Poner “la obediencia a Dios por encima del respeto al César”, plantea el arzobispo. “La Iglesia debe y puede meterse en política”, sostiene el jerarca católico.
17 octubre 2011 | Eugenia Jiménez | MilenioEl cardenal Norberto Rivera Carrera condicionó la obediencia a las autoridades al respeto de éstas a la ley; “cuando la autoridad se sale del marco legal desde donde puede y debe gobernar no hay obligación de tributarle obediencia y si se opone abiertamente a los derechos fundamentales, entonces hay que negarle la obediencia”
Y destacó que debemos “poner la obediencia a Dios por encima del respeto al César”
Y destacó que debemos “poner la obediencia a Dios por encima del respeto al César”
También en su homilía afirmó que la Iglesia “puede y debe meterse en política como lo hizo Jesús. Es decir, recordando a los cristianos y a los hombres en general que deben obedecer y respetar a la autoridad en todo y sólo aquello que se dirija en bien de la comunidad”
Así dio respuesta a lo que planteó al iniciar la homilía, donde el purpurado cuestionó: ¿puede la Iglesia meterse en política? ¿Debe hacerlo? También señaló que la separación entre la Iglesia y el Estado no quiere decir contraposición y menos una mutua negación.
Jesús, destacó el cardenal Rivera Carrera hizo una defensa del respeto a la obediencia que se le debe a la autoridad civil legítimamente constituida o aceptada por el pueblo.
Sin embargo, recordó que el alcance del poder temporal, abarca lo destinado al bien común y al marco jurídico legal aprobado por la mayoría de sus representantes. Por eso, dijo, “hay que obedecer al gobierno en todas las leyes y normas que tienen como meta todos los derechos humanos y sus deberes correspondientes”.
Pero, agregó, la autoridad civil tiene como límites “todo aquello que va contra los ciudadanos, porque el poder del gobernante no tiene más función que el servicio al pueblo que lo eligió”.
En un Estado laico, fustigó desde el altar Rivera Carrera se debe respetar la libertad religiosa y no sólo la libertad de culto, porque “no hace falta que se ponga su nombre (de Dios) al frente de la Constititución, pero sí que se respete su presencia en la conciencia de los creyentes…”
Es deber, recordó “dar a Dios lo que es de Dios” y esto no sólo compete al Estado, sino también a los hombres “que debemos poner la obediencia de Dios por encima del respeto al César”. Por que “la autoridad civil sólo tiene poder para legislar a favor de los derechos humanos, sin oponerse a los divinos”.
Este domingo a la Catedral Metropolitana asistieron los integrantes del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), encabezados por su líder Martín Esparza, quienes portaron un estandarte de la Virgen de Guadalupe que posteriormente fue bendecido por el cardenal Rivera Carrera.
Los integrantes del SME abarrotaron el inmueble católico y al concluir la misa una comitiva de sindicalistas se reunió con el cardenal Rivera Carrera brevemente en el altar de Los Reyes, donde intercambiaron comentarios.
Mientras, los electricistas convirtieron la catedral en una sede para demandar sus peticiones y entre vivas al Sindicato Mexicano de Electricistas, con los brazos levantados y gritos de ¡somos católicos y guadalupanos!”, solicitaron la reinstalación en su fuente de trabajo.