miércoles, 17 de abril de 2013

Sedeso impulsa un "hambretón", no una política a partir de derechos

Rechazan organizaciones participación de trasnacionales
Periódico La Jornada | Miércoles 17 de abril de 2013, p. 51
Las mismas empresas transnacionales que han llevado a la pobreza a las comunidades con la competencia desleal a la producción nacional, por medio de las importaciones de alta fructosa, papa, café y trigo, son las que han “capturado” la Cruzada Nacional contra el Hambre, señalaron representantes de la Alianza por la Salud Alimentaria que agrupa 20 organizaciones.
Ahora estas compañías, junto con el gobierno federal, buscan conjugar la asistencia pública y la filantropía en el contexto de la cruzada, pero es un camino para mantener la desigualdad y se basa en la violación de los derechos sociales. “Su fin es lavar la imagen de los monopolios” para que continúen en la impunidad, gozando de exenciones fiscales y evitando el pago de impuestos, sostuvo Víctor Suárez, de la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras (Anec). Agregó que la cruzada es un hambretón, no es una política de Estado basada en derechos.

Explicó que PepsiCo importa miles de toneladas de alta fructosa, un sustituto de azúcar de caña que utiliza en la producción de los refrescos; “genera pobreza en el campo cañero y en el sistema productivo nacional”.

Además, agregó, con su marca Gamesa importa 70 por ciento del trigo de Estados Unidos y Canadá, en detrimento de la producción nacional, lo cual “genera hambre, pobreza y desempleo”. Sostuvo que para los productos de Sabritas también se realizan importaciones de papa transgénica.

Con los convenios que firmó la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso) con Nestlé y PepsiCo “simula estar luchando contra el hambre, mientras estas empresas contribuyen a incrementar la pobreza. Es un acto demagógico que preserva los monopolios”.

Nestlé ha afectado a miles de productores de café con las importaciones de robusta para elaborar el soluble, señaló Fernando Celis, de la Coordinadora Nacional de Organizaciones Cafetaleras. Apuntó que hay 505 mil productores del aromático; 80 por ciento son indígenas, y 96 por ciento de la producción nacional es de cafés arábigos, pero la empresa quiere el robusta para producir el soluble, por lo que importa alrededor de un millón de sacos al año.

La demanda de este grano ha hecho caer los precios del café. Un caso extremo ocurre en Guerrero, “donde Nestlé, por conducto de sus compradores locales, paga mil pesos por el café arábigo (de mejor calidad que el robusta), menos de lo que paga por este último”. Agregó que con la introducción masiva de productos de esta empresa en las regiones campesinas e indígenas más pobres, y de sus promotores para “enseñar a preparar alimentos, que tal vez incluirán pasteles de café soluble con saborizantes artificiales y mucha azúcar, contribuirán al aumento de la obesidad y la mala nutrición”.

Alfonso Ramírez Cuéllar, de El Barzón, dijo que la cruzada debe replantearse, ya que la Sedeso ha señalado que hay 70 programas incluidos; sin embargo, no tienen conexión y son generadores de pobres.

Alejandro Calvillo, de El Poder del Consumidor, recordó que en Brasil también participó Nestlé en el programa Cero Hambre y que hubo una fuerte protesta social por ello. Consideró que en México debería haber una campaña nacional contra la malnutrición, ya que mientras cada año mueren 10 mil personas por desnutrición, 90 mil fallecimientos son a causa de la diabetes. “En una misma familia pobre es común encontrar las dos expresiones de la malnutrición: desnutrición y obesidad”, afirmó.

Sin apoyo, 2.6 millones de campesinos por la puesta en marcha de la cruzada: CAP

Fuente: La Jornada