sábado, 29 de junio de 2013

La sometida clase media mexicana / Difícil que llegara a protestar como la de Brasil / Motivos hay de sobra, opinan

Dinero-Enrique Galván Ochoa
La clase media brasileña ha salido a las calles a protestar por el aumento en el transporte (ya fue suspendido), contra el despilfarro en la organización de la Copa del Mundo y contra la corrupción. En la encuesta de esta semana preguntamos a nuestros foristas ¿sería capaz la clase media mexicana de protestar como la brasileña?: 59 por ciento de los participantes dice que sí, hay motivos de sobra; 11 por ciento piensa que no hay motivos para protestar, y 30 por ciento envía distintos puntos de vista.

Metodología

Esta semana tuvimos la participación de mil 610 personas, como respuesta al formato que enviamos a 3 mil vía correo electrónico. En las líneas de en seguida reproducimos fragmentos de algunos de sus comentarios.

Opiniones

Hay motivos de sobra para protestar, pero la clase media (mexicana) no está cohesionada ni habituada a las movilizaciones sociales. Creo que será muy difícil que dejen (¿dejemos?) la zona de confort.

Manuel Robles / ciudad de México

¿Cuál clase media?, si ya desapareció. Me gustaría pensar que sí. Motivos tenemos de sobra.

Martha García / ciudad de México

La clase media –que no es clase– no se ha significado como vocera de la indignación social, del resentimiento popular masivo, del rencor vivo (como el de Pedro Páramo) en este nuestro vilipendiado país. Y que no sólo reaccione cuando le toquen el bolsillo, sino cuando sea capaz de sentir hondamente cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo. El Che dixit.

Hugo Carbajal / Cuernavaca

Claro, no sólo la clase media, sino todo el país. Esta tragedia que vive nuestra gente ya está en una etapa definitoria, el pueblo vs. la clase política, ¡fuera de nuestro entorno bola de marranos! Mexicano, no te quedes pasmado, prepárate para actuar.

Antonio Castro / Puebla

¿Existirá la clase media? Yo alguna vez tuve trabajo, ahora no tengo ni fuerzas para protestar. Estoy entre la disyuntiva de “protestar” (con organización y toda la cosa para lograr hacer masa y mover la voluntad del patriarca) o disfrutar serenamente este aliento que me queda...

César Olea / Ixtapa

Los mexicanos somos supermachos, agachados (Rius), masoquistas al extremo. Antes de Lula, Brasil era el campeón mundial de la desigualdad social, ahora le ganamos. ¡Ah!... pero eso sí, nos cambian los votos de nuestra esperanza por una despensa, por una tarjeta Soriana o Monex, un partido de futbol, una telenovela o un chisme de la farándula; nos siguen cambiando el oro por los pinches espejitos.

Luis Hernández / Toluca

La clase media en México es una masa amorfa que por un lado procura imitar los patrones de consumo de la clase alta, así como sus estilos de vida (tener servidumbre en casa, mandar a los hijos a escuelas de paga, hacer el shopping cuando menos una vez al año, sus sueños son visitar Disneyland, Mayami (así lo pronuncian), Chicago, Nueva York, que sus hijos obtengan becas en el extranjero principalmente Harvard o Yale. Plagan los malls, y por el otro lado se pliegan a los mandatos de los banqueros, viven ahogados en deudas, son perseguidos por no pagar sus hipotecas, tarjetas de crédito (y múltiples tarjetas que obtienen en las tiendas departamentales) y, como dice un forista por ahí, se propaga un individualismo extremo y de aniquilamiento del prójimo, por lo que la clase media sólo pretende defender lo que tiene y no meterse a defender a quienes no tienen.

Luis Muñoz / ciudad de México

Ciertamente la clase media de México tiene motivos para protestar, pero no sólo ella sino también las clases que están abajo de la media. Sin embargo, el sistema político tiene aletargada a dicha clase, debido, entre otras cosas, a la falta de credibilidad de la mayoría de los líderes de todos los partidos. Al cansancio por las formas de protesta de aquellos que dicen defender la educación suspendiendo clases y demostrando en los hechos que lo que menos tienen es creatividad y educación para lograr mejores formas de protesta.

Gerardo Rojas / Morelia

La clase media en México se siente de la elite, y le dejan las protestas a los revoltosos, pobres. Da coraje ver que sí protestaron por el secuestro del hijo de Martí sólo porque se veían muy lindos vestidos de blanco, en cambio, en la marcha reciente por la desgracia de la ABC fueron muy pocos (se supone que debe ser un segmento culto y bien informado); sin embargo, conozco algunas personas que fueron clasemedieras y también ricos que están tan enojados como la prole. Si seguimos por el mismo rumbo la mecha prende porque prende.

Víctor Hugo Barreto / ciudad de México

Por el momento no, aunque no faltan motivos para hacerlo; actualmente estamos en una área de confort que nos impide movernos, no tenemos motivo que valga la pena para protestar ni mucho menos para manifestarnos y tomar las calles.

Marcelo Hernández / Toluca

Desafortunadamente los mexicanos “somos” bravucones pero nada más... Mucho ruido y pocas nueces. Ha habido cientos de motivos, incluso más grandes que los de Brasil y no hemos sido capaces de protestar ni la quinta parte de como lo hacen otros países. El día que la clase política o los ladrones de cuello blanco (es lo mismo) vean que millones de personas protestan por sus abusos y estupideces, pensarán un poco más en seguir burlándose en nuestras caras... No solamente ellos son responsables de esta situación.

Juan Carlos Navarro / Querétaro

A la sociedad mexicana mientras le des futbol y telenovela todo le es indiferente. Ojalá haya pronto un movimiento para el bien común. Tanta injusticia, corrupción, desempleo. México debe despertar.

Miguel Martínez / ciudad de México

Según la Organización de Naciones Unidas y el Fondo Monetario Internacional, para que un ciudadano sea considerado de clase media debe tener un ingreso que le alcance para cubrir casi 80 por ciento de sus necesidades y dicen los expertos en el tema que sólo a 14.6 por ciento de los mexicanos podría considerársele de clase media y, si a eso agregamos la actitud gringa del egoísmo, la competencia de ser mejor… en ¿qué? quién sabe, pero esa actitud pasiva y apática, pues no se espera mucho de ese mínimo porcentaje clasemediero…

Alberto Ortuño / ciudad de México

Fuente: La Jornada