La renovación del cableado eléctrico avanza, pero con la migración de redes incompleta las explosiones seguirán
16 enero 2012 | Francisco Pazos | Excelsior
CIUDAD DE MÉXICO, 16 de enero.- La renovación de la red eléctrica del Centro Histórico no garantiza que ya no ocurran explosiones en los registros subterráneos ubicados en esa zona de la ciudad.
Para reducir al mínimo el riesgo de una emergencia es necesario que, junto con el cambio de esa infraestructura, se concrete la migración de redes de servicio de 403 inmuebles considerados como los grandes consumidores de electricidad del Centro.
Autoridades de Protección Civil del DF (SPCDF) consideran que la desconexión de la red de baja tensión de estos grandes consumidores y su conexión a la red de mediana tensión, es urgente.
“No contamos con una cifra exacta, pero sabemos que la capacidad de la red de baja tensión está superada por el gran consumo. Por eso es urgente que se avance en este cambio”, dijo Adrián Noriega, subdirector de Prevención de la SPCDF.
Aunque la modernización y la migración de redes de consumo son procesos complementarios, el avance del primero supera ampliamente al de su contraparte.
El jueves pasado, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) informó que los trabajos de modernización de la red eléctrica subterránea del Centro reportan un avance de 42 por ciento.
“El riesgo estará presente porque se trata de un sistema que requiere que concluya al cien por ciento el proceso de modernización y además de que los grandes consumidores pasen de baja a mediana tensión. Mientras, estamos en una situación de riesgo”, detalló Noriega.
El funcionario aseguró que el riesgo de que ocurran explosiones y cortocircuitos se reducirá al mínimo en el momento en que se concluyan al cien por ciento ambos proyectos.
Consideró que cortar totalmente el suministro de energía al Centro Histórico sería la única posibilidad de asegurar que no ocurran más percances.
“Suspender el servicio de manera general sería la única medidas que garantizaría que ya no ocurran emergencias, pero no podemos dejar a la ciudad sin la actividad comercial que representa el Centro, y al país sin la actividad estratégica del Banco de México, la Suprema Corte o de la Asamblea Legislativa”, dijo el funcionario.
En contraste, los trabajos de obra civil necesarios para que se cristalice el proceso de cambio de la red de baja a la de mediana apenas reporta un avance de tres por ciento.
“Hay nueve usuarios que ya migraron de baja a mediana tensión. Son el Banco de México, la Secretaría de Educación Pública en dos inmuebles, el Instituto Nacional de Bellas Artes, el Teatro de la Ciudad, el Teatro del Pueblo, la Torre Latinoamericana”, explicó.
Mientras el cambio de redes se concreta, la dependencia capitalina mantiene ubicados los focos rojos en donde la concentración de tiendas departamentales, oficinas de gobierno, bancos y tiendas de conveniencia incrementan el riesgo.
“Hay que subrayar que muchos no han atendido la invitación de CFE. Se les hizo una carta-invitación y nosotros hemos notificado hasta a 200 usuarios del Centro, por eso estamos valorando tomar otro tipo de medidas”, indicó Noriega.
Calles peligrosas y gastalonas
Para las autoridades capitalinas, los altos niveles de consumo eléctrico determinan la necesidad de aplicar mayor vigilancia en algunas calles del primer cuadro de la capital.
Reportes de la CFE, a los que Excélsior tuvo acceso, indican que la calle del Centro con el mayor consumo promedio diario es Venustiano Carranza, con una demanda contratada (según CFE se requiere para funcionar) es de siete mil 145 watts.
La dependencia federal recalcó que los contratos firmados con cualquier usuario de la red eléctrica son de carácter bimestral, por lo que el consumo total de los inmuebles ubicados en Venustiano Carranza sería, en promedio, de 428 mil 700 watts por 60 días.
En segundo lugar, se ubica la calle de 5 de Mayo, con un consumo facturado de cuatro mil 927 watts, y en tercer lugar está 16 de Septiembre, con un consumo de cuatro mil 844 watts diarios.
“Aquí es donde se encuentra la mayor parte de las tiendas departamentales y donde hay más necesidad de consumir grandes cantidades de energía eléctrica”, detalló Noriega.
En tanto, las calles de República de Uruguay, Donceles y Madero, las que siguen en índices de consumo, reportan facturaciones de dos mil 546, dos mil 250 y dos mil 12 watts, respectivamente.
Noriega detalló que los grandes consumidores que se ubican en 5 de Mayo y 16 de Septiembre son los que más proyectos de migración tienen elaborados.
Del total de los 403 grandes consumidores que deberán realizar la migración, hay 138 proyectos elaborados y tan sólo la calle de Madero cuenta con 15 proyectos.
“Nosotros pensamos darle prioridad a las calles que tienen mayor demanda. Porque finalmente ahí estaremos atendiendo a bajar la tensión eléctrica y bajar el calentamiento que le están ocasionando a la red por la sobrecarga”, indicó el funcionario capitalino.
La migración enfrenta una barrera más que tiene que ver con la imposibilidad de realizar obra civil en algunos inmuebles por tratarse de sitios protegidos o con valor histórico.
“Se está estudiando la posibilidad de compartir subestaciones eléctricas. En donde sí se pueda instalar la subestación eléctrica, pues varios de esos consumidores deberán compartirla”, indicó Noriega.
A la falta de voluntad de algunos grandes usuarios y la imposibilidad de realizar infraestructura se suma la proliferación de tomas clandestinas que coadyuvan a la saturación de la red de baja tensión.
“Teníamos detectados durante un recorrido con la CFE, unos 50 puntos donde había una gran concentración de diablitos, pero es un dato de 2010, por lo que es muy seguro que actualmente haya más”, concluyó Noriega.
El Plan, en seis etapas
La Comisión Federal de Electricidad (CFE) dividió el proceso de migración de grandes consumidores del servicio eléctrico del Centro Histórico en seis etapas, con el propósito de garantizar su viabilidad:
La primera etapa de migración en las redes de baja a mediana tensión corresponde a los usuarios ubicados en el perímetro que conforman las calles Tacuba, 5 de Mayo y Francisco I. Madero, así como sus entrecalles.
La segunda etapa para realizar estos cambios abarca las calles de Belisario Domínguez, República de Cuba y Donceles.
La tercera etapa se refiere a los inmuebles ubicados en las calles de 16 de Septiembre, Venustiano Carranza y República de Uruguay.
La cuarta fase corresponde de manera particular a las calles República de El Salvador, Regina y Mesones.
La quinta se refiere específicamente al perímetro que comprenden las calles San Jerónimo, José María Izazaga y Nezahualcóyotl.
Finalmente, la sexta etapa en la migración de redes eléctricas abarca las calles de Fray Servando Teresa de Mier y Chimalpopoca.
“Para que los usuarios puedan realizar estos cambios se contempla la posibilidad de que suspendan actividades durante algunos días, porque se trata de una actividad de riesgo”, explicó Adrián Noriega, titular de la Subsecretaría de Prevención de la Secretaría de Protección Civil del Distrito Federal.
Monitorean mufas las 24 horas
Las autoridades capitalinas han llevado a cabo medidas de mitigación de riesgos en caso de que ocurra un cortocircuito o explosión en registros eléctricos del Centro Histórico.
“Desde que iniciaron los incidentes se ha llevado a cabo un proceso de balizamiento (indicadores) de todos los registros para que sean visibles y se colocando cinta en algunos para evitar que la gente pase por encima de los mismos”, explicó Adrián Noriega.
Además, se determinó que no debería instalarse ningún tipo de estructura en un radio de dos metros cuadrados de las mufas (registros eléctricos) para evitar daños en caso de una explosión.
Noriega agregó que la dependencia capitalina mantiene un monitoreo durante las 24 horas en todas las mufas que se ubican en el primer cuadro de la capital para detectar cualquier falla en el sistema subterráneo y actuar con la mayor prontitud.
El funcionario recomendó a la población que, en caso de que ocurra una emergencia, dé aviso a las autoridades competentes y mantener una distancia mínima de dos metros del lugar de la falla.
“Las dos indicios perceptibles de que pudiera haber una emergencia es que se calienta el registro, se sienten calientes la tapaderas, porque son de metal, y la emanación inmediata de humo. Son muestras inequívocas de que algo está ocurriendo en el registro”, detalló Noriega.
Durante 2011 se registraron 202 emergencias en mufas del Centro Histórico, de las cuales 136 fueron cortos circuitos y 36 corresponden a explosiones con presencia de fuego. El resto fue incidente menor.
Por estos hechos, la dependencia reportó diez personas lesionadas; ninguna con heridas graves.
En tanto, durante la primera quincena de 2012 se han contabilizado ya 12 explosiones en los registros eléctricos, de los cuales ocho ocurrieron en el Centro Histórico y los cuatro restantes en otras colonias de la capital mexicana.