De lejos vino la Muerte,
para hablar con Calderón,
le dijo: ya te estas quieto,
pa pronto se le plantó,
y con autoritarismo,
luego luego replicó:
-Deja te digo Calaca,
aunque te sobre el tesón,
que tu a mí no me llevas,
porque aquí soy el mandón.
Al oir esas palabras,
la Calaca se prendió,
y sintiendo mucho coraje,
entonces le replicó:
-Claro que si te cargo,
méndigo enano pelón;
si te sigo dando tiempo,
agrandas la matazón.
CALAVERA A HUMBERTO MOREIRA
La Muerte salió de Coahuila,
llevando un odio muy grande,
y es que el ojiverde Moreira,
salió mostrando su hambre.
La Muerte con mucho enfado,
su gran guadaña empuñó:
a este sujeto Moreira,
el tiempo se le acabó.
y con muy breves palabras,
la Muerte a él le explicó:
te llevo por abusivo,
por sinvergüenza y ladrón.
Al oír estas palabras,
Moreira si se indignó,
y aunque lo dicho era cierto,
él se hizo el que se ofendió.
Muy a pesar de todo,
la Blanca hacía él caminó,
y el pobre Humberto Moreira,
ya nomás le hizo al chillón.
Moreira con mucho miedo,
a la Muerte se le hincó,
y besando la pata huesuda,
enseguida le explicó:
-Te pido que me perdones,
por mi acción mala y artera,
porque esos tres mil millones,
los pedí de calavera.
La Muerte con inclemencia,
el guadañazo asestó,
y al pobre Humberto Moreira,
el "préstamo" no le valió...
Y los pobres de Coahuila,
no saben ni que pasó,
y muchos todavía dudan,
de que alguien los desfalcó.
CALAVERA DE ERNESTO CORDERO
Un día amaneció Cordero,
sintiendo un gran malestar,
y es que veía que no puede,
en las encuestas repuntar.
Y es que el pequeño vampiro,
con aires de Mister Bean,
en su carrera polaca,
está por llegar a su fin.
Y no será presidente,
ni siquiera por bondad,
porque la gente no aguanta,
ya tanta incapacidad.
La Muerte viene por él,
y así le hace un gran favor,
porque si no ha de ganar,
que le juegue al corredor.
CALAVERA A ACAPULCO
La Calaca fue a Acapulco,
porque quería reposar,
pero llegando a esas tierras,
nomás se puso a chambear.
Y es que con tantos tiros,
ya no puede descansar;
ya sea por narcos o cuicos,
pero a varios se va a llevar.
Ahora la Muerte desea,
la violencia terminar,
para tomar vacaciones,
junto a la orilla del mar.
Las "calaveritas" nopaleras, 2011
Francisco Rodríguez - Opinión EMET
El zacatecano Alfredo Álvarez Barrón, quien se hace llamar “El Poeta del Nopal”, también me hace llegar sus “calaveras” para que las comparta con usted. Todo un privilegio que agradezco, porque como él mismo las presenta están “escritas con un lenguaje directo y bastante peculiar que en ocasiones levanta controversias. Las susodichas ‘calaveras’ muestran, inevitablemente, algunas de las influencias del poeta: el sentido del humor de Rius, la sutil ironía de Carlos Monsiváis, la rima exacta y precisa de Francisco Liguori, las décimas poderosas de Guillermo Velázquez y los Leones de la Sierra de Xichú y en ocasiones -cuando le gana la “muina”- el lenguaje florido de Renato Leduc; todo ello aderezado con el toque personal del escuálido poeta, que no se muerde la lengua a la hora de escribir las ‘verdades verdaderas’, como diría el gran Atahualpa.”
He aquí algunas de ellas:
Felipe Calderón
(Un Peligro Para México)
La verdadera amenaza
Para el sufrido país,
Era un hombrecito gris
Que no mandaba ni en casa,
La muerte que todo arrasa
Se lo llevó entre lamentos,
Dejó un récord: cero aciertos
Como una pesada herencia
Y se llevó en la conciencia
A varios miles de muertos.
Para el susto, Satanás
Le preparó un té de tila,
“¿tecito? Faltaba más
Prefiero un “shot” de tequila”
Margarita Zavala de Calderón
Con su fingida sonrisa,
Cargada de baratijas
Al infierno a toda prisa
¡Llegó a repartir cobijas!
Marcelo Ebrard Casaubón
Tenía mayor estatura
Que toda la caballada,
Pero la muerte malvada
En voz de piadoso cura,
Le hizo pagar la factura
Por sus ideas de avanzada;
La suerte ya estaba echada
Y su epitafio anunciado:
“Con la iglesia hemos topado”
Se lee en la tumba olvidada.
Elba Esther Gordillo
La enésima restirada
Fue trágica, el cirujano
Le cargó un poco la mano
Y la dejó embalsamada;
Era pregunta obligada
La que planteó Lucifer:
¿Cómo pudo esta mujer
De tan escaso intelecto,
Obtener un 10 perfecto
Y adquirir tanto poder?
Humberto Moreira Valdez
Al descubrirse sus sórdidas movidas
Y adivinar su futuro amenazado,
Hasta el infierno llegó despreocupado
Para vender su conciencia corrompida,
Aquél que se ufanaba tanto en vida
De promover la cultura y el civismo,
Hoy tatemado en el fondo del abismo,
Todavía exclama con gritos destemplados:
¡"Aún endeudado yo sigo siendo el mismo
y ni el chamuco me quita lo bailado"!
Alejandro Poiré
Juraba a los cuatro vientos
Con su habitual cara dura,
Que era una gran desmesura
Quejarse por tantos muertos,
Pero en un trágico evento
Lo hallaron descabezado
Con un mensaje a su lado
Que evidenciaba lo cierto:
En un país tan violento
¡Ya nadie está asegurado!
Enrique Peña Nieto
Vendió su alma a Satanás
Al casar con mujer bella,
Hoy es un Patiño más
Del canal de las estrellas.
Andrés Manuel López Obrador
Sin meta ni ruta fija
Hoy vaga como alma en pena,
Arrastrando la cobija
Del brazo de su Mo. re. na.
Carlos Salinas de Gortari
El diablo con desparpajo
Desechó todas sus quejas,
Y de un impecable tajo
¡Le cortó rabo y orejas!
Ernesto Cordero Arroyo
Creyó tener el futuro asegurado
Con un salario de casi seis mil pesos,
Pero el chamuco sintiéndose agraviado
¡Se lo llevó arrastrando de los “esos”!
Josefina Vázquez Mota
“Piso parejo”, exigía,
En la próxima elección,
El diablo, por cortesía,
¡Le dio “piso”… en el panteón!
Javier Lozano Alarcón
Pronunció severo fallo
La claridosa catrina:
“Se presumía de buen gallo,
¡Pero resultó gallina!”
Alonso Lujambio
Cargó con pesada cruz:
La fallida prueba Enlace,
Hoy desconsolado yace
Bajo la “Estela de la Luz”.
Santiago Creel Miranda
En ridícula rabieta
El hombrecito valiente,
Renunció a jugosa dieta
Pues quiere ser presidente.
En medio de la alharaca
Vino el diablo socarrón
“la caballada está flaca,
Puro jamelgo rabón”.
“Santiago, tu decisión,
Es un patético alarde,
Pues para tu información
¡Llegaste seis años tarde!”
Emilio González Márquez
El gobernador piadoso
Después de tremenda cruda,
Haciéndose el remilgoso
Le dijo sí a la huesuda,
Entre gritos y lamentos
La mirada como ausente
Este auténtico demente
Lo grita a los cuatro vientos:
¡Ni en mi aburrido velorio
Pude, por fin, llegar sobrio!
Agustín Carstens
A pesar de estar a dieta,
El diablo desesperado,
Preguntaba la receta
¡Del lechoncito adobado!
Vicente Fox Quezada
Ameniza en los panteones
Rodeado de tepocatas
Y con sus declaraciones
¡Sigue metiendo las patas!
Martha Sahagún de Fox
La nostalgia del poder
La emparentó con la parca,
Hoy la mima Lucifer
¡Con pura ropa de marca!
Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano
El ex jefe de gobierno
Anunció, chequen el dato,
“¿Elección en el averno?
¡Yo quiero ser candidato!”
Beatriz Paredes Rangel
Con su exquisita figura
Tuvo un fatal arrebato,
Pensó el diablo: “que ricura
Aquí hay festín para rato”
Miguel Alonso Reyes
De nuestro gober precioso
Se prendó la muerte infiel,
Luce flaco y ojeroso
En plena luna de miel,
(Piensa el poeta, envidioso,
¡Quien fuera igualito a él!)
Amalia García Medina
Rindo tributo a sus huesos
Hoy en pleno día de muertos,
Extraño si, sus excesos,
¡Pero también los conciertos!
Claudia Corichi García
La senadora elegante y refinada,
Con su lenguaje florido y exquisito
Acrecentó su leyenda, todo un mito,
¡Cuando mandó al chamuco a la “tiznada”!
Fernando Larrázabal
Su consanguíneo Jonás
Cometió tales excesos
Que hasta el mismo Satanás
Les dijo... valieron queso
Jorge Serrano Limón
“¡La moral me viene guanga!”
-Gritó el diablo lujurioso-,
“Que hombrecito tan curioso,
Me muero por verlo en tanga”.
Onésimo Cepeda
Al infierno llegó muy enfadado
Y como siempre “se fue hasta la cocina”,
Cuando gritó desafiante y engallado:
¡El vil chamuco a mí me la “persina”!
Partido Revolucionario Institucional
Ya le estábamos rezando
Su póstumo novenario,
Pero el feroz dinosaurio
¡Sigue vivito y coleando!
Partido Acción Nacional
Telenovela falaz de Televisa,
Calderón y sus tres pre-candidatos,
Hoy convertidos en fétida ceniza
¡Caben en una caja… de zapatos!
Barack Obama
Muy pronto acabó el encanto
Para dar pasó al misterio,
Hoy solo en el cementerio
¡Se le ve blanco de espanto!
El Tío Sam
El tío Samuel, indignado,
Promociona su novela:
"Muerte en las torres gemelas"
Best-Seller garantizado;
Pero su negro pasado
No se lo quita de encima,
Mercenario de la esgrima
En un terreno minado,
¿Quién llora, desventurado,
Por los muertos de Hiroshima?
Javier Sicilia
Convocó multitudes a su paso,
Reclamando justicia, que ironía,
Sin intuir, de antemano, su fracaso,
¡La terca muerte no entiende poesía!