sábado, 1 de octubre de 2011

Ira y angustia en las calles

OIT: Desempleo mundial, 200 millones de personas
En México desempleo ha aumentado nada menos que 77 por ciento
1 octubre 2011 | Por Magdalena Galindo | Siempre!
El director de la Organización Internacional del Trabajo, Juan Somavia, señaló, en el marco de la reunión anual conjunta del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, que la crisis actual llevó el desempleo mundial a un nivel histórico de 200 millones de personas. “Comprensiblemente —comentó— hay ansiedad, angustia y cólera en las calles.” Se trata, en efecto, de una cifra alarmante, que se encuentra en el fondo de los estallidos sociales que han ocurrido durante los últimos meses alrededor del mundo.
Por supuesto que la causa inmediata del desempleo está en la propia crisis financiera que estalló en 2008 y que hasta la fecha no ha podido remitirse, sino al contrario parece agudizarse cada vez más, a pesar de los salvamentos, los más cuantiosos de la historia, que se han llevado al cabo tanto en Estados Unidos como en la Unión Europea. Sin embargo, el desempleo no es sólo un problema coyuntural, derivado del estancamiento de la economía en los países altamente industrializados durante los últimos años, sino que se ubica en la estructura misma de la economía, que desde 1971 hasta la fecha vive una crisis de larga duración, y cuya causa última es la caída de la tasa de ganancia en los países capitalistas.

Para recuperar su tasa de ganancia, una de las estrategias de los capitalistas ha sido refugiarse en la especulación, lo que ha generado esa hipertrofia monstruosa del sector financiero que ha provocado el rápido contagio de las crisis y la volatilidad de los mercados, como la que hoy atravesamos y que ha llevado a la pérdida, según se ha calculado en los medios bursátiles, de 500 mil millones de dólares sólo el jueves 22 de septiembre y a un billón 100 mil millones en esa semana negra para las Bolsas. Inestabilidad y caídas que rápidamente se reflejan en la economía real y aumentan aceleradamente el desempleo.

Aparte de estos fenómenos vinculados al sector financiero, otra de las estrategias para aumentar la tasa de ganancia tiene un efecto de más largo alcance. Me refiero al cambio tecnológico. Los empresarios, desde siempre, han buscado aumentar sus ganancias a través del aumento de la productividad que significan las tecnologías más avanzadas. Las nuevas técnicas siempre han significado el desplazamiento de trabajadores; no obstante, en el pasado, esas nuevas tecnologías, como el ferrocarril o el automóvil, también significaban la apertura de nuevos campos de inversión y de cientos o miles de plazas de trabajo.

En nuestros días, sin embargo, las tecnologías vinculadas a las computadoras son de tal manera ahorradoras de fuerza de trabajo, que las nuevas ramas que se abren son incapaces de absorber a los trabajadores desplazados.
De esa manera, el desempleo crónico que antes era una característica propia de los países subdesarrollados, hoy es un fenómeno que afecta también a las potencias industriales. Así, los limpiaparabrisas pueden encontrarse lo mismo en Nueva York, que en Londres o Madrid, y, por supuesto, en Brasil o México.

Por eso, hoy el desempleo ha alcanzado niveles récord en el mundo: porque al desempleo crónico se suma el coyuntural derivado de la crisis financiera que nos aqueja.

En el caso de México, también el INEGI ha reportado un aumento notable en el pasado agosto cuando se registraron 2 millones 832 mil desempleados, es decir que no consiguieron trabajar ni una hora en una semana, y si se mira el conjunto de la administración de Calderón, el desempleo ha aumentado nada menos que 77 por ciento.

Y hay que destacar que el desempleo es la situación más grave para el trabajador, en cuanto implica la ausencia total de ingreso. Tiene, pues, razón Juan Somavia cuando afirma que hay ansiedad, angustia y cólera en las calles.