domingo, 7 de abril de 2013

Memorial de víctimas, un acto de provocación

Sin consultar a las organizaciones que exigen justicia para las víctimas de la “guerra contra el narco”, el gobierno de Enrique Peña Nieto cumplió con el trámite de entregar el monumento que Felipe Calderón le prometió a ciertas agrupaciones con las que estaba comprometido desde 2011. Para el poeta Javier Sicilia, vocero del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, se trató de un acto administrativo, de un acto de provocación del gobierno federal que con ello pretende dividir al conjunto de las organizaciones de víctimas.
7 abril 2013 | José Gil Olmos | Proceso
A marchas forzadas y envuelto en polémica con los familiares de víctimas de la guerra contra el narcotráfico, el gobierno de Enrique Peña Nieto inauguró en el Campo Marte un monumento para recordar a quienes perdieron la vida por la espiral de la violencia en los últimos seis años.

“Es una contradicción inaugurar un monumento en un acto administrativo, con estelas sin los nombres de las víctimas, en un campo dedicado al dios de la guerra, frente al monumento que Felipe Calderón mandó hacer para los soldados y policías muertos”, dice al respecto el vocero del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (MPJD), Javier Sicilia.

Tres días después de que esta organización lanzara una campaña en México y en el extranjero para reunir 100 mil firmas y pedirle a Peña Nieto resignificar la Estela de Luz para convertirla en memorial de las víctimas, la subsecretaria de Asuntos Jurídicos y Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, Lía Limón, anunció la inauguración del monumento (que costó 31 millones de pesos) y su entrega a las organizaciones que lo propusieron: México SOS, del empresario Alejandro Martí; Alto al Secuestro, de la activista y excandidata del PAN al gobierno capitalino, Isabel Miranda de Wallace, y la Fundación Camino a Casa, vinculada a la senadora panista Rosi Orozco.

El mediodía del viernes 5, sin la presencia de las organizaciones de víctimas de la guerra contra el narcotráfico, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, inauguró el Memorial de Víctimas de la Violencia en México. Explicó que el presidente Enrique Peña Nieto lo decidió así porque no se llegó a un acuerdo con las distintas agrupaciones para contar con un solo monumento.

Alejandro Martí, presente como invitado especial, declaró a pregunta expresa que no se pudo invitar a ninguna agrupación de víctimas porque el acto se organizó en tres días y fue muy apresurado. “Es un acto protocolario”, justificó, y afirmó que pronto habrá un acto más amplio.

Sin embargo fue evidente que sólo hubo invitados de la Secretaría de Gobernación, entre ellos Isabel Miranda de Wallace; Patricia Pardo, de Camino a Casa; el diseñador del memorial, Julio Gaeta, y decenas de funcionarios de la dependencia con trajes y vestidos negros, encabezados por la subsecretaria Lía Limón.

Miranda de Wallace sonrió al posar para las cámaras fotográficas y de televisión cuando escribió con gis una leyenda en una de las placas metálicas en memoria de su hijo asesinado.

Sólo una señora que vestía modestamente asistió portando la fotografía de su hijo, desaparecido el 26 de marzo de 2012. “Nadie nos invitó”, dijo al final de la ceremonia Irma Alicia Trejo Trejo, madre de Francisco Alvavera y quien se enteró de la inauguración del memorial en la radio.

“Esto no nos sirve para nada –manifestó, mientras sostenía su pancarta para confrontar a Osorio Chong–; que haya hechos, que haya seguimiento de las investigaciones y no sólo declaraciones del secretario de Gobernación.”

Falso conflicto

Para Sicilia, ese memorial es una provocación del gobierno federal, que pretende dividir a las organizaciones de víctimas. “No vamos a permitir que intereses políticos del Estado o de algún partido nos dividan. Este es el mensaje para Enrique Peña Nieto: seguimos insistiendo en la Estela de Luz, en resignificar ese lugar para transformarlo en el memorial de víctimas. Queremos que esa estructura sea el centro de las víctimas de todo el país, el memorial de todos los muertos, de todos los desaparecidos de este país”, sostuvo el poeta en entrevista.

Desde hace dos años el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad ha propuesto la creación de un memorial en el que se recupere la historia de cada una de las víctimas de la “guerra contra el narcotráfico” que Felipe Calderón declaró en 2006. Propuso también que en dicho espacio se instalara un centro de documentación y de registro de cada una de las personas fallecidas o desaparecidas en esa circunstancia.

Por su parte, desde 2010 la activista Isabel Miranda de Wallace también le propuso al entonces presidente Felipe Calderón un monumento a las víctimas. En 2011 el gobierno calderonista aceptó la propuesta luego de que el MPJD planteara su iniciativa en los diálogos que realizó con Calderón en junio y septiembre de ese año, en el Castillo de Chapultepec.

En abril de 2011, el movimiento ciudadano puso unas placas con los nombres de Juan Francisco Sicilia y otras seis personas asesinadas en los pilares del palacio de Gobierno de Morelos; desde entonces lanzó la campaña para que en cada plaza del país se pusieran placas similares con los nombres de las víctimas de esa guerra. “Esa idea se mantiene”, señala Sicilia.

Calderón anunció la apertura del memorial para el 26 de noviembre de 2012, pero no cumplió. En lugar de ello, el 21 de noviembre inauguró el Memorial del Ejército y Fuerza Aérea Mexicana, con un costo de 20 millones de pesos, en las instalaciones del Campo Marte, lo cual fue tomado como una provocación y una burla del presidente panista hacia las víctimas civiles.

Sicilia recuerda: “Cuando estaba el gobierno de Calderón se hizo una mesa para la construcción del memorial, pero nos retiramos porque ellos querían hacer sólo un acto administrativo. Nosotros les dijimos que no se trataba de eso, sino de un proceso de memoria que tiene que concluir en un memorial con los nombres de todas las víctimas y una base de documentación.

“Ellos se empeñaron en que no. Insistieron en que querían hacer un monumento. Además rechazamos que fuera en el Campo Marte porque es un contrasentido hacer un memorial de víctimas en un lugar dedicado al dios de la guerra y frente a un memorial de policías y soldados que sí tiene nombres. Nosotros dijimos que no lo reconocemos y que si querían hacerlo, adelante. Ahora ya lo hicieron.”

–¿Qué busca el gobierno con esta acción?

–Creo que no buscan nada. Ellos no querían entregarlo porque está un poco ambiguo. Nos querían echar la culpa, diciendo que nosotros no lo queríamos. Eso es falso. Les dijimos que lo entregaran porque estaban creando un conflicto donde no lo hay.

Insiste: “Yo no sé cuáles eran los motivos de querer echarnos la culpa por no entregar el monumento. Por eso qué bueno que lo entreguen, porque no somos los responsables de las tardanzas. Hay que tener cuidado porque aquí hay una estrategia para crear división donde no la hay. Las víctimas tenemos que estar unidas. Hay que exigirle al gobierno la justicia, la memoria, la verdad y la paz que necesita este país”.

–Si la intención es dividir a las víctimas, ¿crees que vaya a tener un efecto en ese sentido?

–No lo creo, no vamos a dejar que nos divida nadie porque no es un asunto entre partidos, sino una tragedia humanitaria. Y las víctimas no tenemos posiciones políticas, sino que tenemos un compromiso con la tragedia humanitaria y para sanar esa tragedia.

Reitera: “No vamos a permitir que intereses políticos del Estado o de algún partido nos dividan. Este es el mensaje para Enrique Peña Nieto: seguimos insistiendo en la Estela de Luz, en resignificar ese lugar para hacerlo el memorial de víctimas. Queremos que esa estructura sea el centro de las víctimas de todo el país, el memorial de todos los muertos, de todos los desaparecidos de este país”.

El poeta y escritor, que durante dos años ha estado al frente del movimiento de paz, dice que, a diferencia de otros memoriales que hay en el mundo, como los de Sarajevo, Berlín o varios de Estados Unidos, en el caso de México se trata de ayudar a que se alcance el proceso de paz.

“La diferencia es que estos memoriales se ha hecho después de que sucedió el conflicto. El nuestro lo queremos mientras está el conflicto, por eso lo queremos abierto, nos estamos adelantando con un proceso de paz. Esperemos que cuando termine esta guerra en México el memorial sea como el de Sarajevo, pero el centro de la memoria tiene que mantenerse en la Estela de Luz, porque allí hay una infraestructura desperdiciada.”

El memorial recién inaugurado tuvo un costo final de 31 millones de pesos, está en un terreno donado por la Secretaría de la Defensa Nacional y se compone de 70 láminas metálicas de varios metros de altura que sólo llevan una leyenda en la parte inferior, sin nombres de víctimas.

El terreno está fuera de la zona peatonal, carece de luz y se ubica entre el Paseo de la Reforma y el Periférico, a un lado del Auditorio Nacional. Abarca 13 mil 846 metros cuadrados en un lugar por donde pasa poca gente.

Las láminas tiene grabadas frases y poemas alusivos a la muerte violenta, la justicia y la impunidad. Una de ellas es del escritor Carlos Fuentes: “Qué injusta, qué maldita, qué cabrona es la muerte que no nos mata a nosotros sino a los que amamos”.

Según el gobierno federal, se trata de un espacio público de “reconciliación, reflexión y unidad”, pero en toda esa superficie no hay lugar alguno para realizar esas pretensiones.

Un paso hacia la paz

Desde que el gobierno de Calderón anunció en septiembre de 2012 la construcción de este monumento, el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad lo rechazó porque nunca se tomó en cuenta a los familiares de las víctimas de la violencia en todo el país.

“El memorial no es una pieza escultórica o arquitectónica, sino un proceso de reconstrucción de la memoria colectiva que permite a toda la sociedad recuperar, del río de sangre y destrucción, la memoria de nuestros muertos, el nombre de los desaparecidos, el corazón lastimado de la patria, para que a partir de ese ejercicio seamos capaces entre todos de abrazar el dolor de cada uno y de trabajar juntos por la paz y la no repetición de una tragedia como la que padecemos tantos mexicanos”, sostiene Sicilia.

El poeta aclaró que para realizar el acto inaugural del monumento oficial se les pidió su opinión y que la respuesta fue que lo hicieran, para atajar las acusaciones de que su movimiento era el responsable del retraso de cuatro meses:

“Nosotros no estamos en contra de que se entregue, pero no lo apoyamos. El problema es que coincide con nuestra campaña de resignificar la Estela de Luz y ciertos medios, e incluso ciertos personajes de Gobernación, dicen que nosotros tenemos un conflicto. No tenemos ningún problema, seguimos en la línea de crear una verdadera memoria en la que estén todas las víctimas del país, un centro de acopio de esa memoria y un lugar para la cultura de paz.”

Recalca que el monumento oficial es parte de un acto administrativo, mientras que el memorial de víctimas que impulsan él y su movimiento es parte de un proceso de reconciliación y de paz.

–¿Es sólo un monumento el que inauguraron? –se le insiste.

–Sí, es un monumento, no un memorial. Es un monumento en memoria de las víctimas. Es distinto a lo que proponemos: un memorial, el cual es un proceso de memoria que concluye con nombres, es un proceso donde aquellos que murieron son traídos a la vida en un acto en el que sus nombres son recordados. En resumen, es un acto dentro de un proceso de paz y reconciliación.

“Nosotros respetamos el monumento oficial pero no nos reconocemos en él porque es un acto administrativo, un monumento dedicado a un dios de guerra porque no tiene nombres, no tiene una memoria. No estamos en contra de que lo hagan, pero creemos que no es parte del proceso de paz y reconciliación que necesita el país.”

Según el poeta, el monumento oficial corre el riesgo de terminar olvidado porque no tiene la simpatía de las víctimas. En cambio, su propuesta de aprovechar la infraestructura de la Estela de luz incluye abrir en las instalaciones subterráneas el centro de documentación.

También señala que, pese a esta acción oficial, el MPJD mantendrá su campaña de recolección de firmas y la refrendará ocupando la plaza y con otros actos en Guadalajara, Xalapa, Monterrey, Tabasco y también en Barcelona.

“El movimiento va por todas las víctimas del país, por los nombres y las historias de esas víctimas, va por el proceso de paz y reconciliación”, reitera Sicilia.

Fuente: Proceso