jueves, 22 de noviembre de 2012

La defensa de Calderón después de desgraciar a la Nación

Álvaro Cepeda Neri - Opinión EMET
Siempre peleonera, la ineficaz y segunda (nunca segundas partes fueron buenas), portavoz de Calderón, se despide con una entrevista. Ya menos obesa, porque junto con Poiré, Calderón la puso a dieta para que la campaña contra el exceso de peso con su lema vacío: “vivir mejor”, no desentonara, la señorita o señora Alejandra Sota Mirafuentes, refrendó su lealtad al panista, dando explicaciones no pedidas sobre la conducta de éste en el proceso electoral. Lo encubre… faltaba más. Y justifica.
Pero calla que Calderón intervino para impedir que el PRD-López Obrador volviera a tomar la delantera, como en el 2006. Y está claro por la quema de las boletas para no dejar huella, que lo derrotó; y el IFE, el TRIFE y Televisa realizaron el fraude para entronizarlo. Después, intentó hacerle manita de puerco a los consejeros de Acción Nacional para imponer a Ernesto Cordero como candidato presidencial. Y no pudo, porque éstos le salieron al paso y eligieron a Vázquez Mota quien logró una votación que fue un revés para Calderón, pues éste la combatió hasta su muerte política y cargó con el tercer lugar del PAN y su casi extinción. Aunque su presidente Madero cree que resucitará.

También calla que Calderón intervino desde hace tres años en la sucesión presidencial, pues ya que Peña se impuso como candidato único del PRI, maniobró con sus enclaves en el IFE y el TRIFE para detener a López Obrador, hundir a la Vázquez Mota y favorecer a Peña, con quien empezó a reunirse y negociar en lo oscurito. Adornada con tres poses fotográficas de ella, la entrevista es una empalagosa defensa de Calderón. Lo quiso hacer un… ¡demócrata!, cuando el michoacano salido del panismo más derechista y religioso, es un autoritario y ejecutó un mal gobierno antirrepublicano y antidemocrático, estando de parte de los ricos y millonarios. Fue un antiobrero hasta el final con su contrarreforma laboral que beneficia a los patrones a cambio de migajas laborales. Se ocupó de que Mexicana de Aviación quebrara para favorecer a sus amigos-empresarios, dejando a miles de familias en la desesperación. ¿Presidente del empleo?

Antipatriota y antinacionalista, abusó de su poder para vengarse de los líderes sindicales, sin importarle que se llevó entre las patas autoritarias a los trabajadores. Hay casi 15 millones en la informalidad, porque Calderón (el de las manos limpias… pero sucias de corrupción), no supo poner las condiciones para que la iniciativa privada creara empleos y el país se convirtió en paraíso de ganancias espectaculares de patrones y banqueros sin mayores inversiones. Bien la macroeconomía. Pero la microeconomía, la de los campesinos, empleados, obreros, reporta 50 millones de pobres, 20 millones en el desempleo y uno por ciento de crecimiento.

Una defensa ineficaz la de Sota, que después de desgraciar a la Nación, se va junto con su jefe a esconder del pueblo, por sus marrullerías y mentiras; pues éste fue peor que Fox, que Victoriano Huerta, que Zedillo y Salinas. Las caricaturas de Helioflores y Naranjo (El Universal: 13/XI/12) son una réplica definitiva a la señora Sota.

Fuente: Revista Emet