Generan desconfianza" los libros de texto con errores

Laura Poy Solano | Periódico La Jornada | Miércoles 7 de agosto de 2013, p. 41
Los errores ortográficos y de contenido en los libros de texto gratuitos no son nuevos. Ha sido una denuncia constante que cada año hemos presentado a las autoridades educativas sin que hasta la fecha se hayan corregido, denunciaron directores y profesores de educación básica.
En entrevistas por separado, señalaron que los materiales que se distribuirán a partir del próximo 19 de agosto, en el inicio del ciclo escolar 2013-2014, a millones de alumnos de primaria, generan mucha desconfianza, no sólo porque tienen faltas ortográficas, sino porque hemos constatado que en información específica de matemáticas, geografía o español también tienen problemas.

Pedro Hernández, director de la escuela primaria Centauro del Norte, en la delegación Iztapalapa, destacó que en los contenidos hay una mutilación que se denunció desde hace años. Ejemplificó con los contenidos de la conquista, de los cuales dijo, desde 2009 se detectó que sólo hace una breve mención en el texto de historia para sexto grado de primaria, pero nunca se rectificó.

Ahora, agregó, pretenden que los maestros y los propios alumnos de primaria sean los que detecten y corrijan los libros de texto. La Secretaría de Educación Pública no puede soslayar su responsabilidad. No es creíble que se diga que los encontraron hechos, porque pese al cambio de titular de la dependencia, con el arribo de una nueva gestión federal, hay equipos y mandos que continúan en las mismas tareas.

Por su parte, Francisco Bravo, dirigente del magisterio disidente en la capital del país y profesor de la escuela primaria Vicenta Trujillo, en la delegación Cuauhtémoc, destacó que los libros de texto no sólo tienen errores ortográficos, sino estructurales. Durante años denunciamos como docentes que se trataba, en muchos casos, de contenidos desastrosos.

Se usan conceptos, explicó, que no son adecuados para los niños por grado y madurez intelectual. Mucho del vocabulario no lo comprenden. Se trata de textos llenos de instrucciones más que de contenidos.

Fuente: La Jornada - Sociedad y Justicia