miércoles, 7 de noviembre de 2012

Acusa Vera a Gobierno de narcominas

7 noviembre 2012 | Roberto Zamarripa | Reforma
México, DF.- Como si acariciara una pelota, Raúl Vera mueve su mano derecha al aire y suelta una sonrisa pícara: “eso es blanqueo de carbón”. Carbón blanco es la metáfora que a Vera le saca una sonrisa. Lavado de carbón. Una más de las artes que florecen en Coahuila.
Y señala: “los criminales también están en la obra pública, en otros estados de la República tiene obra pública. O sea, no solamente las minas. Hay también obra pública”.

Entrevistado en un hotel del centro de la Ciudad de México, el Obispo de 67 años, refiere que el tema del crimen en las minas de carbón tiene rato en Coahuila.

“Hace como tres años uno de los agentes de la pastoral me dijo que estaban haciendo excavaciones miembros de las mafias y las estaban haciendo en lugares prohibidos. Y se estaban yendo encima de las zonas habitadas. Hay un límite, está bien marcado, un límite del territorio en el que pueden ser explotadas las minas de carbón. Lo rebasaron y estaban causando daños en casas, daños estructurales, se empezaron a cuartear”, rememora.

“No pueden vender carbón, entonces necesitan de gente que sí tiene permiso para explotar, que tiene permiso para venderlo directamente a la Comisión Federal de Electricidad, o a través de Promotora de Desarrollo Minero (Prodemi), una promotora para la minería que el Gobierno (estatal) tiene que toma el carbón y luego se lo vende a quien necesita la provisión del carbón.

“Pues ese es un modo de lavar dinero porque el carbón significa dinero; vende carbón por él, toma ese dinero que luego se devuelve, claro que se queda con una parte”, explica apoyando con sus movimientos de mano derecha.

“El Gobierno federal da las concesiones a través de la Secretaría de Economía; vigila toda la maniobra de explotación del carbón, exploración y explotación del carbón a través de la Secretaría del Trabajo. Nos damos cuenta de que el empresario recibió permiso para explorar y sin embargo ya está explotando.”

Fuente: Reforma