jueves, 25 de abril de 2013

Gas natural cuatro veces más caro

Aplaudida hasta sangrarse las manos por el presidente de la Concamin, Francisco Funtanet Mange, la llegada al país de un buque-tanque con gas natural adquirido por Pemex en el mercado spot a precio de escándalo, ahora resulta que el remedio resultó peor a la enfermedad.
25 abril 2013 | Alberto Barranco | El Universal

De acuerdo a las reglas para el prorrateo del combustible a regasificarse en una planta instalada en Manzanillo, dictadas por la Comisión Reguladora de Energía, en circunstancias críticas los industriales lo pagarán en cuatro tantos más de su valor normal. 

Estamos hablando de 20 dólares el millón de BTU’s, frente a los 3.80 que marca el índice Henry Hub que utiliza nuestro país como referencia internacional. 

Una mala jugada de la paraestatal, pues, le costará a todos los usuarios. De hecho, el incremento, en menor proporción, llegará también a los consumidores domésticos que se embarcaron en lo que a simple vista parecía la panacea. 

Castigada la cadena en su totalidad, de entrada todos los usuarios están pagando desde el inicio del mes que corre un sobreprecio de 68 centavos de dólar, equivalente al 18%. 

El ajuste, según ello, es para pagar el costo del flete marino del combustible que plantea un abasto de 200 millones de pies cúbicos diarios, frente a una demanda total calculada a cuatro mil 800. 

Ahora que si por alguna circunstancia una empresa acerera, cementera, papelera, vidriera y demás, requiriera más combustible del habitual, se le cargaría una penalización aún no cuantificada. 

Habrá pues castigo para las industrias que decidan producir más para empatar la oferta. 

De darse lo que se ha llamado “alerta crítica” en fase uno, entonces las empresas pagarán un costo adicional de 3.80 dólares el millón de BTU’s, es decir, el doble. 

De llegarse a la fase 2, el costo adicional será de 20 dólares, es decir tres más de lo que se cotiza en el Extremo Oriente, el costo más caro del planeta. 

La justificación de la autoridad habla de medidas transitorias, dado que con la terminación de los gaseoductos en proceso de construcción, todos con punta a los Estados Unidos, se podrá importar sin problemas el combustible de ese país, cuya oferta es mayúscula ante el empleo de gas shale en procesos productivos. 

Se calcula que las obras queden listas en el 2014-2015. 

Qué tanto es tantito… 

Lo cierto es que en los últimos 10 meses se han registrado 130 alertas críticas que han impactado a la industria con 21 mil millones de dólares. 

Calcule usted cuánto le cuesta a una firma siderúrgica apagar a sus altos hornos. 

La paradoja del caso es que a la mitad del año pasado, cuando se empezó a resentir el problema en el Centro y el Bajío, el gobierno juró y perjuró que el problema no era de oferta, sino de saturación de los ductos. 

Error de cálculo, pues, ante la llegada de decenas de empresas manufactureras al país, principalmente a Guanajuato y Querétaro. 

Originalmente la Comisión Reguladora de Energía había señalado que cuando las empresas solicitaran combustible aún en la alerta crítica, este se cotizaría a razón de 12 dólares por millón de BTU’s, es decir el precio que rige en Europa, con la advertencia de que el costo se ajustará trimestralmente. 

A la llegada del barco a Manzanillo, Pemex Gas había señalado que el combustible se vendería en 21 dólares. 

La Comisión Federal de Electricidad mantiene vivo un contrato con la empresa española Repsol que le proporciona el combustible procedente de Perú al costo del Índice Henry Hub… menos 8%. 

El gobierno planea mal. El país paga los costos.

Fuente: El Universal