domingo, 7 de abril de 2013

La reforma educativa convoca a la rebeldía de los maestros combativos

OAXACA, OAX. /CHILPANCINGO, GRO.- Las reformas en materia educativa impuestas por el gobierno federal están tentando la capacidad de movilización del magisterio en dos entidades que se han destacado históricamente por su combatividad.
7 abril 2013 | Pedro Matías y Ezequiel Flores Contreras Proceso
En el caso de Oaxaca, Porfirio Santibáñez Orozco, del Instituto de Investigaciones en Humanidades de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO), advierte que la intención de restablecer el viejo sistema autoritario del PRI está latente con la imposición de las reformas laboral y educativa, que pueden revivir al “ogro filantrópico”, como lo llamó Octavio Paz, o la “dictadura perfecta”, como rebautizó al priismo el novelista Mario Vargas Llosa.

Pero además alerta que si se recrudece demasiado la tensión entre el movimiento magisterial y el gobierno federal, ello “puede incendiar un país que tiene mucho pasto seco”.

Luego de que la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) rompió la negociación sobre la reforma por el desalojo de los maestros de Guerrero en la Autopista del Sol, y la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) suspendió su asamblea plenaria para iniciar un bloqueo en la autopista Oaxaca-México a la altura de la casa de Huitzo, Santibáñez Orozco comenta:

“Lo que vamos a ver en las próximas semanas es un juego muy intenso, protestas enfrentadas con una política de fuerza. Vamos a ver hasta dónde y de qué lado se estira más la liga.”

El gobierno, dice, no toma en cuenta que atrás de cada maestro hay por lo menos 10 ciudadanos que tienen con él una relación de simpatía, de consanguinidad, de afinidad política o profesional, incluidos sus alumnos y los padres de familia.

A pesar de la campaña oficial en contra del magisterio, explica Santibáñez Orozco, la sociedad no se ha expresado todavía y “vamos a ver un enfrentamiento entre dos fuerzas políticas, con sus respectivos aliados. Una de estas fuerzas va a querer atrasar el reloj unos 50 años, como ha sido la tendencia desde el 1 de diciembre de 2012”, cuando Peña Nieto asumió la Presidencia de la República.

El dirigente de la Sección 22 del SNTE, Rubén Núñez Ginez, adelanta que los profesores sindicalizados seguirán impulsando el Plan para la Transformación de la Educación de Oaxaca (PTEO) e  intentando incidir en la ruta jurídica en las leyes complementarias, así como en la abrogación de las reformas recientes, la democratización del sindicato y otras demandas.

Considera que la intención del secretario Chuayffet de desaparecer las escuelas normales es una provocación porque “bien sabe que saldremos en defensa del normalismo de todo el país y de los maestros”. Acerca de la amenaza de aplicarles descuentos salariales, afirma: “No lo vemos con preocupación porque en Oaxaca ya hemos sido objeto de represión muy fuerte en 2006 y conocemos de ese tipo de amenazas, pero el movimiento magisterial oaxaqueño es más fuerte”.

Por lo pronto, dice Núñez Ginez, no descartan el paro indefinido para el 15 de abril y reanudarán la jornada escolar sin abandonar su ruta política y, si es necesario, volverán a movilizarse. Todo depende de los avances de las mesas de trabajo. Si no hay acuerdos, prevé: “tomaremos la determinación de realizar una jornada de lucha más intensa y el estallamiento del paro indefinido”.

Y ante la complicada situación política afirma: “Estamos preparados para la represión del Estado. Sabremos responder, porque tenemos la capacidad de salir a las calles en defensa de la educación  pública”.

Guerrero candente

Los exhortos que el comandante de la Policía Federal (PF) identificado como Espartaco, de figura alargada y rostro de sabueso, dirigía a los integrantes de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero (CETEG) y estudiantes normalistas para que despejaran la Autopista del Sol, que permanecía bloqueada totalmente desde las 17:00 horas del viernes 5, estaban destinados a las cámaras de televisión.

Los cerca de 3 mil manifestantes ya habían decidido no retirarse de su bloqueo en el kilómetro 278, punto conocido como El Parador del Marqués, en el sur de Chilpancingo. La confrontación era inminente; desde el mediodía el gobernador, Ángel Aguirre Rivero, rompió el diálogo con la dirigencia de los disidentes y advirtió que aplicaría la ley en caso de que obstruyeran otra vez la vía federal.

Los manifestantes, que marcharon desde las 13:00 horas, bloquearon después el carril hacia el puerto de Acapulco; cuatro horas después cerraron toda la autopista. Enseguida arribaron unos 3 mil agentes federales con equipo antimotines. Los apoyaba un helicóptero Black Hawk.

Media hora después los uniformados ya estaban frente a los manifestantes. El comandante Espartaco los conminó en dos ocasiones a despejar la vía, porque afectaban el derecho de los automovilistas.

La respuesta provino de un profesor: “No nos moveremos, y si Aguirre quiere sangre, otro Aguas Blancas o un 12 de diciembre (de 2011, fecha en que dos normalistas de Ayotzinapa fueron asesinados a tiros cuando policías estatales y federales rompieron un bloqueo en el mismo lugar), el pueblo se lo va a cobrar”.

Otro gritó: “Así deberían enfrentar a los delincuentes que operan impunemente en Guerrero”. Los manifestantes entonaron el Himno Nacional y la canción Venceremos, que el magisterio disidente adoptó como símbolo.

A las 18:30 horas, los federales comenzaron a empujar con sus escudos a los cetegistas y éstos intentaron golpearlos con palos, después les lanzaron piedras y finalmente arrojaron bombas molotov. Sin embargo, la autopista quedó despejada en 15 minutos.

Entonces la confrontación se extendió hacia el encauzamiento del río Huacapa, paralelo a la vía federal, a la altura del centro comercial Galerías Chilpancingo, donde los gerentes ordenaron el cierre de los establecimientos. La trifulca se disipó 20 minutos después.

Los manifestantes se replegaron hacia su campamento, ubicado en la sede de la CETEG, donde el vocero del magisterio disidente, Minervino Morán, anunció que seguirán las protestas contra la aprobación de la reforma educativa federal para que el gobernador Ángel Aguirre y los diputados locales impulsen las modificaciones que elaboró el magisterio disidente, mismas que el gobierno estatal avaló, pero esta semana fue rechazada por mayoría en el Congreso del estado.

El saldo del choque fue de al menos 15 federales y 10 cetegistas con lesiones, ninguna de gravedad, así como dos fotógrafos con golpes leves. Los profesores Mario Dorantes Flores y Raymundo Ramírez, ambos de la región de La Montaña, así como un adolescente, fueron detenidos y se tenía prevista su consignación ante el Ministerio Público del Fuero Común.

Por la noche, los profesores cercaron el hospital del ISSSTE donde se atendía a sus compañeros heridos. Se suscitó un nuevo incidente con agentes federales porque dos uniformados recibían atención médica en el mismo lugar. Éstos, un hombre y una mujer, fueron trasladados a otro nosocomio de la ciudad para evitar más confrontaciones.

Minervino Morán informó que la organización retuvo a un hombre que se identificó como agente de la Policía Ministerial, a quien sorprendieron cerca del bloqueo vestido de civil y portando una pistola. El vocero cetegista anunció que entregarían al agente a funcionarios de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, igual que hicieron con tres agentes de la PF a los que retuvieron en las protestas realizadas durante esta semana cuando trataban de infiltrarse en el movimiento magisterial y vigilar las marchas vestidos de civil. Uno de éstos portaba pistola.

A decir de la dirigencia del CETEG, en Guerrero el conflicto magisterial generado por la aprobación de la reforma educativa federal se agudiza con la actitud intransigente del gobernador Ángel Aguirre y la mayoría de los diputados locales de todos los partidos, que se han plegado a las disposiciones del presidente Enrique Peña Nieto porque las dirigencias nacionales firmaron el Pacto por México.

El Congreso local, que preside el diputado perredista Bernardo Ortega Jiménez –hijo del presunto narcotraficante Celso Ortega , ejecutado en 2011– y del que forma parte también como legislador por el PRD Ángel Aguirre Herrera, hijo del gobernador, sólo necesitó un día para analizar en comisiones la reforma de Peña Nieto y otro más para aprobarla en el pleno.

Fuente: Proceso